Tú Loba y yo Vampiro

Capítulo#99 Amor y odio.

 

—¡Pero eso es imposible!—chilló Laura conmocionada.  

—Yo no lo podía creer al principio pero se sintió tan real, fue igual a como nosotras nos comunicamos telepáticamente—continuo Mariluna absorta en el recuerdo.

—¿Y qué te dijo?—Laura dejó de lado lo que preparaba y se concentró en su hija.  

—Me ordenó cazar a Maikel, eliminarlo.

—¡No puede ser que te mande directo al peligro!—vociferó indignada.

—Es lo que hacemos los licántropos, cazar vampiros—le recordó dándole a entender a Laura con su expresión que era lo lógicamente natural y correcto en su raza.

—Yo no quiero que te expongas así, no lo permitiré, él es muy fuerte.—recalcó angustiada recordando lo sucedido la noche que mató a su esposo, si no le hubiera dado a beber su sangre antes de quitarle la vida, su adorado Andrés se abría ido para siempre.  

—Yo también lo soy.—afirmó decidida—esto es algo que debo hacer, no puedes detenerme.

Laura suspiró profundamente, no estaba de acuerdo pero estaba haciendo todo lo posible por entender, Mariluna le había contado tantas anécdotas de su raza, los admiraba profundamente, comprendía que era su deber pero antes que todo estaba el sentimiento protector de una madre. Los humanos eran muy diferentes a los lobos y de naturaleza egoísta.

—Prométeme que no irás sola, cuando lo decidas yo iré contigo—le pidió con los ojos húmedos, colocando su mano derecha en el rostro de su hija para que la mirara directo a los ojos. Laura era más baja que Mariluna y más bien parecían hermanas, era extraño verla como imaginamos a las madres de las adolescentes, pero Mariluna la adoraba y la respetaba. Igualmente era una amiga, su confidente.

—No puedo prometértelo—negó rotundamente, fijándose en el abdomen de su madre—tú estás embarazada y por nada del mundo te pondré en peligro, recuerda que el embarazo a medida que avance te irá debilitando y no sanarás si resultas herida.

—Creo que encontré una forma de sanar—confesó Laura y le recordó lo de la mordida—con nada más el contacto de la lengua de Adrián en mi cuello cicatrizó rápido—también le mencionó como sanó su brazo con la sangre que le ofreció a beber dándole todos los detalles—Adrián es muy bueno y se preocupa por mí, por tu padre y por tí más que nada—concluyó.    

A Mariluna le pareció muy raro la familiaridad entre su madre y Adrián, la imagen de su lengua acariciando el cuello de su madre no le agradó en lo absoluto, pero no hizo ningún comentario al respecto, entonces pensó en la forma que los vampiros se alimentaban y se molestó aún más. «¿Cuantos cuellos jóvenes y femeninos habrá mordido Adrián?, seguro que a todos les pasaba su lengua, ¿Y luego de estar en esa posición tan íntima que más podría pasar entre dos seres de sexo opuesto?» La atormentaba la idea de que Adrián pudiera estar cerca de otra mujer. Quería ser razonable, no sentir esos celos casi enfermizos, pero era la naturaleza de los Lobos ser demaciado territoriales. Consideraba a Adrián de su propiedad, aunque quisiera rechazarlo, sentía amor y odio al mismotiempo, esos sentimientos opuestos la estaban torturando, por una parte quería que él se alejara para siempre y por otra se moría de celos de que amara a otra: se acercara, compartiera intimidad, besos caricias con otro cuerpo que no fuera el suyo. Sentía que se estaba volviendo loca, le dolía la cabeza de tanto pensar. De nada sirve ser extremadamente inteligente, si en la vida privada eres un caos, incapaz de tomar una decisión. Se recriminaba internamente.

—Te has quedado muy pensativa hija.

—Se siente raro que Adrián pasara la lengua por tu cuello mamá—admitió—creo que empiezo a comprender un poco a papá.

—Cariño, yo sería incapaz de mirar a Adrián como hombre y no solamente porque es la persona que amas, aunque te empeñes en alejarlo de ti—siguió el impulso de recordarle los sentimientos que se empeñaba en rechazar—sino porque amo a tu padre con todas las fuerzas de mi ser, para mi nunca existió ni existirá otro hombre.

—Lo se mamá, no es ese el motivo y estoy segura que a mi papá le pasa lo mismo que a mí, es la conexión que hay entre ustedes dos, la complicidad, lo bien que se llevan, los temas de conversación que siempre tienen, lo mucho que te cuida...

—Nuestro motivo de unión fueron ustedes dos, tú y Andrés, porque cuando supe que tu padre volvería a la vida como vampiro y que tu novio lo era me apoyé en él, fue mi refugio. Él sabía como iba a ser mi esposo en ese nuevo ser que se convirtió, él me aconsejaba, me daba apoyo y seguridad. Con él compartí su secreto porque no quería que ustedes se separaran, porque sé que Adrián te  ama sinceramente y ese estúpido resentimiento u odio que cargas como herencia, va a acabar con la felicidad de ambos. No se puede vivir amando y odiando a la vez a una misma persona.    

Mariluna reflexionó las palabras de Laura y tenían toda la lógica del mundo, eso fue lo que los unió, el secreto que compartían, en cuanto a lo demás prefería no darle más vueltas al asunto, no más torturas por el resto del día, se dedicaría a salir y a relajarse; para eso llamaría a sus amigas, después de todo era domingo, sería un día de chicas.Mariluna y Laura desayunaron solas ya que Andrés se fue a ver a sus padres, luego Laura iba a salir con su madre, le propuso a su hija que las acompañara pero ella se escusó y le dijo que saldría con sus amigas, Laura la entendió, comprendía que su hija quería alejarse de todo lo que le recordara a Adrián.  

Después que Mariluna terminó de comer subió a su cuarto y una vez sentada en la esquina de su cama, con el celular en la mano, llamó primero a Sandra y luego a Leticia. Ambas se mostraron entusiasmadas con la invitación y quedaron en que Mariluna pasaría a recogerlas en su auto. Luego se vistió cómodamente, con una blusa de corte moderno color negro, un shorts blanco corto, se recogió el cabello en una coleta alta, se colocó unas argollas y por último  se puso unos botines negros, tomó una cartera y echó su monedero, el teléfono y todo lo que iba a necesitar, agarró las llaves de su coche, las de la casa y se encaminó a la puerta. Mentalmente se despidió de su madre.




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