La afirmación de su hijo la dejó momentáneamente sin palabras.
—¡No puede ser Adrián!—repitió—eso es demaciado pedir. ¡Un Lobo y un Vampiro! ¡¡¡Es imposible!!! Ambos son de diferentes especies. Entiéndelo de una vez.—lo miró con intensidad para ver si sus palabras habían surtido el efecto deseado, pero no.—No podrían tener descendencia. Tú eres mi único hijo...—insistió. Estaba desesperada, no sabía que más decir para convencerlo. Flaqueba su entereza con cada segundo que pasaba. La reina todo poderosa se sintió, por primera vez, completamente vulnerable ante su hijo.
—Madre, somos inmortales—le recordó.—Para nosotros no es necesario tener hijos como los humanos. Ellos necesitan hacerlo para continuar su existencia, nosotros no. Tú eres la reina y espero tenerte a mi lado para siempre. Para que quieres un nieto si ni siquiera a mi me cuidaste...
—Eso no es justo—lo interrumpió dolorida.
Él se percató de la tristeza que ensombrecido su rostro y se apresuró a aclarar su punto.
—No te estoy reclamando nada, solo digo mi punto de vista. En los tiempos de antes casaban a los príncipes de distintos reinos para mantener unidos ambos reinos. Puedes tomar nuestro casamiento como un acuerdo de paz entre los Lobos y los Vampiros. Sería totalmente lógico decirles hoy a nuestro pueblo que es un acuerdo oficial de paz. Lo aceptarán. Siempre hemos vivido con temor a los lobos. Ahora formaremos parte de la misma familia. Aunque de todos modos me casaría con ella incluso cuando el mundo entero se opusiera. La amo por encima de todo pero me gustaría tener la aprobación tuya y de mi padre. Ya tengo la de los padres de ella. Son cuatro y me costó suegros pero lo logré.—le confesó.
—No sigas, no me vas a convencer.
Adrián se tensó visiblemente.
—Pero lo entiendo. La unión de ustedes traerá paz y un nuevo comienzo. Ellos nos salvaron, estoy consciente de ello. Se que los malos éramos nosotros. Los lobos son justicieros por naturaleza. Es hora de perdonar y dejar ir viejos rencores.
Si a alguien le parece que es muy rápida la aceptación de el noviazgo y la entrada de los lobos al reino de los vampiros es porque no entienden que estos son seres milenarios y que hace ya demaciado tiempo aceptaron vivir en armonía con los humanos. Eso sin sumarle que los lobos los salvaron y además hacía mucho tiempo que se habían dado cuenta que ellos eran malos y puntualizo en “eran”, pasado. Los vampiros habían cambiado, o lo habían intentado hacer como su hermano, pero al regresar a lo que era, un monstruo, le tocó ser sacrificado. Le dolía haberlo dejado en manos de su joven hijo, si hubiera tenido fuerzas suficiente en ese momento lo hubiera hecho ella misma; pero se debilitó demasiado y tuvo que pedile a Adrián que terminara lo que ella empezó. No quería dejarlo vivo un minuto más, sabía que si lo dejaba recuperase podría cumplir con sus objetivos. Se metió con su querido hijo y con su reino, no merecía perdón. Su hermano estaba dispuesto a todo por ser el rey, no merecía vivir. Ya una vez perdonó la vida de uno de los suyos, se refería a Maikel, y en vez de valorar la nueva oportunidad que le dieron les trajo desgracias. Tuvo que mandar a su único hijo a capturarlo y fue un infierno lo que vivió, teniendo cada día lo peor. Podía ser fría, pero sentía amor por su familia, por los suyos, por su pueblo y más que nada por su único hijo. El nacimiento de este derritió el hielo de su corazón, aunque haya permanecido distante por orgullo.
Se preparó todo para la reunión. Todos se reunieron a la hora acordada. La reina tomó la palabra.
— Los he reunido aquí para establecer un acuerdo oficial entre los lobos y los Vampiros. Como ya saben mi hermano pretendía derrocarme...
Continuó hablando a su pueblo y los invitados presentes. Aunque el objetivo principal era esclarecer los hechos ante sus súbditos. Le explicó todo lo que pasaron y como fueron rescatados.
—...le debemos la vida a los Lobos, ya no serán más nuestra enemigos , siempre y cuando mantengamos la armonía con los humanos y no afectemos el planeta. Para hacer oficial este acuerdo de paz, mi hijo el príncipe heredero Adrián Aragón de los Reyes y la hija de los líderes del clan de los lobos contraerán nupcias.
En realidad ya estaban casados al estilo de los lobos, desde aquella vez en la playa cuando se juraron amor bajo la luna llena, pero eso solamente lo sabía Mariluna y sería su más íntimo secreto por los momentos. Decidió que luego les contaría, al menos a su manada y a su futuro esposo...
Todos se sorprendieron enormemente con las palabras de la reina. Nadie se esperaba esto. Estaban estupefactos. Mariluna miró a Adrián con los ojos agrandados por la impresión. Nadie sabía de la conversación que habían tenido madre e hijo en la intimidad de la habitación de la reina. Esto era una gran sorpresa para todos. Adrián acortó la distancia que lo separaba de su amada y la abrazó sin importar lo concurrencia. Un rumor se extendió por todo lo largo y lo ancho de la habitación pero a él lo único que le importaba era que estaba oficialmente comprometido con Mariluna.
Fin
Nota importante👁️:
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Editado: 18.05.2022