Tu Mala Suerte

Capítulo XIV: "Decisiones"

Este capítulo le pertenece solo a Alessia

Era todo, estaba decidida a hacer todo por Nil, no me quedaban dudas, quería ir tras él y eso iba a hacer. Jones me había informado que ese día, Nil estaría exhibiendo sus pinturas en una galería de arte. Me preparé, mi tía me vio con mala cara, estuvo a punto de reclamarme, sin embargo, esta vez yo estaba tan decidida que no daría el brazo a torcer.

—Voy a salir por algo del trabajo, nos vemos más tarde.

Me fui, sin más. Realmente, deseaba que llegará el día en que pudiera echarlos de mi casa para que no volvieran más. Al llegar al lugar donde se exhiben cuadros, no veía a Nil por ningún lado, tomaba del brazo a Jones.

—¿Estás seguro que es aquí?

Jones asintió después de mi pregunta.

—Sí, aquí es. Estoy segurísimo.

—No lo veo por ningún lado.

—Hay una probabilidad de que ya no haya visto.

Entonces, tenemos que buscarlo, Jones se va a buscarlo apartado de mí, de pronto, detecto un movimiento tras un telón que está colocado, me asomó, lo veo de espaldas hacia mí, observa hacia afuera, seguro está buscándonos. Me acerco a tocarlo suavemente por el hombro, la mala noticia es que lo asusto tanto, que la pintura sale volando de sus manos y la pintura blanca me cae en el vestido. Durante ese momento corto de conversación, me doy cuenta de qué él no se va a abrir fácilmente, de nuevo. Tengo que esforzarme demasiado.

Unos días después, he decidido comprarle una rebanada de pastel de la cafetería que compartimos. Ese día, es el mismo donde explota toda la tensión con mis tíos.

—¿Y ese pastel?—pregunta mi tía con tono condescendiente.

—Es un regalo—respondo, mientras guardo el pastel en el refrigerador.

—¿Regalo? ¿Crees que tenemos suficiente dinero para dar regalos?

—Pues yo sí, es mi dinero, mi casa y yo decido qué hacer con ellos. Ahora, si no quieren ver este desperdicio de dinero, entonces los invito a irse.

La discusión sube de nivel, de pronto tengo a mi tía encima, pero Marian ha llamado a la polícia. En cuánto llega, mi tía se hace la víctima frente a ellos, pero nadie le cree, sobre todo cuando la ven sin heridas, sin más la detienen a ella, mi tío tiene que irse tras ella, sabe que no puede quedarse aquí.

Ese día, vuelvo a dormir tranquila, mientras pienso en la reacción de Nil ante el pastel, sé que no es la gran cosa, pero es un recuerdo entre nosotros del día en que nos besamos.

Esa mañana, llegué con entusiasmo, dejé la charola de plástico, con una nota que he escrito sobre su escritorio, lo felicité por su logro y el viaje. Cuando llega él mira el regalo, tras eso, me mira a mí. Pero no dice nada, porque Jones ha llegado en el peor momento. Veo a Nil irse de nuevo.

—Se fue, no dijo nada.

Jones suspira al oírme decir eso.

—Sí, supongo que está celoso.

—Creo que así es… tal vez, ya no me ama.

—Estoy seguro de que lo hace, pero aún no te rindas.

Esa tarde me reúno con Marian, la mejor consejera que he tenido hasta el momento, ella me analiza con la mirada.

—Así que… ¿He oído bien?

Asiento sin titubear.

—Sí, quiero recuperar a Nil, sin importar qué.

—¿Estás segura?

—Sí, más que segura, quiero estar con él.

—Entonces, solo tienes que ir a decirlo, seguro él te entenderá.

—Creo que merece algo muy especial.

—¿Qué tienes en mente?

—Estoy comenzando a tejer un muñeco en forma de cocodrilo, la verdad es que ha sido complicado, pero estoy avanzando demasiado.

Me pasaba todas las tardes tejiendo, el muñeco cada vez tomaba más forma, pronto se acercaba la fecha en la que él se iría, no podía evitar pensar en que… lo amaba, quería pasar el resto de mi vida con él, incluso si eso significaba dejar una vida aquí e irnos a cumplir sus sueños, lo acompañaría en cada paso del camino. Seguía los pasos del tutorial en internet, cada puntada tenía que ser precisa, casi no tenía descanso, era el mejor sacrificio que estaba haciendo por amor, sabía qué valdría la pena.

—Sabes…—comienza Marian, yo la miró y ella sonríe mientras continúa—. Me parece adorable el hecho de como hace unos meses, te encontrabas tan triste y ahora estás enamorada, has crecido, Alessita.

—Es cierto, la vida a veces cambia, para bien. Lo extraño demasiado, pude haberme ahorrado esta tortura y lanzado a sus brazos después de que nos besamos.

—Una persona con miedo, no actúa racionalmente. No te culpes, solo sigue mirando hacia adelante, porque estoy segura que a ambos les espera un futuro brillante.

—Amar da miedo… ¿Cómo fue cuando usted se casó?

Marian sonrió cómo si le gustará recordar eso.

—Fue, por mucho, el mejor día de mi vida… amaba demasiado a mi Victor, era un hombre cariñoso y atento. Él no me habría dejado sola como mis hijos, pero sabes… Estoy segura de que tú eres un ángel que me envió él, para no sentirme tan sola.

—Usted también es un ángel para mí, tal vez mis papás hablaron con su esposo y nos ayudaron a reunirnos.

—Puede sonar loco para otros, pero tiene todo el sentido del mundo.

—Gracias, mamá Marian.

Sonrió, mi mirada dejó el estambre, sus ojos se cristalizaron un poco.

—Creo que Nil es muy afortunado, al igual que todas las personas que te tienen en su vida. Eres luz, sin siquiera darte cuenta, deberías aceptarlo más seguido.

—Lo sé, pero, a veces para los demás es más fácil verlo que con uno mismo.

—Me haces un honor, al decirme mamá. Gracias, mi niña.

Esa tarde sigo tejiendo hasta que me duelen los dedos, quedan tan pocos días, que no puedo evitar sentirme un poco frustrada. Un día de esos, decido salir al parque a caminar un poco para despejar mi mente y descansar de tanto esfuerzo vívido, entonces la miro, sus rizos son inconfundibles. Me acerco a ella, con todo el cuidado.

—Hola, ¿todo bien?

Ella se gira hacía mí y me sonríe.

—Todo bien, ¿tú qué tal Alessia?




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