Querida mamá:
Quería escribirte estas palabras porque siento que, de alguna manera, este libro y los personajes que he creado me han enseñado a mirarte con más comprensión y gratitud. Alessia y Nil no son solo historias: son pedazos de mí, y de la manera en que he aprendido a enfrentar la vida. Y cuando pienso en cómo he llegado hasta aquí, no puedo dejar de pensar en ti, en todo lo que me enseñaste, incluso sin quererlo a veces.
Sé que no eres perfecta, y que ninguna madre lo es. Sé que hubo momentos en que no me sentí comprendida, en los que nuestras diferencias me hicieron sentir sola o confundida. Pero también sé que cada cosa que viví contigo, cada límite, cada regaño, cada silencio, fue parte de mi construcción. Gracias a ti aprendí a luchar, a tomar decisiones, a valorarme y a comprender que la vida no siempre es justa, pero que uno puede elegir cómo reaccionar. Gracias a ti he aprendido que el amor no significa ausencia de errores, sino aprender de ellos, y que las imperfecciones de quienes nos rodean también nos ayudan a crecer.
Gracias, mamá, porque incluso cuando cometiste errores, siempre me mostraste maneras de ser fuerte, de mantenerme de pie y de creer en mí misma. Gracias por tus abrazos, por tus palabras, por los momentos de risa y también por los momentos difíciles, porque todo eso me hizo más resiliente y me enseñó que ser mujer significa construir tu camino, aprender de tus caídas y seguir adelante. Hoy, mientras escribo, veo en Alessia la valentía que heredé de ti, y en Nil la paciencia y el amor que aprendí a reconocer en nuestras vidas.
No será fácil para mí expresar todo lo que siento, pero quiero que sepas que te agradezco por todo. Por cada esfuerzo, por cada enseñanza, por cada palabra, incluso por los errores que nos enseñaron a ambas a ser mejores. Gracias por darme la vida y por ayudarme a construir la persona que soy, aunque a veces el camino no haya sido sencillo. Gracias por enseñarme, sin darte cuenta, que la fortaleza y la ternura pueden coexistir, y que amar también significa aprender a dejar ir, a perdonar y a aceptar.
Espero que cuando leas estas palabras, sientas que, a pesar de todo, tu amor y tu presencia han dejado una huella imborrable en mí. Gracias, mamá, por ser tú, con todas tus virtudes y defectos. Gracias por ayudarme a ser quien soy, una mujer que aprende, que sueña, que crea y que ama, incluso en los momentos más difíciles. Gracias por darme alas, aunque a veces fueran un poco torpes, y por enseñarme que cada experiencia, cada error y cada abrazo, me ha llevado hasta donde estoy hoy.
Te quiero dedicar este logro, tu me has dado los estudios que tengo, me has hecho convertirme en la mujer que soy. Lamento, no ser una buena hija todo el tiempo, tu mereces: mi amor, mi ternura y comprensión. A pesar de que no sabes que hacer con tu vida, tratas de estar ahí para ayudarme.
Hago este apartado, para agradecerte sobre todo a ti, porque creo que eres la figura que más he tenido presente durante mi vida, recuerdo cuando era pequeña, y te veía regresar cansada del trabajo, uno no piensa en los sacrificios que conlleva ser madre, sé que también sufriste, te admiro demasiado porque a pesar de todo, sigues de pie, demostrando que si se puede ser una mujer fuerte y valiente.
A veces, desearía volver en el tiempo, e impedir mi nacimiento, no porque me quejé de vivir, sino porque siento qué tú merecías algo más, más que ser solo ser amada a medias, si me dieran a elegir el mejorar tu vida a cambio de no nacer, sin duda aceptaría, porque eres una mujer que me ha enseñado a levantarme, a pesar de los errores, de la presión, de las lágrimas, me recuerdas lo vulnerables que podemos ser, te amo mamá y perdona por a veces olvidar que también eres humana y te cansas. Deseo en el futuro volverme una escritora exitosas y devolverte con gratitud cada esfuerzo, y sacrificio que hiciste por mí. Espero seas consciente de cuánto te amo y cuánto sería capaz de dar la vida por ti, así como tú has sacrificado tu energía durante tantos años. Gracias por motivarme a ser una mejor mujer, sé que acompañarme en mi transición de la juventud a la adultez, va a ser un tramo difícil, pero me esforzaré en hacer mi mejor esfuerzo, para convertirme en una buena adulta, y poder tener una buena vida. Gracias por tanto, perdón por tan poco.