Tu Mano Extendida

.Capitulo 4.

Empecé a leer su carta de camino al teatro de la escuela, no es mi fuerte quedarme despues de clases pero lo que vamos a interpretar llama escandalosamente mi atención, harán “La creación de la humanidad” y yo haré de uno de los dos protagonistas, las chicas tambien van a participar así que no me quedaré tan solito o eso espero


 

“Me parece muy bien que quieras participar en la obra escolar, y que lograras ese papel tan importante, si puedo, te ire a ver sin,  falta alguna y tendrás por escrito que yo esté ahí, me levantaré para aplaudirte y te tirare una rosa

No conozco esa obra, ¿La inventaste tu? de verdad nunca he oído de ella”

Solté una risa baja y guarde la carta al llegar a la puerta del teatro, la abrí y mire a Rachelle, Christina y Karyn en el escenario, estaban haciendo decoración sin mi
    .—Pensé que me querian mas—. Comente, me siento como Melissa cuando me quede dormido .—¿Los puedo ayudar?—. Pregunte dejando mi mochila en las sillas como los demás y subirse las mangas, las chicas rieron y me acercaron, yo soy un un artista según ellas
   .—Claro, ayúdanos a hacer el desierto—. Dijo Rachelle y la mayoría me saludo con las manos manchadas de pintura

Fuimos acoplando y logramos terminar algo increíble, aunque termine lleno de pintura, se veía genial y lo dejamos secar cuando me dirigí a los baños a lavarme. Al entrar, me heche jabon y abrí la llave y me quite todos los ratos de pintura que encontraba de mis manos y de mis brazos

Al volver, vi que todo había sido guardado y me entregaron mi guión, empezando a leerlo, me di cuenta que hacia mas escenas que las que creía, tome mucho aire para guardar el guión, lo leería en casa y se lo mostraría a mis padres

Tome una hoja nueva y empecé a responderle la carta a mi persona especial, posiblemente no esté ahora en la escuela a lo que voy a tener que dejarla ahí toda la noche

      .—¡Matthew!—. Escuche y mire a la señorita Jeggins, la maestra de teatro .—¿Escribes una carta?—. Me pregunto y yo oculté mi escrito entre el guión

     .—No señorita Jeggins, Estoy. . Estoy leyendo el guión, ya que, yo hago muchas escenas y queria ver como era la historia—. Me justifique, ella asintió orgullosa y me palpo el hombro para irse, suspire aliviado y termine mi carta

A la hora del timbre, fui a mi casillero a dejar la carta y me devolví a casa, dios. Creo que me he enamorado, y llevamos un mes hablando

“Ok. creo que me enamore ante esas palabras, interpretó al Félix del desierto, que guía al arquero perdido, es medio poético todo, y hago mas escenas de las que creo que me puedo aprender, creo que me veras distraído en clases. Normalmente pienso en ti cuando hago algo y cuando escribo cartas, es como mi momento de inspiración solo para ti

No, no me la inventé, apareció en una obra muy actual y casi nadie la conoce

Yu”

Al día siguiente, llegué temprano y vi que mi carta, específicamente no estaba donde la deje, rápidamente abrí la puerta de mi casillero y la carta se deslizó de mi persona especial, iba a abrirla cuando tocaron y solté un quejido largo para guardarla en mi cuaderno, agarrar lo necesario y dirigirse a la sala

  .—Ustedes están es su último año, tienen que darlo todo—. Eso escuche del profesor de Deportes en lo que anotaba en mi cuaderno, y al cambiar de página, me encontré con la carta de mi Anónimo favorito .—He, Matthew, las cartas no se hacen entre compañeros—. Me regaño el maestro y de mis manos tomo la carta y la fiscaliza, dejándola sobre su escritor, ni siquiera me había dejado responder, explicar la carta, solté un quejido larguísimo y golpeé mi cabeza contra el pupitre. Al salir, me dirigí hacia mi profesor, deteniendo su andar

   .—Maestro Joe—. Llame, el me miro con total atención. El Maestro Joel Adams era maestro de Deportes, nos hacía cardio y deportes en general, como Fútbol sudamericano y no Fútbol Americano, ya que aquí en EE.UU es muy típico verlo, como en sudamérica es muy común ver ese fútbol, patear el balón con blanco y negro y hablar el español aunque este libro está escrito en español así que ustedes deberán entenderse .—Usted. . Usted fiscaliza mi carta. . La necesito—. Dije con un tono convincente, NECESITÓ esa carta. Me miró con sospecha y tomo mi carta estiró su mano entregándome, y en lo que iba a agarrarla, apartó la mano y mi carta

    .—Lo siento Matthew, pero esto se va directo donde el director —. Me dijo guardando mi carta en su carpeta, sentí un nudo en el estómago. Sentía como me desmoronaba, esas ganas de pasar al baño. un estreñimiento por los nervios .—Pero, ¿Sabes que? Yo me identifico contigo, porque cada que te veo, me veo a mi mismo—. Palpo mi hombro y se retiró, mordí mi labio y fui a por mis cosas. No creo que se identifique conmigo, de ninguna manera; él no entiende la importancia de esa carta, no la debe entender. .




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