Tu mano - mi mano

Capítulo 23: "¿Se puede considerar la maternidad como algo obligatorio o a elección?"

He vivido de primera mano lo que es suplicar el amor de alguien, y lo he padecido tantas veces, que creo que he superado la cuenta de diez, lo que me lleva a un nuevo ciclo, que me ha hecho plantearme en qué me he equivocado, por lo que ahora, daré a conocer mi punto de vista respecto al tema de la maternidad lo más certero que pueda.

Para comenzar, la clase de criaturas que somos, nos hace experimentar de sobremanera, los sentimientos en nuestras primeras etapas de vida, y como es de esperarse, eso nos hace tropezarnos de forma constante. Para evitar que esta clase de experiencias terminen siendo traumáticas, los adultos a nuestro lado, se supone que deben ser nuestros maestros en la vida, y guiarnos durante el corrido, lo que nos motivará a formarnos como excelentes adultos. Sin embargo, lo cierto, es que hay adultos que no están preparados para ser padres de ninguna forma.

He sido testigo (y me sumo en la formula) de personas diciendo que viven un calvario al lado de sus padres, o que se han vuelto tan codependientes de ellos, que eso ha terminado por arruinarles la vida.

De entre el montón, podemos distinguir a la increíble toxicidad de los que son narcisistas que, en muchos casos, crean también otros personajes de su misma especie, los cuales más tarde se camuflan en la sociedad para luego dejar relucir sus desequilibrios en las relaciones de pareja o de amistad.

A todo esto, me recuerda el caso de los índices que dicen señalar, que no hay tantos sociópatas ni psicópatas en nuestra sociedad como nosotros creemos, pero he visto tantos desequilibrios en la gente, y me he topado yo especialmente con tantos casos de personas manipuladoras o desequilibradas emocionalmente por estos individuos, que hace dudar al respecto.

Todos los días veo noticias de homicidios, personas llorando desesperadas por la inseguridad y el sufrimiento que les da el simple hecho de no conseguir un trabajo estable para su vida, lo cual desencadena en mí (vuelvo y repito), pensamientos de que no todo es como nos lo pintan.

Estoy segura, que hay que arreglar muchas cosas en nuestra sociedad, y no se trata de que con una simple ley de aborto se arregle el asunto, no, porque por más que sea un embarazo deseado, eso no garantiza que el niño tenga los cuidados adecuados, y pueda vivir dignamente.

Yo misma sé que, aunque no te falte comida en la mesa, o que no recibas ningún golpe por parte de tus progenitores, eso no garantiza, que el niño no termine traumatizado por las falsas promesas y el desdén que pueda recibir por parte de un padre que es poco paciente ante los berrinches de su hijo. Es lamentable, pero muchos creen que es normal que un menor trabaje, e incluso, que deba exigírsele cosas que un adulto tiene ya incorporado; es absurdo, es por eso que hay tantos trabajos que piden que desde una temprana edad posean experiencia; es una locura.

Hay que cambiar este paradigma de pensamiento, que hace creer que cualquiera puede tener un hijo así como así, y como yo misma lo pienso, y aunque suene polémico, quizás debería hacerse un examen psicológico junto con varias pruebas antes de que la persona tenga el permiso de tener un hijo, lo cual no lo digo como un control poblacional, sino como un acto de amor hacia esa persona que está por nacer, pues no sería grato que la madre que te vaya a tener te tome odio con el tiempo porque no tiene oportunidades para ella porque se ha desvivido por su hijo; y pueden haber muchas razones más.

Los niños son los seres más desprotegidos; quizás no sean los seres más inocentes del planeta, pero nosotros ya vivimos nuestros errores, por lo que creo que ya es hora de enderezarnos nosotros y plantar nuevos comienzos, así que, hay que darles oportunidades que nosotros no tuvimos, pues… si queremos realmente sanar este mundo, hay que empezar a sanar desde nuestra raíz.

En conclusión, una madre, debe tener sus facultades bien puestas, no basta el simple hecho de desear, sino que también sus posibilidades de mantener a ese retoño por el buen camino y darle la vida digna que merece. Esto no se trata de elección, se trata de moral; todos fuimos niños, y ahora como adultos, debemos razonar, y darles, un futuro mejor que el que nos han dado; un legado, que realmente les haga sentirse orgullosos, porque no hay peor decepción, que sentir que tus padres no tienen la talla para serlo.



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En el texto hay: vida, autoayuda, espiritualidad

Editado: 08.12.2021

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