Tu ¡me gustas!

Capitulo 3

Mía Anderson

Ya han pasado dos semanas desde el accidente de Rosalie y para mí ha sido un siglo enteró, y la salud de mi hermana cada vez va empeorando el doctor dijo que le daba como máximo 1 semana, mi madre está muy afectada y está en el hospital por que le dio un paro cardiaco, ella está bien.                                                         

Hoy es un día más en el infierno Hall fui la primera en llegar a clases iba a llamar a mi madre, pero en eso entro el profesor con un estudiante que jamás había visto supuse que era nuevo.

-Hola Buenas Tardes alumnos -dice el profesor en tono malgeniado como siempre. - Él es un alumno de intercambio se mudó hace poco. Preséntate.

-Soy Santiago y el que me joda la maldita vida le doy una patada en el trasero. -El profesor lo mira de reojo y sorprendido.                                                                                                                                               

-Siéntese en el asiento del medio. -Que de malas soy el asiento del medio vacío está justo al lado mío, la verdad es que el tal Santiago no está para nada mal.

Toda la maldita clase se la paso escuchando jugando con su celular y no me dejaba poner atención, hasta que sonó el maldito timbre para y al comedor mi parte no tan favorita del día, me encontraba en la mesa sentada con un libro y mi manzana escucho que alguien me habla

-Oye me puedo sentar- me dice el lindo Santiago

-Ya que- le respondí un poco cansada ya que no había dormido muy bien estas dos semanas por lo sucedido.

-Me llamo Santiago

-Si lo sé, tuvimos la misma clase la cual no escuche por tus videojuegos.

-jajaja lo siento, pero no tenía ganas de escuchar la clase. ¿Y cuál es tu nombre?

-Mía, Mía Anderson.

El descanso se había a cavado, iba entrando a clases cuando el rector me manado a llamar. Cuando llego a su oficina toco la puerta.

- Señorita Anderson siga y se sienta. Lo que le voy a decir puede ser un poco difícil de asimilar.

-Sucedió algo con mi hermanita?

-Sí y no solo a ella también a su mamá.

Al solo escuchar eso me imaginaba lo peor.

-Ellas están bien.

-No, su hermana y su madre fallecieron hace 5 minutos, lo lamento.

Había quedado en shock, las 2 únicas personas que tenía en este mundo se habían ido hace unos minutos, había quedado completamente sola, sin nadie por quien vivir cada día. No dije nada por 5 largos minutos mientras las gotas de lágrimas rodaban por mis mejillas.

-¿Ellas sufrieron? -Fue la pregunta que había hecho.

-Al parecer su madre murió mientras reposaba y su hermana no resistió el coma. En verdad lo siento.

Salí de la oficina del rector y fui a mi casa, la casa se sentía un poco solitaria, llore toda la noche, lo único en lo que pensaba era que todo había sido mi culpa el no haber dejado a mi hermana sola, ella y mi madre estarían vivas, no llevo ni un día sin ellas y siento un vacío en mi alma en verdad las extraño.

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Ha pasado 1 semana después del entierro de mi madre y hermana, me sentía un poco solitaria, pero estaba alistando maletas por que por ser menor de edad me tenían que llevar a un orfanato.

Steph Clayton

-Me siento muy mal por lo que le está sucediendo a Mía, ella no se merece nada de esto ella merece cosas mucho mejor, no la voy a volver a ver, si yo pudiera hacer algo lo haría pero no puedo y mis padres no pueden hacer nada por más que quieran. -Lo digo en mi mente una y otra vez,

LLAMADA ENTRANTE DE ´´AMOR´´

-Hola bb- Me dice toda toxica

-Hola

-Amor tengo la casa para mi solita. -Es una perra 

-Yyy que quieres que haga- Le digo sin importancia

-Aggg estas de un genio insoportable, Adiós.

FÍN DE LA LLAMADA

Mía Anderson

He llegado al orfanato, y no es muy agradable, pero me tendré que acostumbrar solo 2 años. No son muy amables aquí, la más vanidosa me recuerda a Camil, Como la extraño, Solo soy sarcástica.

Han pasado unas horas desde que llegue y la verdad no me siento muy cómoda. Me mandan a llamar de la oficina principal, estaba un poco confundida pero igual fui, miré a una pareja la cual se me hacía conocida.

-Hola hermosa-Me dice la mujer en un tono suave y delicado.

-Mía, ellos son el señor y la señora Jones, y querían conocerte. Ya puedes retirarte cariño. -Me fui a las habitaciones. Me recosté en la cama y estaba viendo una foto de mi madre y mi hermana, cuando vi que la encargada del lugar se me acerco

-Cariño, alista tus cosas que te vas-esta confundida, pero al mismo tiempo asombrada no llevaba ni un día en aquel lugar y al parecer ya había sido adoptada me puse muy feliz.

-Claro. - asentí y alisté mis cosas, después de unos minutos salí con mis cosas y miro un auto muy lujoso esperando en la puerta, y vi que alguien se bajó.

- Hola hermosa sube. -Era aquella mujer que había visto en la oficina, estaba sorprendida de que ellos me adoptaran.

El orfanato está a las afueras de la ciudad, y en el camino me quedé dormida, cuando desperté estaba enfrente de una muy lujosa casa, era una casa súper grande.

-Baja cariño- me dice la señora Jones-Y qué te parece-me dice el señor Jones.

 -Oh dios esta... esta preciosa -Era una mansión era preciosa.

-Ven entra cariño-me dicen el señor y la señora Jones.

-Gracias señor y señora Jones

-Dime Sara y a el dile Alex o Alexander

-Ok

-Quieres desempacar y luego comer o comer y luego desempacar

-Creo que primero voy a desempacar.

-Te ayudo. Sígueme. -era una casa bástate grande y había muchas habitaciones. Sara abrió las una de las puertas de las habitaciones.




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