Tu melodía

La melodía mas bonita de todas

No sé exactamente qué hora de la noche es, pero de lo que si estoy seguro es que no son más de las diez por que la luna no se encuentra tan alta, sin embargo sigue siendo el acompañante perfecto para mi dolor, ella y mi violín.

Toco con mi alma, cada nota y clave que sale de este hermoso instrumento se las lleva el viento junto con mi dolor, y trae el recuerdo de esa hermosa sonrisa, y el melodioso sonido de su voz se mezcla con la melodía.

Ya ha pasado un año y aún no la olvido ¿y cómo olvidarla? Si ella se grabó en mi corazón.

Recuerdo el día en que por fin me decidí en hablarle como si hubiese sido ayer.

 

Iba caminando por el patio de la escuela con mis dos mejores amigos cuando algo llamó mi atención o mejor dicho alguien.

Allá sentada bajo la sombra de un árbol de cerezos se encontraba esa dulce chica de piel blanca y cabello castaño el cual siempre llevaba cubierto por la capucha de su suéter, y sus ojos era lo más bello de ella, esos ojos grises bajo esos lentes que le quedaban grandes la hacían ver realmente adorable; no podía creer que esa chica que expulsaba un aura de inocencia tan puro perteneciera al mismo año de secundaria que yo y aun así me traía loco.

-Alex ¿te encuentras bien?- dirijo mí vista hacia uno de mis amigos

-sí, ¿Por qué?

-porque las veces que ves a Lucia te quedas embobado y es como si te desconectaras de este plano terrenal

-es verdad y de todas las chicas que hay aquí te fijaste en la rarita del salón, vaya gusto el que tienes

-ese es problema mío, además ella es linda

-¿y por qué no vas y le hablas? A ver si así comienza a socializar un poco

-lo he intentado Gabriel, pero siempre me evita

-si… ella es así ¿verdad? Eso no es normal- dice Tomas pensativo- supongo que por eso le dicen “la rarita”

-ella no es rara solo… lejana

-como sea, solo busca una excusa para hablarle

-lo he intentado pero siempre me evita- le recuerdo y volteo a verla, se ve tan tranquila dibujando cuando de la nada sale una brisa haciendo que varios de sus dibujos salgan volando

-hay esta tu oportunidad- dice Tomas- ve a ayudarla

-¿no vienen conmigo?

-no… ese es problema tuyo ¡suerte! Nos vemos después- ambos se alejan y yo me acerco a Lucia para ayudarla

Recojo el último dibujo que vi y los acomodo antes entregárselos, todos son muy bonitos, tiene bastante talento

-toma Lucia…

-g-gracias- comienza a registrar sus dibujos y sus ojos comienzan a lagrimear, busca y busca y cada vez su desesperación es mayor- no está…- busca con la vista en todas direcciones

-ey tranquila, si te falta uno puedes volver a hacerlo

-no, no puedo, ese me tomó meses y… es importante para mí

-está bien, te ayudaré

-no es necesario, no te preocupes

-quiero ayudarte- ella solo asiente a lo que le digo y se pone a buscar

 

-Lucia… no lo he encontrado

-yo si…- dice triste viendo uno de los tantos árboles

-¿y por qué esa cara?- le pregunto a lo cual ella señala el árbol, levanto la vista y sí, hay está el dibujo

-está muy alto, ya lo perdí

-no, claro que no- me acerco más al árbol y comienzo a treparlo

-A-Alex baja de ahí, cuidado te caes

-voy a estar bien, pensé que no sabías cual es mi nombre- bajo la mirada para poder verla

-estudiamos en el mismo salón… es difícil no saberme tu nombre- dice con el rostro agachado haciendo que sea difícil poder ver su expresión

-ya… la tengo

-¿enserio?- levanta el rostro y noto un brillo en sus ojos, este dibujo ha de ser muy importante de verdad para ella- tráelo, cuidado con romperlo

-por supuesto- antes de bajar veo el dibujo, es un retrato de una mujer

Cada línea, trazo y sombreado es perfecto, los detalles son muy meticulosos, se nota que puso todo su esfuerzo y bastante dedicación solo con este dibujo

-gracias Alex- sacude la hoja y la coloca junto con el resto

Cuando se iba a ir la tomo por la muñeca sorprendiéndola

-oye… tus dibujos son muy bonitos, sobre todo el retrato de la mujer

-gracias- vuelve a bajar el rostro, cada vez que hace eso se ve tan dulce

-¿puedo saber quién es ella?

-mi madre…

-es muy bonita

-sí, lo era

-¿era?

-murió el año pasado

-lo siento mucho… ¿puedo preguntar cómo?- aparta la mirada incomoda- perdón… no debí preguntar

-está bien… yo me voy, gracias otra vez

Poco a poco se aleja; Pero que idiota ¿Por qué le pregunté eso?, ¿no le pude haber dicho otra cosa? pues aparentemente no porque mi cerebro no dio para más.

 

Y así pasaron los días y yo no me atrevía a volver a hablarle, pero cada vez esa dulce y tímida chica me gustaba más, no podía dejar de mirarla y en más de una ocasión ella lo notó, solo se sonrojaba y volteaba rápidamente hacia otro lado, esa era la inocencia que derretía mi corazón y me hacía quererla cada vez más.

También solia seguirla discretamente por los pasillos hasta que uno de esos días me descubrió.

 

-¿y no has vuelto a hablar con ella?

-no

-ya pareces un acosador, solo ve y habla con ella

-¿A dónde se fue?- digo viendo hacia todos lados

-no lo sé y tampoco voy a formar parte de tu retorcido plan, yo me voy

-Tomas cálmate, el niño está enamorado, eso no es retorcido

-no, por supuesto que no, retorcido es acosarla

-en eso él tiene razón Alex, eso sí es retorcido

-sí, nosotros nos vamos, tenemos otras cosas que hacer aparte de ayudarte a acosarla. Nos vemos después, cualquier cosa nos cuentas ¿bien?

-está bien chicos, gracias- ambos se alejan y yo corro hacia la siguiente esquina para ver si tengo la suerte de encontrarla, pero cuando cruzo choco con alguien haciéndolo caer

-lo siento mucho- cuando me fijo mejor en la persona que está en el piso no me puedo sentir más avergonzado- ¿te encuentras bien Lucia?



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En el texto hay: relato corto, amor y perdida

Editado: 28.04.2021

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