¡tú! Mi ángel

Ataque

El amor es...
Sentarse y observar cada uno de los defectos del otro, mirarlos sin criticar y ayudar a que se mejoren. Sin intervenir directamente en ello.
Solo ama quien en realidad conoce a la otra persona, sus costumbres, creencias y debilidades.
Si aún así sigues enamorado puedes estar seguro que es amor.

💚💚💚💚
Ciudad de Guatemala

El día se hace eterno en este lugar, tengo muchas preguntas por hacer, pero no puedo. Uso el tiempo para recordar ese día en que sin pensarlo estuve apunto de perder la vida por esa linda chica. 
Como todos los días la observaba al salir de estudiar era para mi en un ritual, verla caminar acompañarla en silencio y desaparecer de la misma manera, me había convertido en esa sombra que la seguía.

Ella salía del lugar en el que estudiaba, sus ojos observaban todo a su alrededor, sigo sin entender porqué siempre hacía eso. Caminó un tiempo hasta que se topó con ellos, los tipos quienes querían agredirla. Me encontraba muy lejos no se lo que pasó, pero al observar como uno de ellos se acercó demasiado y mi ángel solo retrocedió no pude evitar correr al lugar, la chica en ese momento se encontraba sin saber que hacer, sus ojos demostraban miedo, angustia y desesperación.

—Dejen a la chica en paz —Fue lo único que pude decir.

—Duende deja de meterte donde no te llaman, no querrás que tu hermosa cara se vea afectada.

—Basta "pato"  no voy a dejar que le hagas daño, no a ella.

—Tú no aprendes, se te olvida lo que pasó la última vez, la chica no necesitaba ayuda, estaba muy feliz junto a mí.

—No es el caso ahora  —Uno de los de la banda del pato la tomó del brazo, ella no hizo nada parecía en otro mundo. Sus ojos demostraban frialdad. Parecía carente de todo sentimiento, sentí algo inexplicable al verla en ese estado.

—No  vamos a hacerle nada malo, lo único que quiero es hacerle cositas ricas, tú me entiendes, después podrá irse tranquila —dijo. Ellos eran capaces de hacer todo tipo de cosas porque en realidad se creían los dueños del mundo todos le tenían miedo por ser un grupo grande, asaltaban a las personas y no les importaba si eran ancianos todo por el simple hecho de molestar y hacer daño.

En una ocasión el pato como todos lo conocen llevó a una chica a las bodegas ella al parecer era su novia, nunca más se le volvió a ver. Ese día yo quise intervenir y me pusieron una paliza que nunca en mi vida olvidaré, así como el rostro de la chica que solamente supo decirme que estaba en ese lugar porque él era el amor de su vida. Sin duda esa niña que vestía con ropa de colegiala no tenía el más mínimo concepto de lo que es el amor a esa edad uno conoce a muchas personas y no puede saber si es el verdadero  amor.

Aveces parezco un viejo, fui obligado a crecer a veces la vida te da golpes tan fuertes que no queda de otra más que enfrentarse a ella sin importar tu edad. Siempre vamos a tener dos opciones una seguir y la otra rendirse ¿cuántas veces he querido morir? Sin duda ya perdí la cuenta, hubieron días en que simplementee preguntaba ¿para qué vivir? ¿Cuál era el sentido de mi existencia? Ser bueno para mí nunca fue posible.

Sin pensar en las consecuencias tomé a Juancho del brazo para liberar a mi ángel y con toda la fuerza estampe mi puño en su rostro. Gracias a que ellos siempre andaban con algunas sustancias pude alejar un poco a la chica de ojos lindos de ese lugar, cuando estaba por ayudarla unos de ellos me tomó por la espalda y empezamos la pelea nuevamente, esta vez fueron cinco contra uno. Dos me tomaron de los brazos mientras Juancho y el Pato disfrutaban golpeando mi rostro y abdomen.

No tengo la menor idea de cuantos golpes recibí ese día, el líquido desagradable con sabor metálico llenó mi boca, de tantos puñetazos y patadas caí de rodillas en el suelo hecho que ellos aprovecharon para terminar golpeando mi rostro con sus rodillas. Cuando parecía que todo terminaría Juancho tomó una navaja y dijo 
—Ojalá con esto se te quite la costumbre de meter la nariz donde no te importa aunque  después de lo que voy a hacer no creo que vivas.

Los ojos de Juancho demostraban alegría ver correr mi sangre era para ellos una muestra de su poder, pasó la navaja frente a mis ojos quería observar miedo,  para mí demostrar miedo era un lujo que no podía darme, podría  estar ensuciando los pantalones de terror, pero nunca lo demostraría. Parecían poseídos por su maldad disfrutaban observar como me retorcia del dolor, la sonrisa en sus labios era para causar pánico —¿Qué pasa amigo Duende, ya no pareces tan invencible ahora?

—Vete a la mierda —alcancé a decir, antes de que otro puño llegara a mi rostro.

—El que va a irse a la mierda en este momento es otro  —Gritó. Sentí el filo cruzar mi abdomen fueron tres veces en que el puñal ingresó en mi piel. Ser apuñalado no es exactamente como muchos pensamos en realidad el dolor no se siente. Mis atacantes se retiraron del lugar disfrutando su triunfo mientras yo me acercaba a mi ángel, puede ser que debido a la adrenalina del momento no me percaté de lo que en realidad había pasado.

Ella temblaba de miedo, abrazaba con sus brazos sus dos piernas y se balanceada de adelante hacia atrás. Tenía miedo de acercarme, pero se notaba tan indefensa que quise protegerla, me acerqué cauteloso a dónde ella estaba, fue entonces que me observó.

Nunca imaginé estar frente a ella y poder verme atraves de ese hermoso cristal, empañado de lágrimas, aún en esas condiciones era hermosa, sólo entonces pude entender algo que durante mucho tiempo no lo había conseguido, llegué a la conclusión de que no importa el como te veas lo importante es el ojo con el que lo hagas, yo en esos ojos me veía bueno era lo único que los ojos de ese ángel reflejaban.

La pregunta era que le sucedía, la situación por la que acababa de pasar no era precisamente la mejor pero tampoco fue tan mala, sin embargo ella no reacionaba tenía los ojos perdidos en un punto fijo mientras repetía unas palabras difíciles de entender. Toda mi vida quise ser bueno, pensaba que los buenos no sufrían pero ese día algo cambio, descubrí que los ángeles también lloran y me pregunté ¿por qué entonces yo no quería hacerlo? El llorar no es sinónimo de debilidad.




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