¡tú! Mi ángel

Cambio de actitud

Tu voz será mi música favorita;
Tu sonrisa mi alegría en mis días tristes.
Tu cabello el lugar donde mis dedos descansen;
Tu rostro esa escultura que nunca me cansaré de admirar.
Amo todo lo que tú representas;
Mis días son tristes, le faltas tú.
¿dónde estás? Para ir y encontrarte y tal vez fingir un encuentro donde no se vea el amor que siento por ti...

💚💚💚💚

Narrador omnisciente.

Clara sale de su lugar de trabajo, necesita compartir con alguien lo que descubrió. Se limpia las lágrimas que tiene en el rostro y  camina con paso firme a la oficina de Jorge, la secretaria revisa unos documentos al verla sonríe, ella devuelve la sonrisa y pregunta   —¿Está el doctor Jorge en la oficina?

—Si doctora.

—Podrías decirle que estoy aquí.

—Con gusto doctora —La chica anuncia por el intercomunicador, la voz de Jorge se escucha al decir que puede pasar ¿por qué todo con ellos tiene que ser tan formal? Se pregunta la secretaria.

—Lo encontré —habla Clara lanzándose a los brazos de su esposo, tanto tiempo buscando y hoy por fin lo he tenido frente a mí.

—¿de qué hablas?

—Mi angelito, se quien es —dice con lágrimas en los ojos.

—¿El detective lo encontró?

—No Jorge, él está aquí. Con razón desde que lo conocí sentí una conexión muy especial.

—Dime quién es.

—El amigo de Janet es mi hijo.

—Eso no puede ser ¿cómo estás tan segura?

—Me lo dice el corazón, además tenemos el mismo tipo de sangre ¿recuerdas que yo fui quién la dio? Tiene dieciocho años.

—El tipo de sangre puede ser una casualidad ¿cuántas personas habrán en el mundo con el mismo tipo? Muchos jóvenes tienen dieciocho años y han vivido en la calle.

—Pero no todos nacieron en Quetzaltenango, en el parque central un 22 de noviembre, es él, te lo juro.

—No podemos estar seguros, ya nos ha pasado antes. Cariño no quiero que te lleves otra desilusión —Jorge le da un abrazo para demostrarle que puede seguir contando con él.

—Tú puedes ayudarme, puedes hacernos la prueba sin que él lo sepa.

—Sabes que nunca haría eso. Está en contra de mis principios como médico. Eres lo más grande que me ha pasado en la vida, pero yo soy el director de esta clínica y debo respetar sus valores. Lo siento pero no puedo ayudarte con eso.

—Yo sé que es él, pero me odia por haberlo abandonado.

—Suponiendo que sea él, no te odía a ti sino a la mujer que lo abandonó a la psicóloga le ha tenido mucha confianza ¿cierto?

—Tengo que ganarme su cariño.

—Tal vez lo mejor es que dejes de ser su psicóloga, porque si es él. No podrás evitar involucrar tus emociones con el trabajo profesional.

—Acaso estás dudando de mi capacidad como terapeuta.

—Sabes que no lo hago. Tú eres una excelente psicóloga, pero este caso es especial ¿crees que puedes mantener tu papel de psicóloga? —Ese era Jorge, mientras Clara era una ola de emociones, él tenía la serenidad que a ella le faltaba.

—Entonces ¿qué hago? No estoy dispuesta a dejar de ayudarlo.

—Voy a confiar en  ti, no me defraudes—dijo sonriendo. Clara había demostrado ser de las mejores psicólogos de la ciudad, era reconocida por muchas personas por su trabajo y dedicación. Atendía pacientes de escasos recursos demostrando así, tener una verdera vocación.

Se depiden y cada uno se va a seguir con sus actividades, Clara está más tranquila, como siempre Jorge consiguió calmar esa avalancha de emociones que vivía, debía controlar la alegría que sentía, no podía darse el lujo de perder la oportunidad de acercarse a ese ser tan especial para ella.

Duende

Sigo pensando en lo que pasó no logro entender el porqué la actitud de la doctora, decido dejar eso por la paz y concentrarme en lo que importa y es la carta que tengo en mis manos. Deseaba tanto recibirla quiero saber que dice, sin dudarlo abro el sobre como siempre la letra pulcra reluce al abrir la hoja.

Hola 
Espero que todo este cambiando para  bien.
Recibí tu carta y gracias por lo que dices en ella, apenas te conozco sin embargo ya me caes muy bien eres una gran persona nunca lo olvides.
Mi estancia en este lugar me ha servido mucho ahora siento que  podré superar todo lo que viví. Pido disculpas por no poder decirte todo lo que me sucede, tal vez un día pueda contarte solo espero que si eso sucede ya seamos buenos amigos. 
Sería muy bueno tener un amigo de tu edad yo solo tengo amigos mayores.
No había podido enviarte una carta antes, porque he estado ocupada y aunque he escrito muchas para ti, aún no  las puedes  leer. Están guardadas.

Me quedan muy pocos días en la clínica, eso significa que muy pronto podré ir a verte. Sigo apenada por lo que pasó, me han dicho que preguntas por mí, estoy muy bien, todavía lucho contra mis demonios, pero ¿quién no lo hace? todos los días para cada persona se presenta una lucha, muchas veces más difícil que la anterior y eso nos hace darnos cuenta del tipo de ser humano que somos. Pues, si eres capaz de ganar cada batalla y subir todos los escalones, automáticamente te conviertes en alguien admirable.

Lo importante es saber que no estamos solos y que con una palabra de aliento alguien puede ayudarnos sin proponérselo, me siento muy afortunada de tener personas a mi lado las cuales no dudan en tenderme la mano cuando a mí me faltan ganas de seguir. Hoy quiero decirte que quiero que me veas como ese alguien en quien puedes confiar, tal vez no soy una experta, pero se escuchar y muchas veces con eso es más que suficiente.

Eres una se esas personas por las que mi manera de pensar ha cambiado, vivía desilusionada de todos incluso de mi misma. Soy un fracaso, los hombres son una escoria pensaba, pero muchos me han hecho pensar lo contrario; dejé de darle tanta importancia a lo malo que puede tener una persona para concentrarme en que todos cometemos errores que pueden llegar a causar mucho daño, marcar la vida de otro para siempre ¿quién es perfecto? Nadie, porque la perfección no puede llegar a ser, todos cargamos con una lista de ilusiones, fracasos y miedos, tan capaces de destruir o construir algo mejor.




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