¡tú! Mi ángel

Una Familia

Estaba muy confundido, nadie hace un recibimiento así para alguien a quien acaba de conocer, pero estaba sucediendo. Clara y Jorge me daban la bienvenida como si fuera un miembro de la familia resultaba extraño todo lo que pasaba a mi alrededor, yo era el centro de atención. Pasé toda mi vida siendo ignorado haciendome valer por mi mismo que ser atendido con tantos cuidados me asustaba, todo parecía un sueño del cual despertar significaría un gran dolor.

Un almuerzo preparado. Comida deliciosa, para todos era normal comer así, pero no para mí —Hey ¿estas en este mundo? —habla Santiago lo suficiente fuerte.

—Lo siento estaba un poco distraído.

—Enserio, no se notaba para nada — exclama. En este momento no estoy para escuchar las bromas de Santiago.

—Espera enviaré al payaso que vive dentro de mí a dar una vuelta y hablaremos enserio.

—¿Tú vas a hablar enserio? —Pregunto. Todos los que conocemos a Santiago sabemos que es incapaz de hablar sin soltar una broma. Es una persona bastante amigable, lleva alegría a donde quiera que va.

—¿Qué sucede amigo? —Dice al tiempo que lleva una de sus manos a mi hombro derecho —Deberías de estar feliz, vas a cambiar de vida, ahora viviras como un princesito —sonrio al escuhar lo último a esto me refería al decir que es capaz de hacer que alguien sonría.

—tal vez para ti sea algo normal, yo no puedo verlo de esa manera. Nadie hace algo sin interés, me gustaría saber cuál es la verdadera intención de traerme a esta casa.

—Vamos hermano deja de crear  películas de terror en tu cabeza ¿piensas que esta es una casa echa de dulces y te van a engordar para después comerte? Tal vez algo peor. Jorge saltará sobre ti y te devorara. 
No todo el mundo se mueve por interés, aún existen buenas personas que ayudan a otros, son muy pocas pero las hay. Entiendo que te cuesta creer en las personas por lo que has vivido.

—Todo es tan irreal que temo a que sea una mentira o un sueño.

—Me estás diciendo que estoy en tus sueños, mi cielo —Santiago sonríe      —Deja de pensar tanto y vive el momento, por personas como tú es que la vida parece tan aburrida y se pierden tiempos valiosos.

—¿Qué dices?

—Muchas veces es mejor: vivir, sentir, llorar, cantar y bailar. Si es lo que te nace hacer ¿para qué preocuparte por lo que pasará mañana?

—Me estás aconsejando vivir sin importarme nada —pregunto con  asombro.

—No exactamente. Pensar las cosas es bueno, pero a veces es necesario solo sentir. Si piensas algo durante mucho tiempo vas a terminar temiendo a todo. Por ejemplo cuando interveniste por la chica no tuviste tiempo para analizar que esto podía pasar. Solamente actuaste, pues bien esto debes hacer aquí. Acepta la ayuda de estas personas, no lo pienses tanto, muchas veces resulta más beneficioso lanzarse al mar y aprender a nadar  dentro de el que estar fuera esperando a que puedas hacerlo sin ahogarte.

—Y si me llevo una desilusión cuando me entere del motivo por el que me trajeron.

—Uno se desilusiona porque espera algo, no esperas nada y no habrá desilusión.

—Siento interrumpir, es solo que voy a retirarme —mi ángel llega a donde estamos —Estarás muy bien, cualquier cosa puedes llamarme o llamar a mis padres estarán muy contentos de poder ayudarte, por favor no dejes tus terapias estoy segura que te van a hacer caminar.

Ella se va y mi mundo se queda vacío, estoy perdido. Un lugar extraño, personas nuevas, despido a todos los que conozco, uno a uno se alejan. Me siento como aquél niño de kinder a quien llevan por primera vez, cuando ve que se queda solo suelta el llanto, no es porque no quiera separarse de la persona. La verdadera razón es que las personas tendemos a tener miedo a lo que no conocemos, las cosas nuevas asustan, yo estoy muy asustado, en nuestro ambiente nos acomodamos y aprendemos a defendernos. Una persona nunca cambia solo se adapta a su medio, pero la adaptación lleva un proceso.

Cuando vemos a una persona actuando diferente a como lo hacía antes decimos ¿cuándo fue que cambió? Físicamente puede estar igual, pero al escucharla nos damos cuenta de que su forma de pensar y actuar son otras. Nunca cambió solo se adaptó a su mundo, el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación por lo mismo puede estar en diferentes lugares y sobrevivir, cuando la vida está en juego debe buscarse la manera de salir adelante a pesar de todo.

No estamos preparados para la vida simplemente venimos al mundo y debemos descubrir nuestra meta. De allí parte la necesidad de que los padres nunca hagan las cosas por sus hijos que no tomen decisiones por ellos, si por el contrario buscan facilitarle la vida les hacen un gran daño porque estos nunca aprenderán su manera de adaptación. Si alguien quiere ganar debe unirse a los ganadores para aprender de ellos, no se aprende nada alejado del mundo.

Para aprender a manejar bicicleta es necesario subir a una de ellas, puede ser que la primera vez me rompa la nariz y lo haré cuántas veces sea necesario hasta que pueda mantener el equilibrio ¿cómo aprendí a pelear? Pues muy fácil, un día me vi envuelto en una disputa  y tube que luchar por conservar mi vida, ese día terminé con el labio partido, la nariz llena de sangre pero aprendí algo muy importante nunca vayas a una pelea sin saber nada, también aprendí que nunca debemos dejar que nos toquen el rostro.

Nada peor que sentirse solo estando rodeado de personas. La soledad no es un estado físico, sino emocional, estoy rodeado de dos excelentes personas sin embargo siento un vacío dentro de mí. Yo no pertenezco a este mundo por eso me siento perdido, no se que hacer. Clara y Jorge entran a la habitación —Disculpa la tardanza ¿estás cómodo? —La respuesta sería no, mi comodidad es estar con las personas que me conocen y a las que yo quiero. A este matrimonio los conozco de hace poco y aunque se han portado muy bien conmigo, no los considero mis aliados.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.