Tú mi nube de azúcar

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Al terminar la jornada del trabajo vuelvo a mi casa, me pongo a estudiar para los exámenes que tengo mañana, yo no me titulare por tesis si no por promedio. Me ha costado mucho trabajo, esfuerzo y dinero. Me he desvelado haciendo vestidos y trabajos de otros compañeros para tener otro ingreso, he sido mesera muchas veces, se paga bien el día, lo que he logrado ahora lo tengo en el banco, claro que no es la gran cosa, pero de algo a nada.
Comida no me falta, tengo lo necesario, soy feliz como vivo, mientras me preparo para vestirme después de haberme bañado, checo los libros que tengo que llevar y repaso frente al espejo al mismo tiempo que me pongo la ropa interior, estoy cada vez más cerca de graduarme y todo eso me hace muy feliz, pero también pensar en muchas cosas, termino de vestirme y empiezo a peinar mi cabello al mismo tiempo que repaso lo que he estado estudiando para este día.


Dejo mi cabello suelto y aplico el mismo maquillaje de todos los días, reviso mi mochila y salgo de casa muy rápido, cierro con llave y me subo a mi bicicleta cundo me paso la mochila por el brazo, me coloco el casco y empiezo a pedalear hacia la universidad.


Me he vestido con un pantalón a la cintura negro, blusa tipo suéter manga larga color vino y unos zapatos negros cerrados, pedaleo rápido porque como siempre s eme ha hecho un pco tarde.


Los conductores de los autos silban y gritan vulgaridades, me choca que sean así, se ha perdido el respeto, ya no hay esos hombres respetuosos de los que me contaba mi abuela, soy un ratón de biblioteca pero también me gusta el gocha, es tan divertido dispararle balas de pinturas a los demás, pero como no tengo amigos solo una vez he ido, he de decir que tengo buena puntería.


Al llegar a la universidad, dejo la bicicleta en uno de los apartados y le pongo el candado, paso mi mochila por mi cabeza para que quede en mi hombro izquierdo sin atravesar mi espalda, camino por los pasillos de la universidad hasta llegar al salón, entro y como siempre me siento hasta atrás.


Y entonces lo veo, al mismo joven al que le serví el café y dijo que cantaba lindo, como si se percatara de mi presencia, me mi mira y me sonríe, yo solo me puedo acomodar un poco más en el pupitre y mirar mis uñas. La clase comienza y pronto estamos haciendo el examen.


Conjugo los verbos en los idiomas que me marca el papel, encierro las opciones correctas, término antes que los demás, pero como siempre me quedo un rato más sentada para que no me miren mis compañeros.
Cuando creo que el tiempo es prudente, guardo mis cosas y recojo mi hoja, camino hasta donde se encuentra el profesor en la parte delantera del salón y le entrego mi examen. Salgo y camino hasta el patio que es un lino jardín con el césped recortado, de i mochila saco una pequeña manta, la coloco bajo un árbol y me siento sobre ella para leer el nuevo libro de Megan Maxwell El proyecto de mi vida.


Un matrimonio donde la única parte que siente amor va perdiendo cada día el interés por aquella mujer fría, alcohólica, drogadicta, vengativa y llena de odio y rencor. Es tan feo ver que un padre tiene que decidir entre una de sus hijas por un contrato, que una de ella lo tenga todo y la otra quedada en el olvido.
Este libro empieza a gustarme porque es algo diferente, no es como los otros que tratan de sexo, en una pequeña agenda anoto las canciones a la que la autora hace referencia en la trama para después escucharlas.
El timbre suena en la universidad anunciando que es hora de la otra clase, recojo la manta la doblo y la guardo nuevamente en mi mochila, pongo un separador en mi libro y empiezo a caminar a otro salón.

 

***

 

Ya sabía que trabajaba en esa cafetería, pero pasa de mí y de los demás, concentrada en sus deberes y sin espacio para nada más, solo hasta hoy se percató de mi presencia en la universidad, hemos estado compartiendo salón aunque yo lleve esa materia por otra carrera.
Hoy se ve preciosa con esos dos colores en su ropa ¿Voy de nuevo a la cafetería? Es tan inocente, tiene una belleza natural, no necesita maquillarse en exceso o llamar la atención con su ropa.
Quisiera acercarme a ella, platicar, tomar un helado o hacer lo que a ella le guste, no soy un ratón de biblioteca, me gustan las chicas y he tenido algunas amiguitas por ahí. El día pasa rápidamente y la veo nuevamente en el estacionamiento, montándose en su bicicleta, mientras yo estoy subiendo al auto que es lo menos que puede hacer mi padre por mí.

 

***

 

Me dirijo hacia la cafetería, la mañana de hoy me ha parecido muy productiva, no me he aburrido en mis clases y el libro que empecé hoy es interesante, solo quisiera que mi abuela o mis padre vieran lo que estoy a punto de lograr, cruzo las calles con precaución pero nunca falta el loco que valla más allá de la velocidad permitida. He dejado varios curriculum, claro que ninguna empresa tomara enserio a una estudiante de idiomas, que aún no se titula y que esta de mesera en una cafetería en el centro de la ciudad necesito encontrar un trabajo y no es que el que tengo ahora no me guste, pero necesito uno mejor pagado.




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