Tú mi pasado, y yo tu presente

Prólogo

Inglaterra, 16 de Agosto de 1940

—— ¿Estás aquí?—— inquirió Amelié entre la penumbra.

Entre el quejumbroso y triste ambiente, crecía un amor inocente, pero más fuerte que cualquier arma física que hubiese en la tierra. Para ellos, al menos en su “pequeña cápsula de tiempo” era así. Y nada ni nadie cambiarían sus formas de pensar. Su amor estaba inscrito a fuego ardiente en sus corazones y eso, ni la más fría guerra podía congelarlo.

—— Estoy aquí—— la respuesta de Michael fue acallada por el retumbo de una bomba, aún así, sus brazos rodearon la estrecha cintura de Amelié, su pequeña Mía, como si nunca quisiera dejarla ir. Y sabía qué, posiblemente, esa fuera su última noche juntos. El aviso del requerimiento militar había llegado tan solo unas horas atrás.

Observó con melancolía el sótano que ambos habían encontrado años atrás, cuando jugaban a las escondidas. Amelié entró a una casa abandonada y cayó por una trampilla. Así fue como lo descubrieron, y con el paso del tiempo lo fueron haciendo propio. Varios bocetos hechos por él decoraban las descoloridas paredes que alguna vez, en su tiempo de gloria, fueron cremas. Y las flores silvestres que Amelié recogía cada mañana en camino a la ciudad, eran las testigos de sus y eternas pruebas de amor.

Sábanas desparramadas, que suponía que ella había sacado hace poco, eran donde se acostaban horas a hablar de cosas triviales, y unos pequeños costales rellenos de algodón eran su apoyo. Y no había una sola fuente de electricidad, más que la tímida luz de la luna y sus acompañantes, como espectadores fieles que todas  las noches veían a esos dos jóvenes escapar por un momento en el tiempo.

La abrazó con fuerza, casi temiendo que si esa fuese la última vez que lo haría, y dios, que cierto era lo que presentía.  Amelié le devolvió el abrazo y lo atrajo hacia su cuerpo, mientras le hacía el amor con los ojos y luego con su cuerpo, ella también notaba el miedo que a él lo embargaba y solo quería hacer que se olvidara de todo.

Y la noche pasó y estuvieron unidos en cuerpo y alma, vez una más. Horas después los guardias ingleses se llevaron a Michael hacia la base militar. Amelié no volvió a saber nada de él hasta un año después, donde una carta decía que su amor había muerto defendiendo la base con honor. Amelié nunca volvió a ser la misma, sin él ya nada era lo mismo.

Pero dicen qué, cuando el amor es verdadero, traspasa todas las barreras del tiempo… Y esta historia era una de esas ocasiones…

Un don. Un pasado. Un presente. Un Amor indestructible y la misma historia.



#21564 en Fantasía

Editado: 15.02.2018

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