Empiezo a besarlo de nuevo, lo hago despacio para saborear cada rincón de su boca, Sus labios corresponden a los míos de forma tierna y enérgica. Alex me atrae más a su cuerpo y mi piel recibe la tibieza de la suya; allí, en medio de la cama, sentados y desnudos.
Sus manos con suavidad acarician mi espalda, lo imito porque mi cuerpo anhela su tacto. Alex me toca con tanta avidez que deja en evidencia lo mucho que me ha extrañado. Recorre con sus labios mi cuello y hombros, gesto que me permite atraerlo más a mí y abrazarlo fuerte para comprobar que en realidad estoy con él. Gimo al sentir sus manos acariciando mis senos, arqueo mi espalda para que tenga mayor acceso a todo.
—Mi Caro —gime él, abarca mis pezones con su boca—. Te amo con locura.
—Yo también, Alex —contesto envuelta en placer.
Me levanta un poco para invadir mi feminidad por completo, confirmándome que lo extrañaba tanto. Estoy tan emocionada y llena de placer que quiero llorar. Vuelvo a experimentar su forma de amarme y respetarme cuando estamos en la intimidad.
Nos movemos una y otra vez en un mismo ritmo. Él invade mi boca con ferocidad, la delicadeza queda a un lado cuando empieza a arremeter con más fuerza. El choque de nuestros cuerpos y los gemidos son los únicos sonidos que hay en este momento, y es melodía para mis oídos. Con un movimiento ágil, Alex logra posicionarse sobre mí, haciendo que mi espalda caiga contra la cama. Besa mis labios con dulzura mientras sigue moviéndose.
—¿Crees que podamos darnos otra oportunidad, mi amor? —pregunta. Abro mis ojos al escucharlo. ¿Acaso no se da cuenta de que mi entrega a él es prueba suficiente para decirle que lo quiero en mi vida una vez más?
—Por supuesto que sí —confirmo entusiasmada.
Sonríe y poco a poco aumenta la velocidad de sus embestidas, aferrándose más a mí. Puedo sentir que nos acercamos al clímax. El estremecimiento y la vibración van en aumento, los espasmos acuden a mí hasta lograr un delicioso orgasmo. Al poco tiempo llega él, y sigue moviéndose hasta que siento su tibiez dentro de mí.
Después, me lleva a su lado con un abrazo fuerte y un beso en la frente. Sin poder evitarlo, soy presa del sueño en ese momento.
Despierto y enseguida miro a mi alrededor, pensando que todo ha sido un sueño. Para mi alivio sigo desnuda en la cama, envuelta en los brazos de Alex. Mis ojos se dirigen a la ventana, donde se evidencia que aún está oscuro. Suspiro fuerte ante la inmensa felicidad que invade mi pecho. A continuación siento, sus dedos rozar mi espalda baja.
—¿Qué hora es? —pregunto al darme cuenta que él está despierto.
—Creo que las cinco de la mañana.
—¿No has dormido? —levanto mi rostro de su pecho para mirarlo.
—No. —Sonríe—. Tenía miedo que, al despertar, no te encontrara aquí conmigo.
No soy capaz de decirle nada porque, al despertar, también he tenido la misma sensación de pérdida y miedo.
—Deberías dormir, esto es real y no me voy a ir a ningún lado —confieso.
—Duerme tú mi amor, yo velaré tus sueños —susurra.
—¿Por qué no puedes dormir? —pregunto mientras me incorporo un poco.
Él hace lo mismo. Enseguida, nuestros cuerpos desnudos vuelven a estar en contacto.
—Estoy pensando.
—¿En qué?
—En nosotros.
Creo que yo también he pensado lo mismo, a pesar de la alegría, la angustia se hace presente. Sé que tengo que regresar el domingo sin Alex, no hemos hablado de cómo vamos a llevar nuestra relación a distancia. También tengo miedo que no funcione.
—¿Regresarás conmigo? —pregunto en un vano intento por convencerlo.
—Tengo un contrato, Caro, no puedo regresar así como así —refuta. Mi decepción es evidente al escucharlo—. En cambio tú si puedes quedarte conmigo. Si quieres seguir trabajando, podemos conseguirte un empleo aquí y así rentar un departamento para nosotros.
—Mi papá no lo permitiría, de eso estoy segura.
—Caro, es hora que luches por nuestro amor —acaricia mi mejilla en un gesto tierno—. Es tu padre, lo entiendo, pero algún día tendrás que tener tu propia familia y él va a seguir siendo tu padre. No sé tú, pero yo siempre he imaginado mi vida contigo.
Lo amo mucho, pero no sé si soy capaz de luchar contra mi propio padre o de dejar todo allá para unir mi vida a él aquí. He terminado con mi carrera y el sueño de mi padre es verme trabajando en una empresa, y soltera. No creo estar preparada para formar una familia, aunque lo ame.
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Editado: 27.02.2019