CAPITULO 13

Estábamos todos sentados en la misma mesa durante el almuerzo, y por todos me refiero a Ed, Paul, Crystal, sus dos amigas, Melyssa y Jade, Lou y Charlie. Por obvias razones había un silencio bastante incomodo, primero porque Melyssa y Jade estaban coqueteando con Paul y Ed, y bueno era obvio que no les hacían caso, luego estaba Crystal y Charlie ella demasiado cariñosa y Char tratando de alejarla, Lou estaba normal y bueno yo, incomoda por tantas personas cerca.

Mi mente seguía pensando en las presentaciones que hicieron en la clase de debate. Primero Lou, con ese tema de amnesia no sé que, Charlie habló sobre la adicción a las drogas, Paul sobre el abuso infantil y bueno Ed, él se fue por algo demasiado tonto, hablo sobre su película favorita, eso aligeró el ambiente después de todos los temas que fueron un poco fuertes, pero mi duda era ¿Por qué hablaron sobre todo ese tipo de cosas?, puede que haya sido coincidencia pero, si me dejaron pensando mucho sobre ello, y si le aumentamos la información que yo di peor, pareciera que nos pusimos de acuerdo ya que eran temas relacionados. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no sentí cuando me estaban hablando, hasta que una bolita de papel pego en mi cara haciéndome reaccionar.

• Perdón, pero, no nos hacías caso – dice apenado Ed - ¿Todo en orden? –
• No te preocupes, y si todo en orden – trato de sonreír
• Ale – dice Crys llamando mi atención - ¿Cuándo fue la última vez que viste a mi hermano? –
• Ayer – susurro
• Ayer lo vio, y tuvo un pequeño ataque de ansiedad – responde Charlie
• ¿Algo te hizo? – dice rápidamente ella - ¿Antes? –
• No convivía con él, rara vez, cuando llegaba a estar con Matt, pero no, que yo recuerde – digo frunciendo el entrecejo
•  Oye – dice esta vez Lou - ¿El jueves es la entrega del trabajo de historia? –
• Si – respondo

Con ello, la atención que tenía desapareció y cada quien volvió a hablar entre sí.

El día paso normal, sin ningún evento caótico, Lou, me llevó a mi casa y pasamos la tarde juntos, estar con él hace que me dé demasiada tranquilidad, que me desconecte de todo mal pensamiento que llega a mi mente.

El jueves llegó más rápido de lo que pensaba, y así como llegó termino, entregamos nuestro trabajo y la maestra nos brindó una sonrisa cuando le dio un visto rápido, eso nos hizo pensar que sacaríamos una buena nota.

Regrese a mi casa sola, bueno con el chofer, ya que Mike no podía irme a dejar y pasar el día conmigo como lo hemos hecho últimamente. Estaba demasiado aburrida en mi casa, así que decido salir al centro comercial a pasar el rato y tal vez comprar algo que me llegase a llamar la atención. Pero ahora que lo pienso fue mala idea.

Iba entretenida en mi celular cuando choco por accidente con un chico, no me percate quien era, porque estaba ayudando a levantar sus cosas, y cuando terminamos, pude reaccionar y ver que era Jacob que me estaba sonriendo, pero, no era una sonrisa linda, para nada, era aquellas que te hacen temblar de miedo, una chica se acerca a nosotros y él la abraza por la cintura, mi vista se nubla de miedo y me alejo de ellos, y sin más corro hacia el estacionamiento donde  estaba mi chofer esperándome, alterada le digo que me lleve a la casa rápido, al llegar corro hacia el despacho de mi papá y empiezo a buscar la llave del aparador donde tenía todas sus botellas, al encontrarla, tomo una botella y salgo corriendo de ahí y entro a mi habitación cerrando la puerta con seguro.

Saco una caja del fondo de mi armario, allí adentro había una pequeña libreta.

Abro la botella y sin pensarlo, le doy un trago como si fuera agua, al soportar el sabor de aquel líquido, abro la libreta y busco aquella fecha, 17 de febrero 2016, aquella fecha donde cambio mi vida. Allí estaba anotado lo que había sufrido, aquella libreta tenía anotado toda mi vida, todos mis secretos, todo lo que me llevare hasta la tumba.

Las imágenes se repetían constantemente en mi mente, las risas, los golpes, la música de fondo, todo, y yo seguía llorando en el piso de mi armario tomándome la botella como si no hubiera un mañana, dirijo mi vista hacia aquella caja y algo brillante llama mi atención, una pequeña cuchilla estaba ahí, la tomo lentamente entre mis temblorosas manos, estaba tan cegada por todos esos recuerdos, que sin que me importara, la entierro en mi brazo, hacia un corte tras otro, antes estaba acostumbrada a este dolor, pero ahora que lo vuelvo hacer, me doy cuenta de cuanto duele pero, también de cuanto extrañaba hacer esto.

Seguí un buen rato ahí sentada en el piso, hasta que la botella se terminó, con pasos torpes me dirijo hacia el baño de mi habitación y me limpio la sangre seca que estaba en mi brazo, abro la llave de la regadera y tomo una ducha fría, aun con la ropa puesta, llorando y tirada en el piso abrazando mis rodillas, hace que me sienta como aquella niña de tan solo 15 años que no quería seguir con su vida.

Después de un tiempo allí, me levanto y me cambio la ropa mojada por mi pijama y voy a acostarme, estaba tan cansada de tanto llorar que enseguida quede dormida.