¿tu Mundo Solo Se Basa En Mentiras?

CAPITULO 14

Al día siguiente desperté con un gran dolor de cabeza que daban ganas de quedarte acostado todo el día, pero, para no levantar sospechas tuve que levantarme de mi cama, tomé una ducha rápida, me vestí con unos jeans de mezclilla y una sudadera negra y mis converse negros, en mi brazo izquierdo utilicé unas pulseras y mi reloj para lograr ocultar los cortes, pero también le puse maquillaje para ayudar a ocultarlos. Al bajar al comedor, mis padres me saludaron como si nada, y agradecí eso, ya que pensaba que no se habían dado cuenta de la botella faltante.

Al terminar de desayunar mi mamá me llevo a su auto y me fue a dejar al colegio, en todo el camino estuve callada, como siempre, pero ahora era por el dolor de cabeza que me cargaba. Al llegar me baje sin despedirme, y entre directo al salón, por la hora aún seguía vacío, pero prefería estar ahí que en los pasillos que estaba lleno de gente y con mucho ruido.

Recargue mi cabeza en la mesa, esperando que el dolor de cabeza disminuyera, pero parecía que no quería hacerlo, al contrario, aumentaba más.

  • Hola hermosa – susurra Lou en mi oído
  • Hola – saludo sin levantar mi cabeza de la mesa
  • ¿Todo en orden? – pregunta
  • Amanecí con dolor de cabeza –
  • ¿Por?, ¿No dormiste bien? – y puedo escuchar preocupación en su voz
  • No sé, y si – miento, porque si sé porque el dolor
  • Hola amigos – grita Ed entrando al salón acompañado de Paul
  • Joder, bajale un tono a tu voz – digo de mal humor y levantando mi cabeza
  • Uuuuyyy perdón – responde él
  • Adivinen quien no tendrá clases todo el día de hoy – llega emocionado Charlie – NO TENEMOS CLASES -se responde gritando
  • Joder, dejen de gritar, carajo – digo ahora yo
  • Tiene dolor de cabeza – responde Lou, a las preguntas no formuladas de los demás
  • ¿Dolor de cabeza? – dice Paul – a mi ese humor me recuerda a Aleksandra con resaca – dice normal
  • Cierto – le secunda Ed – se cargaba un humor insoportable por el dolor de cabeza –
  • Por favor chicos, recuerden que Ale ya no toma – dice Charlie – es un simple dolor de cabeza –
  • Nosotros no sabemos… - responde Ed
  • ¿No has tomado cierto? – dice Lou en mi dirección, ya que he estado callada todo este rato
  • Obvio no – respondo – te juro que no he tomado, no sé porque el dolor de cabeza – me duele mentirle a Lou, pero sé que es lo mejor si no quiero recibir un regaño
  • Está bien pequeña – dice abrazándome por los hombros
  • Ahmmm… ustedes… - dice confuso Ed - ¿Son pareja?, estos días los hemos visto muy unidos –
  • Si, si son pareja – responde Charlie por nosotros
  • Bueno, como no tendremos clases hoy, creo que lo mejor es regresarme a mi casa, así aprovecho para dormir y calmar el dolor de cabeza – digo tomando mis cosas, dispuesta a irme de allí
  • ¿Puedo acompañarte? – dice Lou tímido – podemos pasar el día juntos, puedo cuidarte - dice sonrojado
  • Ella quiere estar sola – dice rápidamente Charlie
  • Oh… bueno sí, creo que es lo mejor, solo quieres descansar – responde Lou decaído
  • No – digo rápidamente – si quiero pasar el día contigo – respondo con una sonrisa
  • Vale vamos – dice levantándose y tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos – adiós chicos –

Salimos del salón y nos dirigimos hacia mi casa, al llegar lo guie hacia mi habitación, pasé al baño a buscar una pastilla para el dolor de cabeza, al tomármela regreso y lo veo acostado en la cama con su celular en las manos, desde donde estoy podía apreciar cada rasgo de Louis, tenía unas pestañas largas rizadas y bonitas, que hacían juego con sus ojos color azul, su nariz de botón y su pequeña barba de días que le estaba creciendo, medio rojiza, su cabello lacio castaño caía sobre sus ojos, amaba la manera en la que con sus mano lograba peinarlo de lado o lo trataba de quitar de su frente, amaba sus manos, la suavidad de ellas, y como lograban acoplarse a las mías.

  • ¿Tengo algo o por qué me miras tanto? – dice Lou sacándome de mis pensamientos
  • Eres hermoso – digo acercándome a él
  • Gracias, tú no te quedas atrás – dice sonriendo
  • Te quiero – susurro
  • Y yo a ti –

Nos acostamos en mi cama, con mi cabeza recargada en su pecho, mientras él acariciaba mi brazo con la yema de sus dedos y poco a poco me fui quedando dormida.

No supe cuánto tiempo me dormí, pero al despertar pude sentir unos brazos rodear mi cintura, alcé mi mirada y encontré el lindo rostro de mi novio, sonrío con ese pensamiento, paso lentamente mis dedos por su cara acariciándolo con cariño, hasta que llegan mis dedos a sus labios, aquellos labios delgados con un lindo color rosado, paso lentamente mis dedos tratando de no despertarlo y levantándome con cuidado me acerco a ellos y le doy un pequeño beso y cuando me alejo el agarre de mi cintura se incremente y abro mis ojos al darme cuenta que ya él estaba despierta y sonriendo, me puse roja enseguida y baje mi mirada.

  • Perdón, no quería despertarte – digo apenada
  • Me gustaría despertar así más seguido – susurra haciendo que me vuelva a sonrojar - ¿Puedo besarte? – pregunta tímido y yo asiento sin poder formular alguna palabra.



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En el texto hay: mentiras, muerte odio, depresion y drogas

Editado: 15.10.2021

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