CAPITULO 16
El resto de mi semana fue demasiado aburrido. Iba al colegio solo porque me llevaban mis papás no por otra cosa, pero solo entraba a la primera clase y después me iba, a pasar el rato por el parque o por el centro se la ciudad.
Traté hablar con Lou, pero siempre me daba la vuelta, Charlie era el que estaba insistiendo en hablarme, pero yo no lo dejaba acercar.
Los cortes en mis brazos eran más, compraba botellas de alcohol sin que se dieran cuenta, la adicción volvió a mí, cuando dormía eran pocos los minutos, pero siempre abrazando al peluche que Lou me regaló.
Había llegado el 17 de octubre, era un jueves bastante frio, me encontraba sola en mi casa, mis padres han estado de viaje toda la semana me habían dejado al cuidado de mi nana.
Había salido a caminar, para poder distraerme un rato, llegué a un parque y me senté lo más alejada de las personas que allí estaban, sin querer mis recuerdos viajaron aquel día.
Recuerdo como estaba disfrutando mi tarde con mi mejor amigo, pero de un momento a otro todo cambió, toda la alegría de ese día se convirtió tristeza, coraje, miedo. Los gritos de ese día siguen retumbando en mis oídos, aquello golpes, que hicieron que llegara al hospital, el haber estado lejos de mis padres una semana y que ellos no se dieran cuenta, el como perdí algo mío ese día.
Quería desahogarme con alguien, pero Louis seguía sin responder mis llamadas, saqué la botella que llevaba conmigo y empecé a beberla, recordando cada palabra que me decía, como me dieron la noticia de que lo había perdido, cuando reaccioné yo ya no estaba en mis 5 sentidos, y fue cuando decidí ir a la casa de los Baker.
Al tocar la puerta esperé a que alguien atendiera, para mi suerte fue Lou, sonreí al verlo y lo abracé por el cuello.
- ¿Ale?, ¿Estas borracha? - dice separándome de él
- ¿Yo?, noooo - respondo alargando la o
- Vamos adentro - dice guiándome a su habitación - ¿Por qué? -
- Hoy, todo se fue al carajo - digo tontamente – Ya tendría 2 años – murmuro sin ser consciente de lo que digo
- Oye ¿Quien fue quien toc… - dice Charlie entrando a la habitación - ¿Ale? -
- Te odio - digo apuntándole con el dedo - pero no te odio más que a Jacob -
- ¿Qué dices bebé? - dice Lou
- Hace años, yo le dije que no, pero no hacía caso - cuento en voz baja
- ¿Qué te hizo? - pregunta Louis enojado
- Dirás que no me hizo - señalo divertida
- Ale, no es el momento - responde serio Charlie
- Yo solo tenía 14 años - murmuro - y me hizo mucho daño - y los recuerdos vienen a mi mente y empecé a llorar
- Tranquila, respira bebé, no nos tienes que contar todo hoy - dice Lou abrazándome
- Te extrañé - murmuro contra su pecho - todas las noches aparecía y no me dejaba en paz - vuelvo a sollozar - perdón por no decirte lo de los cortes, perdón por decepcionarte -
- No me decepcionaste cariño - responde él
- Él abuso de mi desde los 14 años, yo no quería, le conté a Matt pero no me creyó, pensó que estaba bromeando - digo en voz baja - al cumplir los 15 lo volvió hacer, y como Matt no me creyó la primera vez ya no le volví a decir, si tomaba era porque podía sentir menos el dolor y si me drogaba era porque así no diferenciaba la realidad – sollozo – entonces no podía afectarme nada –
- ¿Alguien más sabe de esto? – me pregunta Lou
- Obviamente nadie más sabe de esto, dime ¿Ustedes me creerían? – me rio – obviamente no – digo seria - ¿Quién le va a creer a una chica de 15 años, que ahora la tratan de drogadicta y alcohólica y que su único testigo esta muerto? – digo con sarcasmo
- Ale… - dice Charlie
- No, nada de Ale… - digo imitándolo – no les conté esto para que me tengan lástima, solo lo hice porque quería sacar esto de mi – respiro hondo – aparte, estoy segura que mañana no recordaré nada –
- ¿Qué más te hizo? – pregunta Lou
- Matt tampoco es tan inocente – murmuro – pero ya no quiero seguir hablando de ello
- Descansa, mejor, mañana tenemos colegio – dice Lou alejándose de mí
- Tenemos que avisarles a tus papás – dice esta vez Charlie
- Ellos no están – digo antes de caer dormida
Al despertar y darme cuenta que no estaba en mi casa, ya sabía que al salir de aquella habitación iba a recibir un gran regaño, por parte de los chicos y también por mis padres cuando mi nana les diga que no dormí en casa. Al bajar al comedor y ver los rostros serios de los hermanos Baker supe que mi momento había llegado.
- Si, sé que he tomado, y que tal vez ayer haya dicho muchas cosas y ahora ustedes tengan demasiadas preguntas, pero no estoy de ánimo – suspiro - ¿Alguno puede irme a dejar a mi casa?, por favor – voltearon a verse ambos y Charlie suspiro
- Anda vamos, te llevo – dice levantándose de donde estaba sentado
- Gracias – murmuro – Adiós Lou – pero él ni la mirada me correspondió