CAPITULO 23
Dicen que si no puedes con tu enemigo lo mejor será unítele, y eso hicimos Lou y yo, ahora estamos todos en su sala bebiendo, claro esta que yo no, yo estaba siendo mimada por un lindo chico de ojos azules.
En un momento de la noche decidí ir hacia su habitación por una sudadera porque la mía había sido mojada por mi refresco.
- No sabes las ganas que tenia de verte por fin sola – entra Charlie a la habitación
- Y no sabes las ganas que yo tengo de hablar contigo – respondo
- Extraño a la amiga que tenia antes de que pasara lo del beso –
- Demasiado tarde, tu me odias, y yo a ti – digo restándole importancia – has perdido tu oportunidad, y como buena persona, por favor, recuerda nuestro pacto –
- Si alguno de los dos falla, el otro se queda callado de lo que sabe del otro – susurra – lo sé, perdón en serio – dice antes de darse la vuelta y salir de la habitación
Escucho la puerta cerrarse y segundos después el mismo sonido
- Carajo Charlie ya vete – digo enfadada dándome la vuelta, pero unas manos en mi cadera lo impiden – tu no eres Charlie –
- Hola hermosa – susurra mi peor pesadilla
- Largo, suéltame – digo tratando de zafarme
- No, has estado sin mi durante años, ya no más –
- Jacob, suéltame – grito, pero me empuja y hace que caiga en la cama de espalda
- ¡CALLATE! – grita haciendo que me encoja en mi lugar
Se coloca sobre mi y empieza a besar mi cuello, y no puedo sentirme más asquerosa, trato de moverme, pero con su peso encima me es imposible, mi mente se nublo y empiezo a recordar como hace años Jacob había hecho lo mismo conmigo como lo esta haciendo ahora, dejo de pelear y simplemente me quedo quieta.
No sé cuanto tiempo pasó, pero de un momento a otro deje de sentir ese peso sobre mi, y solo escuchaba golpes y maldiciones, pero yo seguía sin moverme de lugar, con mis jeans puesto y la parte de arriba descubierta solo con mi sostén. Logró moverme cuando siento una mano acariciando mi brazo.
- ¡NO! – grito colocándome en la parte más alejada de la cama – ¡NO ME TOQUES! –
- Amor, tranquila, soy yo – dice Lou – dame tu mano, tranquila bebé – dice extendiendo su mano hacia a mi y lentamente coloco mi mano sobre la de el – muy bien bebé, tranquila – dice ahora abrazándome
- Me dijiste que nadie me haría daño, mientras estuviera contigo – susurro entre sollozos – me has mentido, como todos – digo dándole golpes en el pecho
- Lo siento amor – dice abrazándome más fuerte tratando de que me detenga – lo siento mucho, en serio – y empiezo a sentir mi hombro húmedo por las lágrimas que salían de sus ojos
- Quiero irme a mi casa –
- Ten – dice Ed dándome una sudadera – póntela – susurra sin verme directamente
Con tranquilidad me coloque la sudadera, aún seguía en shock y no me importaba nada que no fuera huir de ahí.
En silencio me dirigí hacia la salida de aquella casa, Charlie y Louis me llegaron a mi casa, yo iba en los asientos traseros sin decir palabra alguna.
Al llegar, Lou me acompaño hasta mi habitación y con lentitud salió de mi habitación, entré a mi baño y sin quitarme la ropa de metí a la regadera, Mi celular sonó un nuevo mensaje llegó…
“Todo se está repitiendo otra vez, y esta vez nadie te salvará de lo próximo que venga”
Empiezo a llorar, maldito sea el día que conocí a Jacob, maldito día sea el día que Matthew murió, Jacob me pagará lo que me hizo hoy y será peor a lo que yo he estado sintiendo todos estos años.
Salgo del baño con una bata, una vez que me quite toda la ropa mojada, y empiezo a lanzar cosa y gritar.
- Ale, tranquila – dice Lou entrando corriendo a la habitación
- Jacob arruinó mi vida y quien sea ese estúpido anónimo se esta burlando de ella – sollozo entre sus brazos
- Perdoname amor, en serio, perdón por no haber estado para ti –
- Jacob consigue lo quiere siempre –
- Esta vez no va haber nada que evite que lo mandemos a la cárcel – responde seguro
- No – susurro – Jacob, jamás pisará la cárcel – respondo
- ¿Qué?, ¿Por qué? – se separa de mi alterado - ¿Lo vas a seguir encubriendo? – dice enojado
- Quiera o no, Jacob jamás va a estar en la cárcel, tiene el poder y los recursos que no ir, aparte no hubo penetración esta vez, nadie hará nada – cruel pero cierto – dirán que yo estaba borracha, o tomaran que él lo estaba y dirán que me le insinué, y con mi pasado, nada bueno saldrá de esto -
- Tenemos que hacer algo –
- Si, quedarnos callados – respondo – es lo mejor, el próximo año termino mis estudios mientras logré que él no se acerque a mi durante ese medio año, ya estoy del otro lado y me pueda ir de aquí – respondo segura
- ¿Y si en ese medio año más te pasa algo peor? –
- Estarás para mi ¿no? –
- Siempre –
- Entonces no hay nada que temer, espero – susurro esto último esperando que no lo oiga