"Pero, madre, yo la amo..."
Anatema soy, condenada por amor
Mi corazón arde por ella, en llamas de dolor
La iglesia me maldice, pero yo no me arrepiento
Porque mi amor es mi verdad, y por ella moriré.
---
Mente cerrada, esta sociedad es un río estancado, donde las ideas fluyen en un solo sentido.
Me siento arrastrada por una corriente de sus prejuicios, donde el humor es un anzuelo que oculta el veneno.
Sentí el rechazo por parte de ellos, soy una rebelde contra el molde que intentan imponerme, una voz que se niega a ser silenciada por sus expectativas.
La mesa se convierte en un campo de batalla, un espejo que refleja nuestras diferencias, donde las palabras son armas, gritos en busca de la razón.
No haré que mi madre esté orgullosa, en medio del caos, mi corazón sigue latiendo por mi chica. Mi amor por ella es un árbol que se niega a ser derribado ante las protestas de los saboteadores.
Me condenan con solo una mirada de desprecio, un anatema que me separa de la luz. Mi amor es un crimen, un pecado según quiénes juzgan.
No necesitan rezar por mí, soy una hereje, una apóstata que se atreve amar de manera diferente. No me arrepiento, no me disculpo, ella es mi razón de ser sin importar mi condena.
Solo soy una chica que quiere ser amada por otra chica. Y si eso ofende a tu cielo y tus creencias, entonces que así sea, pero yo la elegí a ella.