2018
Un año después de lo sucedido con Oswaldo, Lourdes había retomado su vida con valor y decisión, atrás se habían quedado las noches dándose golpes de pecho, pensando que había hecho algo mal para que él se alejara de esa manera de ella. Durante todo ese tiempo no supo nada de él, era como que se lo hubiera tragado la tierra.
Con respecto a los 2 misteriosos samaritanos que la habían auxiliado el día que se desmayó en la calle; no había sabido nada, a ellos también se los había tragado la tierra, por mucho tiempo intentó encontrarse con el vehículo, un Audi A7 color gris. Se lamentaba no haberle tomado las placas; sin embargo en su pueblo no era común ver esa clase de vehículos, por lo que terminó convenciéndose que no lo volvería a ver.
Sus proyectos iban "viento en popa", había logrado abrir su oficina jurídica y la oficina de atención legal gratuita para personas de escasos recursos. Ha ese proyecto que era uno de sus más grandes sueños se habían unido 2 profesionales del derecho, su cuñada y amiga Ixmucané y el joven abogado Fabricio Revolorio. Los 3 abogados dividian su tiempo para que durante toda la semana uno de ellos proporcionara atención legal a las personas que se presentaran a la oficina de atención gratuita; ella disfrutaba las ocurrencias de sus amigos cuando se reunían a preparar las audiencias y a revisar los expedientes de los casos. Fabricio era un chico muy inteligente y bondadoso, era gay y tenía una pareja formal, con la que mantenía una bonita relación. Con respecto a los recursos para el sostenimiento de la oficina, con el apoyo de la iglesía, habían logrado el apadrinamiento de 3 empresas muy importantes; para ellos 2 de esas empresas eran reconocidas y la tercera era la incógnita, el sacerdote quien les ayudaba en todo su proceso, nunca había revelado el nombre del padrino misterioso, únicamente tenían conocimiento que era una de las empresas mas importantes del país.
Lourdes amaba el mar, y, frecuentemente hacía visitas mañaneras a la playa, se sentaba a disfrutar del paisaje o a leer un libro. Luego regresaba a su casa y continuaba con sus actividades del día, se había vuelto una de las cosas que más amaban realizar; además de conducir su motocicleta, una Honda CB500F, color gris. La mayoría de veces se trasladaba en ella, disfrutaba el paisaje y la adrenalina que le producía conducirla. Su madre estaba en total desacuerdo, odiaba el gusto de su hija por la motocicleta, no entendía en que momento había nacido su atracción por ese "cacharro" como ella le decía cuando se refería a la motocicleta, o, en que momento había aprendido a conducir, ya que en su casa nunca tuvieron una.
Su hermano Jorge también gustaba de las motocicletas, tenía un negocio propio, un taller mécanico en el centro del pueblo, Lourdes le había ayudado a cumplir su sueño de tener su propio taller. Jorge e Ixmucané pronto tendrían a su primer bebé, Lourdes sería la madrina. Ambos estaban muy felices por la llegada de su primogénita. Ixmucané finalmente había logrado enamorar a Jorge, ya que desde niña lo había amado, había estado junto a él cuando su novia de muchos años lo había abandonado, entonces, su acercamiento en esa etapa y el apoyo de la chica, había logrado que en él naciera el amor por ella y años después contrajeran matrimonio. Lourdes cuidaba de su cuñada, por lo que en los últimos días, había dejado de conducir la motocicleta y se había convertido en el conductor oficial de la futura mamá, por lo que una mañana de sábado, se conducía en su Corolla modelo 2000, hacía la casa de los esposos, para luego salir de compras con su cuñada; aún hacía falta adquirir algunas otras cosas para la bebé. -Lourdes, díme que ya vienes cerca, Jorge insiste en acompañarnos y ya agoté todas las excusas para que no nos acompañe-. Lourdes sonríe, se había estacionado para contestar la llamada de su amiga, ya que odiaba conducir y atender el teléfono. -Tranquilízate Ixmu, ya estoy cerca-. -Date prisa, porque este hombre puede terminar convenciéndome-. Ixmu ríe por bajito; Jorge besa su cuello durante toda la conversación con su cuñada. -Nooo...- Ambos se sobresaltaron, Jorge escuchó el grito de su hermana. -Lourdes, díme que te sucede-. Ella respiraba con dificultad. -Debo dejarlos, acaba de suceder un accidente frente a mis ojos, entre un Audi y una camioneta, debo ir a ver que sucede-. Ellos intentaron pedirle calma y que se cuidara, pero ella ya había finalizado la llamada.
Lourdes corrió de prisa, se escuchaban gritos, dentro de la camioneta habían niños y una mujer embarazada. Lourdes lo había visto todo, el conductor de la camioneta había hecho una maniobra inadecuada, la carretera era de ambas vías y la camioneta se había ido directo a colisionar con el Audi. Lourdes se acercó primero a la camioneta, le preocupaba el estado de los niños y de la mujer principalmente; el conductor se encontraba un poco golpeado, pero estaba consciente. Ella llamó inmediatamente al 911 para pedir ayuda, porque los niños lloraban desconsoladamente, y, el mayor de ellos se quejaba de un fuerte dolor en el brazo.
Editado: 06.04.2020