Tu perdón es mi salvación

CORAZÓN SOLITARIO

2018

Había transcurrido una semana desde que Lourdes se despidió de Fernando en el hospital. Una semana en la que había incorporado más actividades a su agenda diaría para mantener su mente ocupada; sin embargo el corazón traicionero, se ocupaba por la noche de martirizarla; lograba conciliar el sueño hasta muy de madrugada. Al finalizar la tarde pasaba a casa de su hermano, para visitar a su cuñada que ya había tomado su descanso pre-natal. Ixmucané siempre le repetía que la observaba muy desmejorada, la falta de descanso y sueño estaba quebrantando sus nervios, y, por supuesto la pesadumbre era evidente, aunque ella quisiera evitarlo. -Si no te tranquilizas y descansas, tendré que poner cartas en el asunto; cada vez te veo peor-. -No exageres Ixmu, estoy bien-, -pues no lo creo, la familia está preocupada, me han interrogado y ya me siento como un testigo protegido, porque aseguran que sé algo  de tí, de lo que te tiene en ese estado y no quiero contárselos-. Lourdes giró los ojos. -sabes, creo que ya es hora de irme y...dejen de preocuparse tanto, estoy bien-. Ixmu se puso de pié,  abrazo a su cuñada y tomó su mochila . -Resuélvelo Lourdes, porque no me gusta verte así-. Su amiga estaba a punto de llorar, Lourdes asintió y se alejó, no podía permitir que su amiga llorara frente a ella, de lo contrario ella terminaría haciendo lo mismo; sin embargo y con dificultad su amiga la alcanzó. -¿Quieres que me quede más tranquila?-. Lourdes asintió. -Déja tu auto aquí, permite que tu hermano te lleve a casa, estás muy cansada y no quiero que te duermas al volante-. La mirada de súplica de su amiga le rompió el corazón. -Esta bien, pero no molestaré a mi hermano, me iré en taxi-. -Pero...- -no hay "peros que valgan", si quieres que deje el auto, acepta que me vaya en taxi, de lo contrario conduciré-. --Esta bien, pero avísame cuando llegues a casa-.

Se encontraba a unos cuantos metros para llegar a su casa; Lourdes observó que  frente a  la puerta de entrada se encontraba estacionado una camioneta gris, de repente su corazón se sobresaltó. Del lado del piloto bajó un hombre, ya era bastante tarde, por lo que no podía identificarlo desde la distancia en que se encontraba; le pagó el servicio al taxista, se bajó del vehículo y caminó lentamente hacía el hombre, cuando estuvo cerca, sintió que alguien la tomaba de los hombros, era un segundo hombre, el susto fue tal, que Lourdes cayó desmayada en los brazos de aquel. 

-Ayúdame Arturo-. Arturo se giró para observar a su primo que tenía en brazos a Lourdes. -¿Que sucedió?- --Que soy un estupido, la tomé de los hombros por detrás y el susto provocó  que se desmayara-. Fernando hablaba, pero al mismo tiempo introducía a la chica al vehículo. -Pero ¿que haces?, estamos frente a su casa, llevemoslo allí-. -No, no, la llevaré al hospital-. -No creo que sea necesario Fernando, debe ser un simple desmayo por el sobresalto, sus familiares pueden suministrarle algún medicamento natural para estabilizarla. Arturo tuvo que correr e introducirse al vehículo rápidamente, su primo había colocado a la chica en el sillón trasero; estaba sentado al volante y había encendido la camioneta, listo para alejarse. -Estás loco-. -No, no lo estoy, ahora necesito que me indiques a donde debo dirigirme-. La voz de Fernando sonaba totalmente resuelta que Arturo no tuvo más que indicarle la dirección hacía el mismo hospital en el que Fernando estuvo hospitalizado días atrás.

-Parece que el desmayo es debido  al sobresalto y algún estado de niveles altos de estrés, pero no se preocupe, pronto despertará-. Fernando se tocaba la cabeza con ambas manos, estaba muy preocupado por Lourdes. -Doctor, jamás imaginé que algo así provocaría esa reacción-. -Señor Camposeco, es evidente que la chica debe haber sufrido en algún momento de su vida un fuerte trauma emocional, de lo contrario, no habría reaccionado de esa manera; además debe estar atravesando por mucha tensión-. Fernando pensó que si él recordara su pasado, recordaría que le habría sucedido a su amiga; lamentó no saberlo, deseaba mucho ayudarla.

El médico se alejó a atender otros pacientes, Fernando se quedó sentado junto a Lourdes en espera de que despertara, como días atrás ella lo había hecho con él. De repente el teléfono de la chica sonó; estaba guardado en la mochila que él había recogido cuando Lourdes se desmayó, él se apresuró a contestar, sabía que alguien debía estar preocupado por ella, era un poco después de las 10 de la noche. -¿Quieres matarme de una cólera o de un susto?- Escuchó Fernando las palabras de una mujer; en la pantalla únicamente aparecía "Ixmu"; pensó que era extraño; ya que el nombre no era muy común, y, eso significaba que su amiga y la mujer al otro lado del teléfono tenían el mismo nombre. -Perdone...- -¿quien es usted?- La mujer sonaba muy asustada, Fernando intentó tranquilizarla -Mi nombre es Fernando, soy amigo de Ixmucane y....- -¿Fernando que haces con el teléfono de mi amiga?-. -Tranquílizate, dejame explicarte-.  Fernando le explicó a Ixmu lo que había sucedido, Ixmu estaba muy asustada, sin embargo Fernando le aseguró que su amiga estaba muy bien atendida por los médicos y él no se separaría en ningún momento de ella. Cuando la mujer ya estaba más tranquila, se aventuró a comentar la coincidencia del nombre. -Es una coincidencia-. Puntualizó Ixmucané y luego cambió de tema, no quería seguir mintiendo por culpa de su atolondrada cuñada.  -Fernando, la familia de Lou....perdón de Ixmu estará preocupada, llamaré para informarles de lo sucedido...- Fernando la interrumpió. -Ixmucané, ¿que te parece si tú y yo hacemos un trato?-. -¿A que te refieres?-. -Que yo te aseguro que te mantendré informada de todo lo que suceda con Ixmucané, y, tú le dices a su familia que salió a un repentino viaje; mañana es sábado y me gustaría que ella disfrutara de un paseo, parece que ha estado muy estresada, por lo que el médico me indicó.....y....creo que un descanso le caería muy bien-. Ixmucané lo pensó por un momento, Fernando tenía razón, Lourdes estaba atravesando por un mal momento, sin embargo dudaba si su acompañante podría hacerle más bien que mal en su recuperación; finalmente aceptó. -Esta bien Fernando, acepto, siempre que cumplas tu palabra...espero que mi amiga esté bien, porque si algo llega a pasarle, te la verás conmigo-. Fernando sonrió silenciosamente. -Te doy mi palabra, ella estará muy bien y disfrutará mucho su viaje-. Aún conversaban cuando Lourdes comenzó a moverse, había despertado. -Ixmu, debo dejarte, tu tocaya acaba de despertar.  Lourdes abrió los ojos con dificultad -¿Fernando?-, ¿que hago aquí?. La sonrisa de aquel hombre que había aparecido en sus pocas horas de sueño durante una semana entera, le sonreía y la ayudaba a incorporarse en la cama. -Que bueno que despertaste, estaba muy preocupado por tí-. Ella se sonrojó al contacto con él. -Perdóname Ixmucané, no quise asustarte, jamás imaginé que iba a provocarte algo así-. Su mirada de arrepentimiento le conmovió. -No te preocupes, creo que mis nervios no han estado muy bien, he tenido mucha tensión últimamente, pero....¿desde cuando estoy aquí?-. El sonrió tristemente. -Hace unas horas, lo lamento mucho-. Sin embargo se puso de pié y dijo: -Creo que los dos necesitamos un descanso- Ella intentó interrumpirlo. -Espera, no me interrumpas por favor; quiero decirte que todo está arreglado-. Ella lo observó con gesto interrogante. -Tú y yo nos tomaremos un merecido descanso de fin de semana-. Perdona, pero no puedo...- -Sí puedes, lo mereces; y, por tu familia no te preocupes, ya está informada, Ixmucané tu amiga, se ha encargado de informarles que no regresarás a casa hasta probablemente el domingo por la noche- y le guiñó el ojo. -No puedes negarte, serán 2 días fantasticos, y, tú podrás ayudarme a ponerme al tanto de mi vida- -Pero....¿tú hablaste con Ixmucané?- -Así es...y está complemente de acuerdo en que hagas este viaje-. Había duda en el rostro de la chica. -¿Estás seguro que ella dijo eso?- -Me ofendes..- -Lo siento-. -Esta bien no te preocupes, solo bromeaba; verás que la pasaremos bien, solo dime que sí aceptas-.. Carajo, pensó Lourdes, ¿lo intentaré, que más me puede pasar? ¿sufrir?, no podría sufrir más, de lo que he estado sufriendo durante este tiempo.!!! -Esta bien, ¿que tienes planeado?-. Fernando sonrió triunfante, finalmente lo había logrado, había deseado tanto estar junto a esta chica desde el momento en que abrió los ojos después del accidente; en su interior, sufría por no saber de su vida pasada, pero la sola presencia de la chica lo llenaba de una extraña sensación de paz, de tranquilidad, pero sobre todo de una gran felicidad. 




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