Tu perdón es mi salvación

CELOS

Era evidente que los celos habian invadido cada parte de su cuerpo, sin embargo empezó una lucha interior por ocultarlo, le sonrió a su compañero de baile y quiso olvidarse de los dos ocupantes de la barra de bebidas, mostrando sus mejores pasos de baile.  -Ixmucané, tu nombre es muy bonito, tanto como tú-. El argentino le sonrió y en sus palabras había una buena porción de seducción; ella lo sabía, y en lugar de evitarlo, también le devolvió una sonrisa un tanto parecida. -¿Te gustaría beber algo?-. Lourdes asintió y el argentino la condujo hacía la barra de bebidas, tomada de la cintura de una manera bastante posesiva, ella no lo evitó, quería ver la reacción en el rostro de una persona.  

Fernando observó que la pareja se acercaba y automáticamente sintió que el calor invadía sus entrañas, hubiese querido ponerse de pie y de un fuerte golpe en el rostro, lograr que el argentino quitará su mano de la cintura Lourdes, pero eso no era parte del plan y debía continuar con su cometido.

-Yo invito a la siguiente ronda-. Anunció el argentino, luego se acercó a la morena que lo observaba con una enorme sonrisa.  -¿Y quien es tu hermosa acompañante?-. Fernando se apresuró a contestar, viendo a los ojos a la morena -Mi bella acompañante es Barbara, se encuentra de vacaciones como nosotros-. Fernando puso mucho enfasis en "bella acompañante", su mirada aún estaba puesto en los ojos de la morena, ignorando por supuesto a Lourdes. -Hola Barbara-. Se aventuró a saludar Lourdes, en vista de que no había sido presentada. -Te presentó a mi amiga Ixmucané -. Finalmente dijo Fernando. -Hola Ixmu..... perdón, tu nombre es un tanto extraño-. Lourdes deseó girar los ojos, pero no era apropiado, la chica quería parecer "tonta o simplemente era un truco para llamar la atención de Fernando".  Él sonrió.  -¿Quieres bailar Fernando?-. La pregunta llegaba tarde, porque Bárbara ya lo conducía hacía la pista de baile, Fernando simplemente caminaba a su lado, sonriendo ante los comentarios de aquella. Luego posesionó sus manos en la cintura de la morena y ella  sacaba toda su seducción en cada movimiento que realizaba, al compás de la voz romántica y seductora de Edy Santiago.

Definitivamente Lourdes no escuchaba nada de lo que el argentino decía, simplemente lo miraba por educación, pero lo que se fue incrementando cada dos por tres eran los tragos de vodka que pedía al mesero, hasta que la música empezó a hacer  estragos en su cabeza, pero la cólera y los celos a flor de piel, la animaban a mantenerse de pie. -Vamos a bailar de nuevo-. Dijo, el argentino asitió rapidamente y la condujo hasta la pista de baile.

Una junto a la otra, movían sus caderas de forma sensual, observando a sus respectivas parejas de baile que evidentemente estaban extasiadas con la imagen que tenían enfrente. 

Fernando notó que Lourdes se había pasado de copas y que estaba perdiendo su acostumbrado control y eso le preocupó, sin embargo su mismo enojo evitaba que quisiera terminar con el juego, quería creer que lo que ella hacía era a raíz de los celos; pero otra parte de él le gritaba que podría estar equivocado, que simplemente podría ser que ella estaba interesada en el argentino y eso aumentaba sus celos. 

Bárbara se acerca seductoramente hacía su oido y hacía algunas propuestas un poco fuera de lugar, sin embargo Fernando hasta ese momento había aprovechado la situación, pero ya se estaba saliendo de control,  porque Lourdes ya no evitaba el contacto tan cercano del argentino, simplemente sonreía ante los comentarios y algunas caricias de aquel. 

Fernando tomó a Barbara de la mano y se alejó a la barra de bebidas, necesitaba un buen trago de licor. - Crees que podemos irnos ya?, tú amiga parece que continuará la fiesta en otro lado-. dijo Bárbara con cierto tono de malicia. Fernando había dejado de observar por unos minutos a Lourdes y cuando miró hacía el lugar en que ella se encontraba unos segundos antes, bailando con el argentino, ellos ya no estaban. La buscó con la mirada por todos lados, pero no lograba localizarla con tantas personas en el lugar. Finalmente vió como de la mano del argentino se acercaba al sitio más oscuro del bar. Caminó rápidamente hacía allí, ignorando a Bárbara cuando le pedía que dejara de cuidar tanto a la chica.  Cuando llegó al sitio, el argentino tenía a Lourdes, recostada sobre la pared, besando sus senos sobre su blusa, Lourdes balbuceaba, ya que la tremenda borrachera, había hecho que perdiera su autocontrol, sin embargo era evidente que no estaba cómoda con lo que estaba sucediendo, porque alejaba al argentino, con movimientos torpes. 

Fernando se encendió de irá y de un fuerte empujón alejó al argentino e inmediatamente le propinó un fuerte golpe en la cara. -¿No escuchas cobarde que no desea que la toques?-. El argentino se pusó de pie de prisa, era un hombre fuerte, de complexión más fuerte que Fernando. -No te concierne lo que pase entre nosotros, ¿que te sucede?-. El argentino se avalanzó contra Fernando y éste estaba preparado para recibirlo, cuando los guardias de seguridad tomaron a ambos por los brazos y los sometieron al control. Lourdes estaba realmente asustada y se detenía en la pared para no caer. Finalmente los guardias permitieron que Fernando se alejara; él tomó a Lourdes y salió del bar, ignorando los gritos de Bárbara; cuando se encontraban en la puerta del bar, la tomó en sus brazos y caminó con ella hacía el hotel; Lourdes le pedía que la soltara, pero sus quejas no fueron escuchadas.




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