Tu perdón es mi salvación

EL REGRESO

El momento del regreso había llegado, ambos observaban por la ventana de la habitación del hotel, cada uno deseando que la magia de esos días no terminara al regresar a la ciudad. Lourdes nunca había estado tan feliz, tan relajada y por supuesto....tan enamorada. En cuanto a Fernando el amor lo hacía sentirse vivo, renovado y aunque no podía recordar su vida pasada, en ese momento solo eran ellos dos y eso....era suficiente para él.

El bus transitaba por la carretera lentamente, había una manifestación de personas que "exigian tierras para los campesinos". Fernando y Lourdes descendieron del bus y como el resto de pasajeros, observaban a las personas movilizarse con pancartas y frases de indignación por la pérdida de sus tierras; ya que el grupo de personas ya no permitía el paso vehicular. Fernando se acercó a Lourdes y la abrazó de manera protectora. -¿Que sucede cariño?- La mirada de Fernando era de preocupación y ella intentó tranquilizarlo con un suave y dulce beso en los labios. -Estaremos bien, solo esperaremos un poco, las autoridades lo resolverán- Y sonrió. Fernando disfrutó verla sonreir y se sentó a la orilla de la carretera, la colocó en el medio de sus piernas entre risas de Lourdes...al cabo la espera no importaba siempre que continuaran juntos. 

Transcurridas 2 horas, los conductores de los vehículos que no habían podido continuar su marcha comenzaron una dura discusión con los manifestantes, Lourdes se puso de pie e intentó tranquilizar la situación, Fernando intentó ayudarla, sin embargo la situación se estaba yendo de control. Al cabo de unos 15 minutos, los rempujones iniciaron, se escucharon las sirenas y los policias descendieron de sus patrullas; pero la situación empeoró; con palos y piedras los manifestantes empezaron a agredir a los policias y el resto de personas. Fernando intentó poner a salvo a Lourdes, cubría el cuerpo de ella con su propio cuerpo y buscaba un lugar seguro, ella en cambio, intentaba protegerlo a él, todo era una completa locura; todos corrieran a buscar un lugar seguro, pero no había nada en la carretera que pudiera protegerlos de todo lo que volaba por los aires, palos y  piedras  caían de cualquier lugar; todos corrieran hacía los buses y vehículos estacionados... De repente Lourdes observó como Fernando caía  a su lado inconsciente; uno de esos objetos tuvo que haberlo golpeado.  Lourdes sintió como el mundo se le venía encima, ver a Fernando inconsciente era uno de sus más grandes temores....no podía perderlo de nuevo. 

Lourdes intentó desesperadamente despertar a Fernando, pero era completamente inútil, de su cabeza emanaba sangre y aunque respiraba, continuaba incosciente.

Aún estaba a unos cuantos metros del bus, el conductor observó lo que sucedía y bajó para prestarles ayuda, entre los dos pudieron subirlo al bus e inmediatamente se pusieron en marcha de regreso junto con el resto de pasajeros en busca del hospital más cercano.

Fernando fue atendido inmediatamente al llegar al hospital y llevado al área de emergencias, Lourdes tuvo que esperar en la sala a que le proporcionarán noticias; estaba desesperada, no podía creer lo que estaba sucediendo; sentía que no podía respirar, no podía pensar en otra cosa más que en ver de nuevo la sonrisa que ilumina su vida...y que podría estarse apagando de nuevo al otro lado de la puerta.

Para la familia de Fernando, la noticia fue un duro golpe, sus padres estaban desesperados e inmediatamente decidieron viajar para estar al lado de su hijo, lo harían por cualquier medio, la manifestación de personas no iba a ser un obstáculo para ellos.

Después de una dura espera de 2 horas, un médico de cabello cano y de baja estatura, pero con una dulce mirada se acercó a Lourdes; tocó su brazo y la volvió a la realidad, Lourdes se encontraba absorta en sus pensamientos. -señorita buenas noches, ¿usted es la acompañante del señor Fernando Camposeco?-. Ella se puso de pie de prisa, asintió y contestó -Doctor, mi nombre es...Lourdes y quisiera saber como se encuentra él-. -Señorita, le informo que el señor Camposeco despertó por un momento, estaba muy confuso y tuvimos que explicarle un poco la situación, pero aún fue dificil que comprendiera-. Lourdes brevemente le explicó el problema de la amnesia y después de ello el doctor se quedó pensativo por unos instantes. -El señor Camposeco se ha quedado dormido de nuevo, le gustaría verlo por unos minutos, luego tendrá que permitirnos hacerle unos exámenes médicos?. Ella sonrió y ambos se dirigieron hacía la habitación. Lourdes se acercó lentamente a la cama en la cual se encontraba su chico; su corazón se contrajo, le dolía verlo en ese estado, después de tanto tiempo separados, sus últimos encuentros siempre habían estado rodeados de duras pruebas.

Lourdes besó su mejilla y acarició su rostro, él dormía. -¿aunque no me escuches cariño, quiero que jamás olvides, que conocerte ha sido el regalo más grande de mi vida, amarte el más dulce placer y reecontrarme contigo el mayor milagro de mi existencia-.




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