Habían transcurrido 2 meses desde que Fernando y Lourdes se habían vuelto a separar, el dolor no mermaba, al contrario, era cada vez más profundo y los días eran lentos para ambos.
Lourdes llenaba su corazón de un poco de alegria al estar rodeada de su familia y de su dulce sobrina, sin embargo en los momentos de soledad, el dolor era tan palpable, tan físico, que era dificil soportarlo.
Una mañana Lourdes salió de su casa camino al trabajo; ese día se había despertado con una fuerte opresión en el pecho y pensó que un poco de adrenalina le iría bien, a parte de una buena conversación, por lo que eligió trasladarse en su motocicleta y tomar un café con su amiga Sofía que había regresado por un corto tiempo al pueblo; luego daría una vuelta por la playa, aún era temprano y no se tomaría mucho tiempo. La playa estaba desierta, era un día miercoles por lo que naturalmente no habían visitantes, por lo que aprovechó para respirar el aire puro de la mañana. Sofía ya la esperaba, le había llamado al celular y la dulce anciana ya se encontraba con 2 tazas de café en la mano y sentada en las gradas de la entrada de su casa. Sofía sonrió a su amiga que en su rostro reflejaba lo dificil que lo estaba pasando; ya Arturo la había puesto al corriente de lo sucedido y no sabía como poder ayudar a esas dos personas que tanto amaba, por lo que haría un intento de persuadirlos, todo dependía de que ellos entendieran cuanto merecian estar juntos y ser felices.
Lourdes conversó con su amiga por una media hora, platicaron de antiguas amistades y ....Sofia no pudo soportar más tiempo y pronunció aquel nombre. -Sofía, no quiero parecer irespetuosa, pero no me gustaría hablar de su nieto-. -Pequeña, perdona que lo haga, pero creo que ustedes merecen ser felices, la solución a todo ésto es que ustedes conversen de nuevo y arreglen sus diferencias, jamás han dejado de amarse y Fernando ha sufrido tanto como tú por todo esto-. Lourdes lo negó con un movimiento de cabeza. -Mi hermosa Lourdes, ninguno tiene la culpa de lo que sucedió, ustedes sólo son victimas de las circunstancias y de esos 2 malos hombres que se cruzaron en sus vidas-. -Lo lamento Sofia, pero no quiero ahora hablar de ello-. Sofia colocó su mano sobre el hombro de su amiga, que en sus hermosos ojos reflejaba el dolor que le provocaban sus propias palabras. -Piénsalo cariño...Fernando y tú deben salvarse mutuamente de la agonía y del dolor de vivir separados, solo el perdón es su propia salvación-.
Ambas se quedaron un momento en silencio, meditando sus propias palabras. Sofia observó el dolor en los ojos de la joven y prefirió callar....creyó que ya había dicho suficiente por ese momento.
Despues de unos minutos más, Lourdes se dispidió de su amiga, se colocó su casco de motoristas y se alejó camino a la playa, era una mñana hermosa, pero ni ese fabuloso escenario lograba quitar de su corazón esa profunda opresión; finalmente Lourdes se estacionó y lentamente se recostó sobre la arena; observando hacía el cielo las inmensas nubes que pasaban frente a su rostro.
De repente Lourdes sintió una enorme mano que oprimia su boca y parte de sus fosas nasales. -Te callas hija de put..- o aquí te mueres-. El hombre la obligó a levantarse y pudo observar mejor el arma con la que un segundo hombre le apuntaba; en su mano izquierda sostenía una toalla, la que colocó sobre su naríz. Ambos usaban pasamontañas y ropa oscura. De repente escuchó una voz, pero era muy lejana, era seguro que habían colocado un tranquilizante en la toalla con la que ahora el primer hombre oprimía su nariz, porque no lograba identificar esa voz, lo que si sabía es que alguien había llegado a su auxilio....finalmente todo se volvió completamente oscuro.
Editado: 06.04.2020