Tu perdón es mi salvación

DOLOR...

Lourdes sintió una enorme opresión en el pecho, un dolor emocional que traspasaba los huesos....no tenía miedo de lo que Oswaldo podría hacerle...temía lo que podrian ocurrirle a Fernando; aquel hombre que amaba con locura y que jamás había olvidado. Lourdes lloró en silencio, abrazandose al cuerpo de Fernando. Él estaba muy débil y lastimado y no había comido nada.. estuvo insistiendo mucho tiempo hasta que él despertó, con gran esfuerzo hizo que bebiera un poco de agua. Fernando tenía fiebre y Lourdes se alarmó mucho más; pensaba que él moriría y ella no podría hacer nada.

De repente la puerta se abrió; Oswaldo entró de prisa y la tomó del brazo, la atrajo hacía él. Lourdes observó la escena con cólera, porque en el movimiento Fernando cayó de su regazo quedando nuevamente tirado en el suelo. 

-Vámonos Lourdes, ya no hay tiempo que perder-. -¿Porque ahora?-. Él la observó con enojo y agregó. -Tú dijiste que te irías conmigo, ahora vámonos-. -Pero, pero....¿que sucederá con el dinero?-. Lourdes no quería mencionar el nombre de Fernando, sabía que Oswaldo se irritaría más si mostraba interés por él. -Ya lo tenemos; y si lo que te preocupa es ese hijo de Perra, mis amigos se encargarán de él-.  Lourdes observó a Fernando con terror, no podía abandonarlo. -No lo mires....- Oswaldo le gritó tan cerca del rostro y después la tomó fuertemente del cabello. -¿Estás enamorada de él verdad?-. Oswaldo se había vuelto loco, tenía el rostro encendido de ira y la zarandeaba con fuerza. -Ahora te vas a ir conmigo Lourdes y te enseñaré a amarme de nuevo-. Éso no sonó como una promesa de amor, era una clara amenaza hacia ella. La tomó por la cintura y la obligó a caminar con él; ella intentaba soltarse de él, pero con cada movimiento él la tomaba con mayor fuerza.

Oswaldo y Lourdes llegaron hacía un pick up doble cabina que se encontraba estacionado frente a la casa en la que los tenían en cautiverio y observó que ya conocía el lugar, era un sitio solitario que había sido propiedad de una pareja de ancianos y que debido a que no habían tenido hijos ni familia cercana, había quedado en el abandono. 

Lourdes oró en silencio por Fernando, le dolía haberlo dejado solo con aquellos hombres. Oraba con fervor porque alguien pudiera ir en su auxilio. 

Antes de ser obligada al vehículo, Lourdes se quitó un zapato y lo dejó sobre la arena, con la esperanza de que alguien pudiera encontrarlo; luego Oswaldo condujo como un loco de camino a la carretera principal.

Fernando reaccionó ante el ruido y observó como Oswaldo se alejaba con Lourdes; no tenía fuerzas para gritar, mucho menos para moverse, era incapaz de poder ayudara Lourdes, sentía que se estaba volviendo loco.

Minutos después logró con todo su esfuerzo y apoyado de la cama, ponerse de pie, necesitaba salir de allí. La puerta se abrió y los 2 hombres entraron. Se acercaron con mucha calma hacía él. -Hijo de perra.....por fin nos volvemos a encontrar-. -He esperado este momento....- Dijo el segundo.

Fernando entendió de quien se trataba. El primer golpe fue directamente hacía el rostro, Fernando perdió la visión y cayó sobre la cama. -Haremos que te arrepientas de todo lo que nos hiciste, tu sufrimiento será tal, que querrás estar muerto-. Un nuevo golpe lo hizo caer al suelo. -No me arrepentiré jamas, ambos lo tenían merecido-. Las palabras salían atropelladas de su garganta, estaba a punto de colapsar. Una patada fue la respuesta. 

-Es la policia, levanten las manos-. La policia antisecuestros ingresó a la habitación y aprendió a los hermanos. José Luis y Oscar gritaban de cólera, habían planeado ese momento desde hace mucho tiempo y todo se había venido a la borda. Habian 6 agentes que revisaban todos los rincones de la habitación buscando otras personas secuestradas, el operativo había sido creado para liberar a Fernando y Lourdes, pero ella no se encontraba en el lugar. 

Durante el dia y medio que ambos estaban desaparecidos el equipo a cargo buscó muchas pistas, hasta que Arturo recordó que Fernando había colocado un buscador GPS al teléfono de Lourdes, ya que el teléfono de él había sido encontrado en la casa de su abuela, que había dejado olvidado y que por lo menos los hacia creer que no estaba muy lejos; sin embargo Lourdes tenía su teléfono en el bolsillo del pantalón cuando había sido secuestrada y eso ayudó a seguir la pista, luego el teléfono había sido encontrado en la habitación; además del zapato que la chica había dejado afuera y que su madre había reconocido inmediatamente y que ella llevaba cuando salió de su casa. Todo eso les llevó un día entero, primero saber que ambos habian sido secuestrados juntos, porque nadie los había visto juntos antes del suceso. Fernando fue trasladado por los bomberos hacía el hospital del pueblo. Arturo caminaba a su lado. -Arturo, vé por élla, hazlo por mí, no permitas que le suceda nada, Ese hijo de perra se la ha llevado-. El rostro de Fernando mostraba su sufrimiento interior; aquel que estaba consumiendo las pocas energias que aún le acompañaban. -No te preocupes brother, la encontraremos-. 

A la puerta del hospital se encontraban los padres de Fernando y su abuela Sophia que lloraba al ver el estado de su nieto. Arturo dejó a Fernando con su familia y se alejó; sabía que podía ayudar en la búsqueda de Lourdes.

 

 

 

 




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