Tu perdón es mi salvación

CONTIGO

-Ya ha salido de la sala de operaciones- Dijo Arturo al otro lado del teléfono, Fernando miró al padre de Lourdes y sin mediar palabra salieron de prisa de la iglesia, no antes girar para sonreir a la imagen en señal de agradecimiento. 

-Que les han dicho-Dijo el padre de Lourdes mirando a su hijo. -Esta dormida papá, pero el médico indicó que la bala ya fue extraída, que ahora nos toca esperar por su recuperación- La madre de Lourdes corrió a los brazos de su esposo. -Esta viva mi niña, esta viva-. Repetía entre sollozos. 

Fernando sonrió a Arturo, su corazón latía de prisa, pero ahora de alegria, de verdadera paz y esperanza en que su amada Lourdes no se había ido, aún luchaba por su vida. 

Unas horas después de la noticia, Fernando empezó a sentir un terrible dolor en el brazo y mucha debilidad, el médico de emergencias lo observó y sugirió que fuera ingresado como paciente al hospital, Fernando se rehusó, quería estar cerca de Lourdes para cuando ella despertara; pero ante la insistencia de sus padres y ahora la familia de Lourdes, además del dolor intenso de extremidades y de cabeza, no tuvo más remedio que acceder.

 Los médicos sabían que el hombre necesitaba descansar y recuperarse de todo lo que también había sufrido y le sumistraron medicamentos; por lo que las próximas horas estuvo sumergido en un profundo sueño acompañado de sus padres.

En la misma sala, pero separado de un par de habitaciones se encontraba Lourdes, acompañada de su madre que rezaba fervientemente a su lado, estaba segura que sus oraciones serían escuchadas y que su hija se iba a levantar de esa cama y ahora sería feliz, como verdaderamente lo merecía. 

Arturo tuvo que ir a la comisaría unas horas después a dar su declaración; cuando Fernando despertó su madre continuaba a su lado. 

-Cariño, ¿estás bien?-. Fernando la observó un poco confuso a causa de los medicamentos. -Mamá, ¿sabes algo de Lourdes?-. Ella sonrió. -¿Te refieres a Ixmucané?-. El asintió con una sonrisa timida. -No te preocupes cariño, ya me pusieron al tanto de toda la historia-. -Mamá....- -No tienes que decir nada más hijo...y, no te preocupes, ella aún no ha despertado, pero los médicos indicaron que su salud está estable, tendremos que esperar, solo ten un poco de paciencia y pronto la verás recuperada completamente-. El asintió. -Ahora, quiero que comas un poco-. Él hizo un gesto de negación. -No aceptó un NO; abré la boca-. Él sonrió; pero la mujer lo observaba con mirada sería; sonrió y abrió la boca. Ella sonrió como una mamá triunfante. Fernando comió en silencio. -Ahora hablaremos-. Dijo ella.

Él se recostó en la cama, sabía que la conversación sería larga ... -Hijo-. Lo tomó de la mano. -mírame-. El obedeció. -Esa niña y tú ya han sufrido suficiente y sin merecerlo.... merecen ser felices y no es justo que tú quieras evitar esa felicidad-. Él la observó, -sé lo que has estado haciendo hijo; y, no voy a juzgarte, aunque te mereces un jalón de orejas....- Ambos sonrieron. -Pero, se acabó, esto se terminó, ahora, solo tienes que concentrar tus energías para ser feliz y hacer feliz a esa chica, que merece tanto como tú, terminar esta pesadilla y llenar su vida de alegría y de dicha...-. -Prométeme cariño que ya no harás nada para alejar la felicidad de tu vida...prométeme por favor....- La puerta se abrió y ambos miraron hacía el visitante. 

-Me alegro que hayas despertado- dijo Arturo, vengo de la comisaría. Oswaldo, José Luis y Oscar ya fueron enviados a la carcel, la primera declaración ya fue tomada y ligados a proceso; en las próximas horas vendrá un detective a tomar tu declaración para agregarla al proceso.  Fernando asintió; era seguro que la pesadilla estaba terminando...ahora una nueva etapa estaba por comenzar. 




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