Tu perdón es mi salvación

CONFESIÓN

Fernando estuvo inquieto toda la tarde, moría de ganas por ver a Lourdes, ya se lo había mencionado a su madre que lo había acompañado durante varias horas, pero ella insistía en que aún no era conveniente levantarse, entre sonrisas le decía que tenían una vida por delante para verla a los ojos y compartir la vida juntos, que podía esperar a estar un poco más recuperados.

Por la noche, la madre de Fernando regresó a su casa, por insistencia de su hijo que le repetía que necesitaba descansar y que él también necesitaba unas horas de descanso a solas. Fernando se aventuró nuevamente, no podía pasar ese día hasta no ver a su chica. 

-Mamá, ¿estás segura que él está bien?- Lourdes se encontraba por primera vez sentada en un silla de ruedas, después de haber sido ingresada al hospital, y, ahora encontraba la manera de llegar a  Fernando. - Si cariño, él está bien, solo se encuentra recuperándose de la operación-. Lourdes miró al techo de la habitación. -Mamá, ésto es tan dificil de creer, pensé que lo había perdido para siempre...y eso me hizo pensar en lo importante que es en mi vida-. Su madre asintió. -No me importa que haya hecho durante todos estos años, es una completa locura pensar en reprocharle todas las acciones que haya tomado para protegerme, al final, tenía razón...- -mamá, que tonta he sido; el és y será siempre el amor de mi vida....- Su madre sonrió. - Y no estoy dispuesta a perderlo de nuevo; "lo amarraré a la pata de mi cama" si quiere escapar de mí; porqué jamás lo permitiré, nunca ...nunca-. El rostro de Lourdes estaba iluminado, sus ojos brillaban con una luz que no habian mostrado desde que era una jovencita, sin una sombra del pasado tan cruel que había vivido.....y durante la conversación con su madre, nunca imagino que alguien en la puerta la observaba con el corazón latiendo de prisa, con la respiración detenida y con los ojos bañados de lagrimas. 

Fernando caminó lo más rápido que le fue posible; Lourdes entendió que su conversación había sido escuchada y confirmó quien había sido el visitante. Tomó la ruedas de la silla, las giró con todas sus fuerzas y salió a toda prisa de la habitación detrás de aquel hombre, su vientre se contrajo, de nuevo huía y su temor aumentaba cada momento más, pensaba que él estaba culpándose de nuevo por lo que a ella le había sucedido y que éste podría ser un nuevo motivo para que él se alejara de ella.

Fernando salió del hospital, Lourdes le pedía que se detuviera, pero el hombre la ignoraba.....finalmente Fernando paró frente a la pequeña capilla de la iglesia, entró de prisa y se postró frente a la imagen; Lourdes se acercó lentamente a él y lo abrazó; el hombre lloraba desconsoladamente y gemía como un niño. -Todo ha terminado amor....ya estoy aquí y contigo para toda la vida...- Dijo ella. Él levantó el rostro. -No te dejaré nunca, ¿lo entiendes? - Él la observaba sin decirle palabra alguna. Lourdes lloraba de alegría, su silencio le alimentaba la esperanza que él hombre estaba obteniendo el autoperdon que tanto necesitaba. Minutos después de un silencio total; Fernando mirando a la imagen dijo: -¿Crees que ya me ha perdonado?-. Ella sonrió timidamente. -Él nos perdona antes de que se lo pidamos....no lo dudes-. 

 

 

 




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