Tu perdón es mi salvación

NUEVA VIDA

6 MESES DESPUÉS DEL SECUESTRO....

-Dáte prisa cariño-  Dijo un rejuvenecido Fernando sentado sobre su motocicleta. -Voy ....voy...voy-. Decía su chica con una mirada tierna y tomándose el vestido con estampado floral que la hacía verse mucho más joven. Fernando admiró a la hermosa mujer que tenía enfrente, ya no era la jovencita del cual se había enamorado, ahora era una mujer más madura, pero tan hermosa y dulce como ninguna que había conocido...y estaba seguro de su imparcialidad, porque había conocido muchas mujeres y ninguna igualaba a su amada Lourdes. 

-Listo caballero, nos podemos ir-. Lourdes se subió a la motocicleta, lo tomó de la cintura y besó su cuello. Él sonrió. -No hagas eso, porque de lo contrario terminaremos ausentándonos de la charla pre-matrimonial y nos quedaremos toda la tarde en nuestra habitación y tú serás la única culpable-. Dijo Fernando sonriendo de manera coqueta y mostrándo sus fabulosos hoyuelos. Ella le dió unos suaves toques en la cabeza. -apunta un nuevo pecado querido...para el día de tu confesión-. Ella sonrió...-no creas!!! estoy muy nervioso por ese día!!!-. Ella es puso sería. -Creo que no será un día fácil...pero lo superarás-. Lo dijo con tanta seriedad, que verdaderamente Fernando temió un poco. -¿Lo crees?- La voz de Fernando ya no sonaba tan juguetona. -Claro que lo creo- Dijo la joven, intentándo disimular la sonrisa y sonar formal. Fernando apagó la motocicleta.  -¿Estás hablando en serio?- Lourdes sabía que era un tema sensible para él y se arrepintió de haber bromeado con aquello. -Cariño "solo bromeaba", todo saldrá bien, no te preocupes-. Él la observó y se vió en sus ojos, ella le transmitía todo lo que él necesitaba con solo mirarlo....seguridad, paz, amor.....fe!!!

UN AÑO DESPUES...

Lourdes y Fernando se casaron en la pequeña iglesia de su pueblo, rodeados de todos sus amigos y familiares y luego se mudaron a la casa cerca de la playa y con ellos la dulce Sophia que no dudó en vivir con ellos cuando fue invitada; amaba el mar, la paz de su pueblo y porsupuesto amaba a su nieto y ahora a su nueva nieta. Lourdes continuó con su trabajo que tanto le apasionaba y Fernando lo hacía la mayoría de veces conectado al internet; visitaba la ciudad solamente cuando era estrictamente necesario; su nueva vida era tan fabulosa que sentía que algo le faltaba cuando estaba lejos de aquel lugar y aquella gente que tanto amaba. 

Todas las mañanas salían a correr a la playa y luego desayunaban entre risas en el patío de su casa, el fin de semana hacían pequeñas carreras en motocicleta por la playa y cocinaban sabrosos platillos por la tarde, los sabados realizando trabajo social y cada vez eran más conocidos en la comunidad por su apoyo a la gente necesitada del lugar; la pareja ahora asistía a diversas actividades eclesiales y participaba activamente en el grupo familiar de la iglesia. Fernando era autodidácta y además, con la ayuda del  sacerdote había aprendido muchas cosas de la iglesia en corto tiempo, sin ninguna presión de Lourdes y podía decir que había alcanzado la paz que había estado ausente en su vida por mucho tiempo. 

Los padres de Fernando los visitaban frecuentemente y después de un tiempo la pareja se dió cuenta, que incluso las visitas eran más frecuentes en la casa de los padres de Lourdes que en su propia casa, habian logrado una conexión tan especial con la familia de Lourdes que Fernando se alegraba tanto de todo aquello.

Ixmucané y toda su familia los visitaba los viernes por la noche; su pequeña hija y ahijada de Lourdes era la sensación en esa casa, hasta el punto que ya tenía un área para ella sola en el closet de la pareja, porque la niña sentía la casa de ellos como su propio hogar y pasaba largas horas jugando con sus tíos. 

Lourdes estaba muy emocionada, era el cumpleaños de Fernando y había invitado a un grupo de amigos, familiares y miembros de la iglesia a un picnic, la reunión fue un total éxito, el pastel de coco preparado por la madre de Lourdes fue todo un un éxito y aunque sabía que un par de invitados tendrían una "no  muy grata" noche a causa de tantos variados platillos que había preparado y que habían comido sin ninguna reserva; estaba alegre de toda aquella felicidad que ahora la rodeaba. Su corazón se contrajo de alegría, era la hora de entrega de los regalos. Fernando recibía todos los abrazos y regalos con una enorme sonrisa, los días de enojo, irá y culpabilidad habían quedado atrás. Lourdes y Arturo lo observaban en silencio, pero en sus cabezas ambos pensaban lo mismo. "Fernando era un hombre nuevo" y eso era suficiente razón para sentirse satisfecho. -Te toca- Dijo finalmente Arturo. Lourdes estaba nerviosa, curiosamente sólo había tenido valor de comentarle Arturo el secreto que estaba a punto de revelarse. Arturo sonrió y con un pequeño empujón la obligó a acercarse al cumpleañero. -Mi regalo cariño- Dijo, con sus mejillas sonrojadas. Él la beso en la mejilla. -Ábrelo, ahora- Dijo ella; ya que el resto de regalos habían sido colocados sobre una mesa decorada. Fernando sonrió. -Esta bien- Dijo, besándo su mejilla de nuevo. Él quitó cuidadosamente la moña de la caja, y la abrió lentamente, dándole un toque de misterio al asunto. Lourdes estaba emocionada, con las lagrimas a punto de derramarse. La caja contenía otra caja, Fernando dijo. -Misteriosa mi mujercita-. Ella no podía hablar, estaba muy emocionada. Sin embargo la sonrisa de él se apagó cuando de la caja extrajo un pequeño traje color amarillo, con unas figuras pequeñas de hermosas lunas y unos diminutos zapatos a juego; a Fernando le surgieron las lagrimas de los ojos, últimamente le sucedía bastante seguido, sin embargo todas aquellas ocasiones habían sido de felicidad...de plena y grandiosa felicidad. -Feliz cumpleaños futuro papá-. Dijo Lourdes entre sollozos.  Los aplausos no se hicieron esperar y el abrazo fue el sello de la felicidad de aquellos dos, que habían esperado sin saberlo, toda aquella dicha durante tantos años.....




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