19- Recuerdos

Narradora Omnisciente:

Paolo esta sentado en el avión rumbo a su país natal, donde alguna vez fue feliz y ahora sólo queda tristes recuerdos. "Uno siempre vuelve donde fue feliz",dicen, pero para él no es una alegría volver donde sólo queda en la memoria malos momentos. Una vez al despegar, va directo al cementerio, ha pasado tanto que no venia a ese lugar, ese lugar donde descansa su familia.

Deja los tulipanes en la lápida de su familia, deja caer unas cuántas lágrimas y dice: deberían estar conmigo, verme lograr mi sueño, pero sé que donde quieran que estén, estan orgullosos de mí. 

Va para donde alguna vez fue su casa, no quiso quedarse con sus tíos ya que sólo le importaban el dinero que tenía su padre, además del maltrato que recibía, decidió irse con su tía Marta a comenzar desde cero. Un tiempo lo tenía todo luego eso se desvaneció, fue devastador para un adolescente pasar todo eso, ahora que ya es un joven maduro que no le teme a nada ni nadie, sólo a si mismo. Llega y toca la puerta con los puños, tal vez lo reciba su tía antipática Josefina, siempre lo trato de huérfano igual a su esposo Edgar e hijo Marcos. 

Se preguntarán: ¿Por qué Paolo no vino a quedarse con la casa de sus padres?, a Paolo nunca le dio interés el dinero, obvio que se llevó algunas cosas para sobrevivir, pero nunca quiso quedarse con la casa tenía un corazón noble pero le hacía ver a otras personas su corazón de piedra, dejó la casa para su tíos que consta de tres que sólo le importan lo superficial y a si mismos, a decir verdad su padre era el único bueno de esos buenos para nada y su tío Manuel, sus esposas que solo llevan joyas y ropas caras de marca, sus hijos son tan odiosos e envidiosos por lo que es Paolo, menos su primo Alex, él es el único que le comprendió en esos momentos tan difíciles, su compañero de juegos, su consejero.

Abren la puerta y se encuentra con la empleada, se saludan y Paolo entra en la casa, en su cabeza ronda recuerdos pasados, olvida esos recuerdos de su niñez, va en la sala y encuentran a sus tíos tomando café.

                                      Paolo

 ~¿¡Paolo!? - se sorprende mi tío Edgar 

~ Hola tíos, llegué hace unas horas, ¿que tal? - pregunto sentandome en el sofá

~Todo bien, muchacho, ¿como estás tú? - pregunta amablemente mi tío Rubén 

~Un poco cansado, ¿y mis tías? - pregunto mirando para todos lados 

~Están en la cocina, preparan la cena, ya sabes por la muerte de tus padres - comenta Edgar y yo asiento

Voy para la cocina para saludar a mi tía Angela, esposa de mi tío Manuel, son los dos que me quieren aparte de mi tía Marta, ella me ayudo a ser lo que soy ahora. Llegó a la cocina y me encuentro con la pesada de Josefina poniendo el pollo al horno,está me ve y trata de fingir una sonrisa. 

~Hola Paolo, hace mucho que no venías aquí en España - comenta y yo le doy una sonrisa como respuesta 

~¿Donde están mi tío Manu y Angela? - pregunto apresurado, quiero salir de esta piraña 

~Están en el patio - responde y saca un tomate para lavarlo, yo me dirijo al patio y veo a mis tíos sentados con Alex y su hermana pequeña Angie, voy despacio para darles la sorpresa de que llegue, llegó hasta ellos y me pongo enfrente, estos se sorprenden y sin dudar me dan un fuerte abrazo. 

~Los extrañe tanto tíos, ¿como han estado? - pregunto y nos soltamos del abrazo

~Bien, sobrino, ¿y tú? - pregunta mi tío Manuel volviéndose a sentar 

~Muy bien, esta pequeña a crecido bastante, ¿cuantos años tiene? - pregunto mirando a Angie

~Tiene cuatro, pero no te recuerda bien por eso se esconde de ti, hermano - responde Alex pasándome un asiento 

~Seguro estás cansado Paolo por el viaje, no sabíamos que vendrías no arreglamos tu cuarto pero está como lo dejaste - añade mi tía Angela cociendo una ropa

~No, no hace falta, iré con Alex a ver como está por aquí - comento y me levanto, Alex me copia y nos retiramos 

Nos dirigimos hacia el bosque ya que atrás de la casa hay una, siempre jugábamos ahí de pequeños, me recuerda que tengo una cicatriz en la espalda por haberme caído de un árbol muy alto, nos sentamos en un tronco partido. 

~¿Como has estado por Paraguay?, no me respondiste mis mensajes hermano, ¿que andas haciendo? - pregunta y yo me río 

~ Lo sé, este año empecé a construir una biblioteca para el colegio de nuestra tía Marta, me pareció que le debía un favor después de cuidarme por tanto tiempo - respondo angustiado 

~Ya veo, se está siendo de tarde, no quieres ir por un poco de tequilita y charlamos, tengo mucho que contarte hermano - comenta y yo asiento feliz, me hacía falta un compañero de tragos. 

A llegar a un bar nos sentamos y pedimos dos tequilas

~Después de que te fuiste, me enamoré de una chica rubia de ojos azules, lastimosamente me quiere como amigo - me cuenta Alex y toma de un trago el tequila

~¡Uh! eso está feo, ¿pero cómo sabes que es así? - pregunto haciendo un fondo blanco

~Lo sé, porque se siente así, a veces me dice amigo muy seguido, creo que es para que no me ilusione - añade y hace una seña al barman para que traiga más 

~¡Ay Alex!, eso no significa que dejaras de luchar, dile que te gusta y si te rechaza no es para ti  - comento agarrando el vaso lleno 

~Decir y hacer son cosas diferentes, no es tan fácil como tú dices - dice y despeina su cabello chocolate

~Tienes razón, pero toma mi consejo - digo y le guiño un ojo 

~¿Conociste a una chica nueva por ahí?  - pregunta picaron y un recuerdo de Greta me viene en la cabeza, esa vez que le dije cachorro, borro rápido de ese recuerdo y vuelvo a la realidad. 

~No, no hay nadie que me interese - respondo tomando mi tequila

~Todavía - comenta y me da una sonrisa 

~No quiero enamorarme, por ahora, ya sabes el porqué - comento apuntandole con el dedo