Narradora Omnisciente
Estaban ciegos, no querían ver lo que tenían guardado, no supieron ver las cosas que tenían ahí enfrente de sus ojos, lastimados por un mal amor y que los llevó a temer a cualquier tipo de sentimiento.
El temor sólo trae tragedia a su lado, lastimosamente vieron tarde lo que sentían, y con todo lo que se demostraron y sintieron mutuamente, eran raros y un poco despistados, literalmente tontos. Un amor te puede traer mil cosas, en estas épocas el amor no significa nada, por qué creen que la gente anhela tanto un amor como el de las películas o libros. Es porque el amor ya no existe hoy en día, todo estamos rotos por un amor del pasado y no nos deja olvidar, nos dejó una herida, pero toda herida sana y se vuelve cicatriz, toda cicatriz queda en la piel y luego se olvida, será un recuerdo que llevarás contigo y lo recordarás como una enseñanza o un recuerdo cuándo te caíste en tu infancia. Pero habló de las cicatrices que llevas en el corazón, eso permanece siempre y más en tu mente.
Él tenía una oscuridad por dentro, él lo llamaba maldición, a veces creemos que tenemos mala suerte, que nos va mal en todo, que no servimos para nada. Déjame decir que no, que no es así, sólo es un obstáculo que tú mismo te pones, Paolo no quería arriesgarse, no le gustaba sentir su corazón palpitante, sentirse como un completo imbécil, pero ya estaba causando efecto en él todo eso.
¿Tanto daño te causaron para temer del amor?
Se brilla en la oscuridad
Para él ella era su estrella, el brillo palpitante de su oscuro corazón, amaba la paz que sentía con ella, era tanta paz para un tanto caos, eran un desorden perfecto.
Ella era la paz entre tanta guerra
Ella tenía unas grandes dudas por él, él siempre la confundía, aún más eso era el fuego que los prendía, que los caracterizaba, eso era su conexión. Los unía una misma vibra, un mismo sentimiento, el mismo temor.
Para ella él era tormenta, ese que le asustaba y temia que la llevara, su problema, su desorden mental, la que atormentaba sus pensamientos, la tormenta que le daba vueltas a su corazón, gira y gira de tantos confusos momentos. Sentía un remolino que la mataba, la mataba con cada beso y mirada.
Él no sabía que era un asesino
Una lámpara necesita de oscuridad para alumbrar, una estrella necesita la noche para brillar.
Él la necesitaba a ella para vivir
Era tarde, nunca sabes que es la imputualidad hasta que te das cuenta que la perdiste. No volvería, no volvería porqué sabía que no tendría perdón, tantos momentos se cayeron al agujero negro, no tenía esperanzas, la negatividad lo consumía lentamente.
En cambio a ella
Ella sabía que él volvería, el asesino siempre vuelve en la escena del crimen. Su amor era tan ciego que estaba dispuesta a ser asesinada, quería esa tormenta de nuevo, quería sentir el viento fuerte tocar su rostro.
Lastimosamente él ya estaba lejos de volver