Tu Profesor de Besos

49 - Psicópata

 

 

                                    Greta

 

Era mi cumpleaños, el día de ser legal ya había llegado, nunca pensé que pasaría tan rápido para cumplir los dieciocho años, no me emociona realmente crecer es parte de la vida, pero cuándo más cumples años más problemas y preocupaciones llegan a nuestra vida además de hacerte cada vez más viejo. Ya era de tarde y mis amigos me hicieron una fiesta sorpresa, se encontraban todos y me derrame unas lágrimas, pensaba pasarla solamente con Sol viendo películas y además mis padres no querían hacer nada. Se encontraba mis viejos amigos, los del colegio y mi mejor amiga Sol, Bruno todavía no llegaba pero sabía que llegaría y tenía un poco de esperanza que aparezca Tormenta. 

 

Me divertía demasiado con ellos, era como una despedida para mí, faltaba poco para terminar el año, estaba feliz me sentía como una quinceañera otra vez, verlos a mis amigos y que hablen entre ellos era un milagro, mayormente pelean pero nuevamente vuelve a normalidad todo, pero sentía un vacío dentro de mí y no sabía por qué.

~¿Dónde está la pequeña Gretis? - escuche por el pasillo la voz de Bruno, me seguía tratando como una nenita, lo extrañe sin dudar fui a abrazarlo, me recibió con los brazos abiertos – ¡Feliz Cumpleaños Gretis!

~Gracias Bru, te extrañé - dije agarrando el regalo, él me aparta un poco de la gente, me preocupé unos segundos hasta que sonrió dulcemente. 

~Greta quiero que me digas la verdad ahora mismo ¿sientes algo por Paolo? - dijo sin rodeos, trague saliva

~No sé realmente, estoy dándole una oportunidad a Miguel y creó que fue lo mejor, él me quiere - respondí al casi tartamudeo, Bruno me miró fijo unos segundos, él sabía sobre Miguel pero nunca ha comentado nada. 

~No sabés mentir, te conozco perfectamente Gretis

Me quedé callada, no sabía que decirle no tenía una respuesta fija y exacta a lo que me pasaba, estaba confundida y me sentía un poco egoísta. 

~Yo...No sé lo que siento Bruno, Paolo me ha girado la cabeza muchas veces, nunca lo entendí bien y supongo que lo que siento mejor dicho sentía por él era nada más que atracción 

 

Repítelo hasta que lo creas

 

~Paolo es mi primo, pero no voy a negar que es idiota, toma esto es para ti, ábrelo cuándo estés sola - respiró profundo y me la pasa - Es parte de él este regaló, anda y ábrelo ya si quieres

 

Dos regalos por parte de él me hacía raro, era obvio que no vendría, era un cobarde y sabía el error que cometió, además que me dejó claro que era la última vez que nos veríamos. Sin más entro en mi habitación quería saber los dos regalos que me había dado hace mucho que pensaba abrirlo pero tenía que esperar hasta que llegará este día. 

Agarró la cajita roja que tenía en mi cajón, era el primer regalo que me dio y ese día nos volvimos a ver, recuerdo ese besó, todavía siento en mi boca sus labios fríos. Abro despacio, me carcome la curiosidad de saber lo que había dentro. 

~¡Greta hora de soplar las velas! - grito mi madre, maldeci por lo bajo, será en otro momento,pero volveré a revisarlo después. 

 

 

 

 

 

 

                                 

                                     Paolo

 

 

 

~No puedes hacer nada, nada más que olvidar nuevamente - me aconsejaba Alex al otro lado del vidrio 

 

~Lo sé 

 

~Paolo supe que estabas enamorado de ella cuándo le pusiste un apodo, a Camila sólo le decías su nombre abreviado - sonreí - ¿Ves? sonreiste por primera vez en días. Amigo sólo no quiero que vuelvas a caer en el abismo que estuviste alguna vez, te visitaré cada vez que pueda - asentí la cabeza como respuesta, era un gran primo 

 

~Sabes cuánto odio le tengo a los sentimientos, a las palabras bonitas, al corazón agitante, pero cuándo veía sus ojos cafés te juro que despertaba del sueño, me hacía escapar de mi realidad, yo ya sabía que me enamoraría de ella 

~Estas loco de amor - dijo en un tono burlón 

~Me conocés, y cuándo te decía que me sentía como un psicópata no mentía - Alex entrecerro los ojos y me miró confundido 

~¿A qué te refieres? - preguntó pasándose al otro lado de la oreja el teléfono hago lo mismo y sonrió malévolo 

~Hoy es su cumpleaños, dije que no estaría presente porqué mi plan era olvidarla desde un principio, yo no quería quererla, le dí un pequeño obsequio pero con un gran significado. Sabes que me gusta jugar con fuego y no me importa si me quemó. El obsequio tiene un objetivo, ese día que me despedí de ella, dije la verdad cómo también mentí, ella no sabrá cuál es cuál, siempre la confundía y era un mecanismo de defensa para mí como para ella - sonreí tontamente y baje la cabeza – Yo quiero que ella me odie cómo lo hacía al principio, sé que no valgo nada y a nadie merezco, porqué sé que ella me olvidará, porqué yo se que me quiere, porqué con tal soló ver como me miraba ya tenía la respuesta, no quería que ella se enamorase de mí; la razón el daño que podía causarla. Me quedé horas sin dormir porqué quería que fuera especial, el objetivo del regalo es que me olvide pero que quede un recuerdo de que alguna vez fuimos algo que no pudo ser, porqué no era nuestro destino. 

 

~¡Joder! ¿Me quieres ver llorar? - Alex fingió limpiarse unas lágrimas - Por eso te admiró hermano, el mundo te echa para atrás pero no te rindes nunca, ¿entonces renuncias a ella? ¿esperarás por ella? 

~Renucio, ella era mi niña, puede que nunca la recuperé, pero no me importa ser paciente 

~¿Debería preocuparme por el regalo? - preguntó de broma Alex

~Me odiara más, aunque tal vez sea un error decir lo que sentía 

 

Siempre terminas estando conmigo de algún modo Pastelito

 

 

                                                   ***

                                     



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En el texto hay: amor amistad odio

Editado: 17.11.2020

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