Esta es una de esas historias que parecen rotas, como si la última pieza del rompecabezas no hubiera sido encontrada o simplemente estaba diseñada para dejar un vacío sin sentido en nosotros. Esta es la historia de un tigre, pero no uno cualquiera, era uno se esos que con su piel blanca provocaba envidia a sus alrededores y con sus bellos ojos azules cautivada corazones, Su nombre era Max y sola vivir junto con su familia como cualquier otro cachorro tigre. Un día, mientras esperaban que su padre volviera con alimento se oyó su rugido desde lejos, su madre corrió en su ayuda y Max, con sus 5 hermanos esperaron por su regreso durante horas, días pero al parecer nunca volverían. Dos de sus hermanos perdieron la fe y salieron en busca de una ´nueva´ familia dejando a sus tres hermanos solos, la hermana menor fue la primera en caer, nunca se supo si fue por falta de comida o de tristeza. Luego de esto Max y su hermano Joe partieron juntos en busca de una mejor vida. Caminaron tantos días que ya no recordaban, sobrevivian con lo poco que podían cazar y esperaban llegar a un lugar como en los viejos tiempos. Finalmente unos cazadores del rey de aquel país los vieron sin embargo solo se llevaron a Max, debido a que Joe tenia una gran cicatriz en su ojo izquierdo cuando había luchado para defender a su hermano, los cazadores decidieron que era inútil llevar una animal roto como el. Joe vio como su hermano se alejaba con ellos, sabia que seria la ultima vez que lo vería.
Max lloro todo el camino, se odiaba a si mismo, perfectamente pudo haber escapado con ellos y huir con su hermano pero no lo hizo, su propio egoísmo gano. Solo imaginarse viviendo en una casa, donde lo alimentaran, cuidaran de el, al final solo estaba pensando en el y acababa de abandonar a su hermano. Al despertar Max se encontraba en una jaula dentro de un cuarto grande, lleno de riquezas, miro por la ventana y vio un gran jardín con flores y arboles a su alrededor, de alguna manera estaba feliz, pero aun seguía sintiendo dolor en su corazón, sabia que nunca lo olvidaría, a ninguno de sus 5 hermanos ni a su padre o madre. En ese momento un hombre, que parecía ser un cazador, trajo consigo otro tigre, pero este no era de piel blanca que provocaba envidia a sus alrededores, ni ojos azules que cautivaba corazones, este era un tigre común, con piel anaranjada y ojos amarillos como el sol, también se encontraba en una jaula y el cazador dejo la jaula al lado de la de Max y se fue.
Max la miro, por su olor era una hembra y tendría su misma edad, aunque su pelaje no fuera tan hermoso como el suyo ni sus ojos tan brillantes, le recordaba un poco a su pequeña hermana. Aquella tigre se llamaba Jun, cuidada por japoneses toda su vida, había llegado el momento de ofrecerla al rey como ofrenda para evitar que sus dueños muriesen. Jun siempre lo supo, que algún día seria olvidada y desechada como un simple objeto pero sabia que ese no seria el fin. Los dos tigres se observaron, tan diferentes entre si, cada uno con una historia diferente pero llevados al mismo destino, al mismo dolor. Max pensó en su hermano nuevamente, realmente se odiaba a si mismo, ahora sabia que existían personas sin corazón, él era un claro ejemplo.
- Culpa,¿no? - Jun susurro
- No tiene nada que ver contigo o si?
- Los ojos de un tigre no mienten, no importa que tanto intentes escapar de ella, algún día te atrapara- Jun sonrío mientras mostraba sus afilados dientes
En aquel momento otro cazador llego y se llevo consigo las dos haulas donde se encontraban los tigres, camino hasta llegar a un cuarto mas grande que el anterior, observaron seres vestidos elegantemente con joyas a su alrededor , riendo sin sentido mientras sujetaban frágiles botellas con un liquido desconocido para Max, entre mas los veía, Max se sentía menos seguro, menos seguro que incluso cuando se encontraba en el bosque abandonado. Max comenzó a temblar, se preguntaba porque se encontraba ahí, fue entonces cuando lo vio, un hermoso pájaro real en el centro de una de las mesas, rodeado por dichas criaturas, humanos, uno de ellos con un machete en sus manos corto el cuello del pobre animal mientras los demás disfrutaban a carcajadas , no les importo que sus elegantes vestidos se cubrieran de la sangre del animal ni que el pavo real, con sus tristes gemidos , se ahogara en su propia sangre.
-Monst…Monstruos, ellos son unos monstruos- susurro Max con la poca voz que le quedaba
Jun lo miro, al parecer ella siempre había sido testigo de horribles escenas como estas, pero estaba tranquila, esta vez sabia que su destino no la llevaría a la muerte de esa forma, de eso estaba segura
Entre tanto el espectacular pasaba, una hermosa princesa apareció, aunque también llevaba un vestido elegante y joyas preciosas, de ella emanaba un aura distinto, a pesar de ser una humana también, Max vio como un acompañante de la princesa tomaba la jaula de Jun, al parecer a la princesa le gustaba cuidar de los animales, como los tigres
-Princesa- Exclamo uno de sus subordinados- ¿Aquel tigre de bengala no lo llevara también?
-No es necesario, hace poco encontré uno igual a este, solo que ese tenia una gran cicatriz en su ojo izquierdo, con uno me basta- Y sonrío mientras se retiraba del lugar