Pasó un largo tiempo,
¿cuánto ha sido?
¿Dos o tres años?
Y todavía llevo en mi corazón
tu recuerdo amargo.
Sin tenerlo planeado,
una vez más nos encontramos.
Te miré.
Me miraste.
Y, en un instante
los recuerdos regresaron
a mi lado.
No obstante me acerqué,
¡cuánto te he extrañado!
Pero a medio camino me quedé,
pues aún no me había fijado
lo distinto que nos encontrábamos.
Yo, con mi bolsa al hombro,
tú, con tu bebida sobre la mesa
y un niño en tu regazo.