Extra 2

Extra 2 Tu Reputación. 

Yan_skyblue. 

Invitados a una boda.

Laura tomó con cortesía la tacita de té que el duque le ofrecía, aunque tanto silencio le estaba crispado los nervios lo disimulo, desde la fiesta por su segundo hijo no habían conversado frente a frente y su situación pasada le avergonzaba aún, ¡por favor que alguien llegara rápido!

Olivia entró en el lujoso salón de té seguida de Lydia y una de las empleadas de la mansión, la marquesa de Bristol entonces enarco una ceja inquisidora demasiado curiosa de lo que allí sucedería, además de aliviada no fuera una reunión a solas entre cuñados los cuales no tienen afinidad alguna. 

—Cuando recibí la carta de invitación por parte de su excelencia a tomar el té supuse algo sucedía, aunque la presencia de Lady Olivia calma mis nervios— sonrió sin apartar sus ojos castaños de la taza. 

—Quisiera conversar algo importante con todas las personas de quién pueda obtener una ayuda, el tema es delicado— los pulgares del caballero se juntaban y separaban en un ritmo nervioso. 

Las otras damas se acomodaron recibiendo cada una taza de té con aroma delicioso.

—Esto es gracioso— menciona para aliviar el ambiente tenso —, jamás imaginé ver a su excelencia sudar tanto y dudar tanto para decir algo. 

Olivia le dio la razón mientras Lydia reía ocultando su sonrisa tras un abanico. Rose, en cambio, estaba concentrada en vigilar que la duquesa no se acercara al salón, todo debía ser perfecto como lo mandó su señor. 

—Las tres están aquí porque necesito sus conocimientos, podría hacerlo por mi cuenta, pero necesito la complicidad de todas. 

—¿Mi nuera está embarazada de nuevo?— Olivia jadeo, eso no era bueno para la salud de alguien tan delicada como Kate, no, no, definitivamente su hijo debía darle un respiro a la pobre dama, primero las gemelas que cumplieron tres años y luego su bebé de apenas un mes, ¡era demasiado!

—¡No madre, ella necesita descansar y ser cuidada, no le haría eso a mi esposa!

La ex duquesa suspiró aliviada, Lydia volvió a reír mientras Laura solo sonrió, el duque era muy bueno con Kate, eso aliviaba sus culpas y su corazón de hermana. 

—Deseo darle a Katherina una segunda boda— su seriedad era casi tierna, logró conmover a las tres mujeres sentadas frente a él. 

Es verdad que ya había pasado mucho tiempo, pero luego de la presentación de Lydia notó a su madre más animada y Kate ya había tenido al bebé, era el momento justo.

—¡Oh hijo, es una maravillosa idea!— Lady Olivia aprobó de inmediato la iniciativa —, esta vez podríamos hacerlo bien, sin Lady Hamilt para interferir, esa mujer era insufrible, fue una suerte se perdiera en una isla remota. 

Ser tan abierta en su desprecio por Louise Hamilt no afectó a nadie, incluso Laura le dio la razón de inmediato en sus adentros. 

—Necesitamos pedir el vestido de novia más extraordinario de la historia de las bodas— agrega Lydia. 

—El estilo de Kate es muy natural y floral, a ella le encanta el verde, así que, podríamos usar plantas ornamentales como decoración, incluso sé de algunas exóticas que le agradarían— propone Laura. 

Henry asintió aliviado de tener ayuda femenina para tan monumental tarea, sobre todo porque se le ocurrió la ceremonia fuera en la capilla campestre cerca de la mansión allí en Hampshire, quería que solo estuvieran a su alrededor las personas importantes para ella, aunque en la recepción que se daría en los jardines de la casa deseaba callar cualquier duda de su devoción a su esposa dando una fiesta digna de una duquesa, estarían invitados todos los nobles importantes, ella sería el centro de atención y el lucero en esa ocasión, mostraría lo insuperable que era, mostraría cuánto amaba a su esposa para que los molestos rumores sobre la boda en Londres y su nefasta relación al fin fueran callados. 

Los cuatro continuaron la plática dando ideas y armando en sus cabezas la forma de organizar todo a tiempo para el verano además de que la duquesa no se diera cuenta de la maravillosa sorpresa. 

Rose se agitó, corrió para avisar que Katherina llegaba de su paseo matutino junto a las gemelas, la niñera y su bebé, el llanto inconfundible de su pequeño hizo al padre ponerse de pie como un resorte. 

—No te preocupes hijo, yo iré con ella para ayudarle, ustedes terminen— la dama se retiró. 

Henry suspiró, aunque deseaba darle un beso a Katherina, ver a sus preciosas damitas de ojos grises y su hijo de ojos azules debía terminar de escoger una fecha para la segunda boda, debía ser algo significativo para ambos. 

—Quizás el día de su primer beso…— sugirió Lydia. 

—Es una buena oferta…

—Podría — Laura no estaba segura si su sugerencia fuera tomada a bien, pero necesitaba decirlo —, podría ser el mismo día de su primera boda. 

Los ojos grises del duque se le clavaron, como buscando alguna malicia en sus palabras; entendía su desconfianza dado que ella no había sido muy buena hermana hasta ahora, casi de inmediato prefirió agachar la mirada avergonzada, recordar que entre ellos aún estaba ese detalle de por medio le molestaba por dentro. 

—¿Quieres decir, para borrar el recuerdo de la primera?— interrumpe la señorita Duran. 

De inmediato la guardia alta del caballero se desvaneció. 

—¿Es eso así?— preguntó más calmado. 

—Sí su excelencia, de esta manera Kate solo recordará esta segunda oportunidad, ese trago amargo no sería más que pasado olvidable— contestó sin atreverse a levantar la mirada. 

Los primos estuvieron de acuerdo en que la idea era perfecta, entonces la fecha y los detalles más grandes estaban ya sobre la mesa. Se escuchó un llanto a lo lejos, Lydia corrió a la puerta alegando que su sobrino le llamaba, pronto el duque y la marquesa se vieron de nuevo solos. 

Henry sabía que debía hablar con ella, limar algunas asperezas y preguntar algo que tenía atravesado en su corazón hacía mucho tiempo.