Tu Sabor Amargo

Capítulo nueve

Alas 

He sentido la impotencia y al fin lo comprendo.

He sentido la tristeza y el dolor ,y al fin lo entiendo.

Hoy  intentaron arrancar una de mis alas.

Amargamente, esto me hizo conocerte un poco más.

¡Cuánto filo puede tener un cuchillo en manos desconocidas!

La piel abierta arde y grita de impotencia.

Se reprocha no haberse podido defender de aquellas bestias.

Así que te pido, no luches contra tus demonios.

Sirve en su plato todo tu odio.

¡Qué coman!

¡Qué te vuelvan loca!

¡Qué te destrozen hasta dejarte rota!

Pero después regresa.

Besa sus mejillas y por ellos reza.

Enciérralos en el baúl de antes.

Mas esta vez, pon el candado y olvida todas las llaves.
 




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