tu traicion me arrojo a sus brazos

Todo cambia.

Pase toda la noche llorando y las noches que siguieron, es absurdo como algo que una vez te hizo reír tantas veces, que lleno tu vida de gran felicidad, de un momento a otro se convierte en la pesadilla que atormenta tus noches.

Lloré hasta que las lágrimas se acabaron, no quedó ni una sola de ellas y después de tanto llorar  el corazón que una vez amó, empezó a convertirse en un cubo de hielo, incapaz de sentir. Cada mañana que transcurrió antes de la aparición de Aarón,  Cristina su amiga iba a mi departamento y dejaba cestas de comida en la puerta de mi departamente, las cuales  seguían en el mismo lugar donde las dejaba, no abrí, ni atendí ninguno de sus llamados, me estaba matando en vida;  la única persona que me dejaba ver y con la que hablaba de vez en cuando era Bryan, creo que me estaba volviendo dependiente de él.

El último día del año, Aarón apareció ante mi puerta. Había pasado más o menos una semana desde que desapareció misteriosamente;  vestía Jean y un suéter de color negro,  su piel se veía bastante bronceada, asi que por deducción lógica, el muy cabron estaba de vacaciones en la playa. 

Esa mañana Bryan literalmente me había sacado arrastras de mi encierro con la excusa de prepararnos para recibir el año nuevo, no era precisamente una idea que me gustara, pero se había esmerado tanto en hacerme salir que no tuve más remedio que seguirle la corriente. A diferencia de mis padres,  Aarón, Karla y Cristina nadie sabía de mi fobia, ahora imagínense como me sentí al entrar a un centro comercial el último día del año, no cabía en ese lugar ni una aguja, cuando di el primer paso, me paralice, las piernas no me respondieron, empecé a sudar frio, creo que sentí que estaba entrando al mismo  infierno.  Bryan se dio cuenta de que algo pasaba conmigo, acercándose a mí me preguntó:

  • ¿qué pasa?, ¿te  sientes bien?,  

Pero estaba tan asustada que no  podía pronunciar palabra alguna, miraba de un lado a otro horrorizada con tantas personas a mí alrededor, creo que para  él  fue evidente lo que estaba ocurriendo conmigo, pues el tomó mi mano, acercándose a mi rostro, me dijo:

  • Jamás permitiré que nada te pase, estoy a tu lado, ¡todo está bien!

Y asi tomada de la mano de Bryan entré y afronté mi más grande temor, no voy a decir que fui fácil, para nada, al contrario fue muy duro, el tiempo que estuve  en ese lugar no solté la mano de ese hombre que me acompañaba, solo cuando me tocó medirme los vestidos que el mismo escogió para mí, me alejé de su lado. Éramos una “pareja” bastante peculiar y todo el mundo a nuestro alrededor nos miraba, yo una mujer simple, casi que insípida, vistiendo un jean holgado y un suéter cuyas mangas cubrían  mis manos, no llevaba maquillaje y mi cabello era sujetado por una coleta bastante suelta. Yo. Si  yo, iba de la mano de un hombre bastante atractivo, alto y cuya apariencia era de un bad boy, algunas chicas que pasaban a nuestro lado nos miraban y susurraban, pero el solo los ignoraba.  Entramos a una tienda de zapatos y cuando esperaba a que él se midiera algunos modelos que le habían preparado, una joven de las que atendían el lugar se acercó a mí y me dijo:

  • Usted es una mujer, muy afortunada, el sr Bryan es nuestro cliente desde hace años y es la primera vez que viene acompañado. 

No supe si sonreír o ignorar las palabras de aquella mujer, solo pude agachar la cabeza, pues me sentía muy avergonzada.

Cuando terminamos con nuestro extenuante mañana, en el centro comercial era aproximadamente la 1p.m.   Nos dirigimos inmediatamente a nuestro edificio después de comer algo,  cuando estaba por llegar a mi puerta recostado en la pared estaba Aarón con el semblante de alguien bastante preocupado.  No sé qué sentí en ese momento, quise darme media vuelta, pero era tarde ya él nos había visto y  caminó   hacia nosotros. Le dirigió una mirada asesina a Bryan y le  preguntó   ¿qué hacía conmigo?, pero yo le respondí antes de que lo hiciera mi acompañante, diciéndole que era algo que a él no le interesaba.

  Tomé  de la mano a Bryan y nos encaminábamos hacia mi apartamento cuando Aarón me sujeto por el brazo

  • no puedes hacer esto, dijo

Pero yo me solté de su agarré, me di vuelta y lo examiné de pies a cabezas,  hasta llegar a  sus ojos los cuales mire fijamente y   respondí:  

  • ¿hacer qué?, ¿Quién fue el que se marchó sin decir nada?, ¿no me digas que ya te aburriste de tu amiguita?
  • Por favor déjame explicarte, las cosas no son como las imaginas,  respondió
  • No son lo que imagino, ¡ja! Acaso no me fuiste infiel una vez  te quedaste solo, dime ¿cuantas veces me viste la cara de idiota?  Por favor vete, tu  y yo no tenemos nada de qué hablar. Proseguí




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