New York
1965
Anna
Los días transcurrían con normalidad, Patrick charlaba conmigo a diario y Mario seguía inmenso en sus imaginaciones acerca de que todo va de mal en peor.
Una vocecita dentro de mi cabeza me habla a diario, sus murmullos son inaudibles y sin sentido, lo único coherente es la palabra True. ¿Qué significa? ¿Quién es? ¿Quiénes somos?
— ¡Anna! —grita Mario.
Me sobresalto al escuchar su grito, con la mano en el pecho y la respiración agitada me acerco a Mario.
Su mirada penetrante y su sonrisa de oreja a oreja me provoca escalofríos. Su voz gruesa y fuerte me eriza la piel.
— ¿Por qué hablas así? —pregunto.
Se levanta lentamente de la cama y ríe descaradamente. Una risa malévola, como si se tratase del mismísimo demonio.
—Ma...Mario ¿Qué ti...tienes? —respiro profundo.
—Debes casarte con Patrick.
Quedo perpleja, mi mirada se pierde en no sé dónde y su habla desaparece. ¿Casarme? ¿Por qué con él? ¿Ya había oído de True?
— ¿Por qué? —susurro.
Mario ríe y toma mi mano.
—Eres la elegida de True, Anna —acaricia lentamente mi mano y una mancha aparece en mi piel—, estás marcada.
— ¡Me voy! ¡Das miedo! —grito y salgo dando un fuerte golpe en la puerta.
¿Qué le pasa?