Tu Vida en la Mía

EPÍLOGO

New York

2000

True

A través de la pantalla observo detenidamente a Anna, situada en el suelo, llorando desconsoladamente por la muerte del muchacho.

Mientras tanto, yo río sin hacer ruido alguno. Me río porque todo el proceso fue un éxito. Patricio se encuentra a mi lado riéndose.

— ¿De qué te ríes? —pregunto.

—Ah, por nada —posa sus manos alrededor de su cuello y sonríe de lado.

Pongo los ojos en blanco y sigo observando la pantalla, los hologramas disminuyen y los edificios se mueven. Junto mis manos y sonrío de lado.

— ¡Muy bien! —digo—, suban un poco la intensidad del temblor.

Asienten.

— ¡Listo! —grita uno de ellos.

Río y los edificios se mueven un poco más rápido. Anna se levanta alarmada y empieza a correr, sin un lugar destinado.

— ¡Qué no se acerque a ese edificio! —exclamo.

Halo mi cabello con fuerza y grito. El edificio a donde se dirige es el final de la base. Si toca ese lugar será recibida por más de veinte mil voltios, el cual provocaría su muerte.

— ¡Qué no vaya! —vuelvo a gritar—. Vayan con Annabelle.

Las máquinas hacen ruido, los teclados no paran y los gritos ahogados de muchos me alteran.

Los alambres, electricidad y demás cosas que tiene el cuerpo de Annabelle es alterado para que no avance.

— ¡Podrían apresurarse! —grito.

Observo la pantalla y Anna sigue en camino. Descansa un poco y sigue.

— ¡No! —susurro.

Dos kilómetros...un kilómetro...quinientos metros.

— ¡Yaa!

 



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En el texto hay: misterio, enfermedad, olvido

Editado: 14.08.2019

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