Tú y Yo, amor eterno

Capítulo 17

Reacia vuelvo a la escuela el lunes. Todo parecía verse diferente, sentirse diferente. 
Félix camina conmigo a clase de inglés cada día de la semana, y dejo que sostenga mi mochila y mi mano. Así que soy una persona terrible, sólo necesitaba algo de fuerza, y él estaba dispuesto a proporcionarla. 
Observé a Gustavo mirarnos 
cada vez que llegamos juntos. Oye, si quería sacarme de su vida, entonces bien.

Tomé una decisión de una fracción de segundo garabateando algunas palabras en un pedazo de papel y lo lancé al escritorio de Félix. Lo agarró y lo leyó debajo del escritorio. Observé mientras sus ojos se amplían; luego sonrió, escribiendo algo.

¿Realmente quieres que seamos novios?

Por supuesto que si, quiero volver a ser tu novio.

hoy es el último día antes de las dos semanas de las vacaciones de invierno. Sostuve el papel plano en mi escritorio, sin notar que la clase estaba absolutamente silenciosa.

Miré hacia arriba para encontrar a Gustavo parado sobre mi escritorio.

-¿Hay algo más interesante que mi charla, Srta. Parker?.- Su voz tensa.

-Sr. Cooper, ese es mi papel.- dijo Félix, defendiéndome rápidamente.

-Entonces, Sr. Lawrence, ¿por qué está en el escritorio de Ana?.- La manera en que dijo mi nombre fue brutal.

Como un sabor amargo que no pudiera quitarse de la boca. Nuestros ensayos fueron entregados hoy al inicio de la clase, y el Sr. Cooper pasó el resto de la clase dando charlas sobre, ya sabes, no lo puedo recordar.

El timbre suena, y el resto de los estudiantes huyen antes de que algo de tarea pueda ser asignada en vacaciones. Ahora sólo soy yo, Gustavo, y Félix en el sala vacía.

Gustavo nunca quitó sus ojos de mí mientras hablaba.

-Sr. Lawrence, que tenga buenas vacaciones. Srta. Parker, necesito hablar con usted sobre su comportamiento.

-Pero, Sr. Cooper.- intenta nuevamente Félix.

Nuestro profesor lo miró.

-Eso es todo, Félix. Por favor, cierra la puerta cuando te vayas.- Félix me dio una mirada de disculpa pero se fue como le dijo.

Me senté mirando la nota en mi 
escritorio, notando lo silenciosa que estaba ahora la habitación.

-Lo siento.- trago saliva - … Sr. Cooper, sobre la nota. - Se sienta en el escritorio frente a mí.

- Entonces, ¿vas a salir con ese títere?.- Alcé la mirada a sus brillantes 
ojos.

- tu continuaste con tu vida.- espeté y me puse de pie cara a cara con el 
hombre que seguía amando.

- Ni siquiera llamaste para mi cumpleaños.- Mi voz 
descendió.

Tenía algunas expectativas de celebrar mi día en la edad adulta. Tenía muchas expectativas que sé que nunca se cumplirán, y el pensamiento es devastador.

-Debería darte detención.- dijo, y sentí mi mandíbula caer abierta.

Sentí el rubor calentar mi cara, y me acerqué.

-Entonces hazlo.- Gustavo agarró mi cara y me tiró a un feroz beso.

Estuvo lleno de enojo y pasión por los breves segundos que duró. 
Tiré su rostro hacia el mío y dejé que mil recuerdos me inundaran.

Mis dedos se enredaron en su largo cabello, y en todo lo que pude pensar fue, finalmente. Cuando me liberó, me tambaleé hacia atrás, y él se enderezó.

Sólo mirándolo, cabello desordenado y ojos un poco salvajes, todo lo que quería hacer era saltar sobre él y llevarlo al piso de la sala.

-No pienses un segundo que esto ha sido fácil por mí, Ana. - Él tragó, y pude ver lágrimas en sus ojos.-  He querido abrazarte.- su voz baja-  para besarte, para hacerte feliz. Sólo para estar contigo cada día. Me está matando.- Se puso la mano 
sobre el pecho- ¿Puedes sentirlo?.- Gustavo se dobló para encontrarse con mi mirada. -Siempre te amaré.- Sus dedos trazan mis mejillas y toca mi cuello.

Nuestras miradas se traban, y quiero besarlo otra vez

- Siempre serás la única para mí.-

Temo demasiado decir algo, así que actúo por impulso y dejo que mis labios regresen a los de él. Esta vez el beso es suave y dulce, el enojo se ha ido y la verdadera emoción de la situación permanece, amor. Retiro mi cara de la suya y encuentro sus ojos abiertos.

Estoy tan abrumada que necesito salir de aquí. Se siente como si las paredes se estuvieran cerrando sobre nosotros.

Agarro mis cosas y hago una línea recta hacia la puerta pero me detengo antes de abrirla. Me doy la vuelta para tener una última mirada de Gustavo.

-Gustavo.- dije estrangulada.

Está observándome, y puedo ver que sus ojos están llenos de lágrimas. Me trago mi propia emoción.

-Eres el único hombre qué 
siempre tendrá mi corazón.

Feliz lectura 😍
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