Tú y Yo, amor eterno

Capítulo 24

La última cosa que recuerdo es a Gustavo sosteniendo mi mano y 
diciéndome que me ama. No puedo abrir los ojos, están muy pesados, 
pero sigo tratando.

Mi pecho se siente como si hubiera estado corriendo muy rápido durante diez días seguidos, sin descanso. Duele tanto que abro los ojos para asegurarme de que no hay un peso de alguna clase presionándome el pecho... 
como un elefante, o algo así.
Ahora que puedo abrir los ojos me doy cuenta de que no sé dónde estoy, y me estoy asustando.

Tengo una máscara sobre la boca y cables por todo el cuerpo. Lucho por moverme, ahora en pleno modo de pánico, tratando de arrancármelo todo.

-Oye.- dice una voz suave tomando mis manos entre las suyas y presionándome suavemente de vuelta hacia la cama.

-Estás bien.- dice tocando mi Cabello.-
Estás en el hospital. Hay un problema con tu corazón, pero van a arreglarlo.

Estoy teniendo problemas para concentrarme y no puedo encontrar su rostro, pero conocería esa voz en cualquier lugar.

-¿Qué pasó?.-creo que pregunto.

Finalmente Gustavo mueve la cara hacia mi línea de visión directa. Las luces del techo lo rodean y parece que está brillando. 
Un ángel... mi ángel.

-No te preocupes por eso ahora cariño- susurra y besa mi cabeza. 
-Sólo tienes que luchar para superar esto, ¿de acuerdo? Necesito que sepas que estoy aquí, no me voy a ir, sin importar lo que pase.- Solo puedo mirarlo fijamente.

Sé que ha estado llorando porque sus ojos están hinchados.

Luego de unos minutos entra una enferma seguida por quien creo es el doctor.

-Buenas Tardes, Ana soy el doctor Jack Archer tu cardiólogo. Debes estar preguntándote que pasó, pues te explicaré mientras la enfermera Aurora te revisa.

- Justo estaba hablando con tu padre y familia..- él sigue hablando, pero estoy viendo a mi papá y a Gustavo. Puedo escuchar al médico decir algo acerca de un aneurisma, pero lo que está pasando afuera de mi habitación es mucho más importante. Puedo ver la cara de mi padre 
volverse de un rojo brillante, pero no se sorprende por lo que Gustavo le está diciendo.
Gustavo sigue hablando y mi papá se ve furioso o asustado. Mira hacia mí y sus ojos se suavizan. Mi Madre tiene una pequeña sonrisa en los labios debido, seguramente, a lo que está oyendo. ¿Cuando llego?, Mi papá niega con la cabeza y Gustavo se cubre el corazón con la mano y parece estar suplicando.

-Así que a esta hora, mañana, si sigues estable haremos la cirugía.- El médico me da palmaditas en el brazo.

-Cirugía.- Finalmente miro al médico y pienso que, tal vez, lo que estaba 
diciendo también era importante.

Él asiente con la cabeza, piensa que debí entender todo. Hace algunas notas en mi historia clínica, se va y entra mi padre.

-Hola pequeña.

-Hola papá.

-¿Como te sientes?, ha sido un día duro.- ¿un día?

-Cuánto tiempo he estado aquí?

-Treinta horas.- respondió con tristeza.- La pared de tu corazón es débil, justo como la de tu Abuela. Si Gustavo no hubiera estado contigo...- No dijimos nada por un tiempo, no teníamos que hacerlo. Antes de que mi abuela muriera, pensaron 
que habían captado el problema a tiempo. No lo hicieron. Yo estoy en la misma situación en la que ella había estado hacía ya diez Años.-  El doctor dice que tu corazón parece haber estado débil durante algún tiempo.

No iba a decirle a mi padre mis problemas amorosos, de hecho ni siquiera a Félix le había hablado de lo ocurrido con Gustavo. Aún recuerdo cuando vi saliendo temprano a la profesora Erika de su casa con la misma ropa del día anterior.

Por fin actualice, disculpen 😅
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