- Sé que las cosas han cambiado entre nosotros. -dice lentamente.- pero me
quedaré hasta saber que lograste salir bien de tu cirugía, al igual que el doctor dijo que lo harías.- Gustavo aprieta mis dedos, y una sonrisa forzada aparece en sus labios.
Suspiro y cierro mis ojos, forzando fuera los pensamientos negativos de mi mente.
-Sabes por qué tenía que decir que no.-Trato de decirle, esperando que él
entienda.
- Necesitas descansar.
Su respuesta es apenas audible mientras deja ir mi mano. Abro los ojos y veo a Gustavo dar pequeños pasos para alejarse de mí. Quiero agarrarlo y sacudirlo.
-Simplemente no puedo. -digo entre dientes y comienzo a beber agua.- No puedo hacerte pasar por lo que mi abuelo pasó.
Gustavo se detiene y da un paso hacia mí.
-Vas a hacerlo, Ana. -dice en un tono tranquilizador, y dejó escapar una risa dura.
-Por supuesto que lo haré, al igual que mi abuela lo hizo. -decir esto en voz alta me hizo enojar.
Gustavo regresó y se paró a mi lado, tomando mi mano de nuevo.
-Sé que tu abuela era una gran mujer, Ana, pero tienes un corazón diferente. Tu corazón es fuerte. -Su otra mano ahuecó mi cara, y me llenó de calor.
-Entiendo que te lastime demasiado para que sientas lo mismo hacia mí, pero vas a seguir adelante y vivir una vida feliz mucho tiempo.
Me quedé mirando sus ojos azules
expresivos. No entiendo de qué está hablando. ¿Sentirme de la misma manera hacia él? Para ser un tipo tan inteligente, seguro que es denso.
-Estoy tratando de dejarte ir así puedes vivir tu vida. -trato de decirle.
¿Qué no entiende? Gustavo niega con la cabeza.
-No creo que sepas lo mucho que significas para mí, Ana Parker Nada va a cambiar lo que siento por ti. La única manera que puedo seguir y vivir mi vida es contigo.
La forma en que lo dice sonando como si se sintiera culpable por ser tan honesto.
-Gustavo. -Quiero sentarme y poner mi cabeza en su pecho y sentir sus brazos alrededor de mí.
-No debería haber dicho eso. -Da un paso atrás de nuevo. -Necesitas
concentrarte en mejorar, no en... -Él lanza sus manos en el aire. HMe parece que no puede decir o hacer lo correcto ya. Lo siento.
Se gira y está en la puerta antes
de que pudiera reaccionar.
-Te amo, Gustavo. -dejé escapar, utilizando toda mi energía. Se congela, al igual que todo lo demás en mis Palabras. - Quiero decir que sí. Quiero casarme contigo y hacerte feliz como tú me haces, pero no puedes ver... -Me atraganto.- ¿No ves
que simplemente no podría soportar si sabía que ibas a estar esperando por mí y no lo lograra?
Sin volverse, me contesta:
-¿No ves que quiero estar allí para ti cuando salgas adelante? Te amo tanto que...
No terminó la frase.
-Te amo demasiado.- susurro. Decir esas tres simples palabras parece chocar contra él.
Cuando Gustavo da la vuelta, su expresión no se puede leer, pero lágrimas frescas cubren sus mejillas. Se mueve por la habitación tan rápido que es casi un borrón. Toma mi cabeza suavemente entre sus manos y se acerca como si
me fuera a besar. Se detiene a pocos centímetros de mis labios y se retira. No sé qué expresión tiene mi cara, pero lo único que sé es cuánto lo amo y espero que sea lo que él ve.
Cuando los labios de Gustavo finalmente hacen contacto con los míos, nada más parece importarme. Quiero poner mis brazos alrededor de él y tirarlo más de cerca.
Él está siendo tan amable conmigo como si estuviera hecha de cristal o una burbuja
a punto de estallar. Le susurro que lo amo en cuanto nos separamos para tomar aire.
Feliz lectura 😘
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