Tú y Yo, amor eterno

Capítulo 28

Gustavo mira hacia la pantalla al lado de mi cama que está siguiendo el ritmo de mi corazón, entonces se vuelve a ver el reloj en la pared. Son las seis y media.
La enfermera entrará en cualquier momento para prepararme para la cirugía e inyectarme para atontarme, y lo único que puedo pensar es en tirar de Gustavo a la cama conmigo. Tengo que salir con vida por muchas razones, Sus dedos tocan mi mejilla suavemente y empujan algunos mechones de cabello de mi rostro, y ninguno de los dos se mueve. Simplemente nos miramos el uno al otro, grabando el momento 
en la memoria.

-Te amo. -digo en voz baja.

Las esquinas de la boca de Cooper se levantan en una sonrisa torcida.

-Ana, no voy a cometer los errores de mi pasado nunca más. -Dejó salir un corto soplo de aire antes de continuar. -Sólo quería lo mejor para ti, y he tomado todas las decisiones equivocadas, por lo que estás en control. -Mira hacia abajo en la 
cama y se sienta. -Creo que lo que estoy tratando de decir es que la pelota está en tu campo. Voy a hacer lo que quieras que haga. Lo que te haga feliz.

Abro la boca para decirle que él es lo que me hace feliz, pero no lo hago porque se inclina y me besa en la frente. Oigo un ruido detrás de Gustavo, pero nada más me 
importa, excepto que sepa cómo me siento. Poco a poco levanto mi mano, que parece pesar por lo menos veinte kilos, para tocarle la cara. Gustavo la toma y la levanta el resto del camino para mí.

Todo mi cuerpo se siente pesado y sin funcionar. Quiero decirle tantas cosas, pero de repente me siento demasiado cansada para hablar, diablos, mantener los ojos abiertos es una lucha.

-Gustavo. -susurro, al menos creo que digo su nombre.

Besa el interior de mi palma.

-Sí. -Su voz es baja y ronca, y abre mi mano, así que estoy ahuecando su mejilla.

Suspiro y reúno mis pensamientos.

-Quiero casarme contigo. -susurro.- Sólo que me gustaría que las cosas fueran diferentes porque no puedo soportar causarte ningún dolor.

Ahora mis brazos están hormigueando y mis piernas están frías.

-Quiero que sigas adelante si no lo 
logro, ¿de acuerdo? Sé que vas a sufrir, pero también pasará. -Muevo mis dedos sobre su cara. -Encontrarás a una mujer que te ame y te hará feliz, y quiero, no, necesito que sepas que estoy bien con eso.

Me sorprende que Gustavo no me haya interrumpido todavía, así que continúo. -Estoy tan agradecida de haber tenido la oportunidad de enamorarme antes de reunirme con mi creador. Me has dado un regalo tan precioso y siempre estaré agradecida por el verano que pasamos juntos.

Me siento como si mi cabeza estuviera siendo levantada y mi cuerpo empujado. Me obligo a abrir los ojos. 
Estoy en un pasillo, las luces brillantes queman mis ojos sobre mí. 
Gustavo no está en ningún lado. La enfermera había entrado y comenzó a prepararme cuando Gustavo se había sentado en mi cama. No dije nada de este monólogo en voz alta, él no había oído nada de eso. Había sido empujada a la cirugía-drogada-pensando que le estaba dando permiso para dejarme ir. Ahora no 
sabe cómo me siento.

Ya es demasiado tarde. Podría perder a Gustavo para siempre, y nunca sabrá lo que realmente siento por él. No, esto no está sucediendo. Trato de esforzarme para conseguir a mi enfermera pero soy incapaz de hacerlo porque ella me está 
presionando, diciéndome que tengo que calmarme. Quiero gritar que entienda, pero es inútil.

No, ruego con mis ojos. Necesito que lo sepa. . . Lo necesito.

Feliz lectura 😘
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