Unos meses después, último día de clases...
—Tía, te traigo buenas noticias —Dije apenas entré a la casa.
Ella dejó de cocinar y se dirigió a la sala donde yo estaba, y con una sonrisa respondió.
—Al fin Sunhee y tú son novios. Estuve esperando este día desde que nací —Finge secarse una lágrima.
Pero...
—Tía, no. El hecho de que esté contento y sea una buena noticia, no quiere decir que estoy saliendo con Sunhee.
—¿Entonces para qué me llamaste? —Me pega con el trapo de cocina que tenía en la mano.
—Te llamé para mostrarte mis notas, y para decirte que fui el mejor de la clase —Le entrego mi certificado de notas.
—Mi amor, en todos los colegios que has estudiado, siempre quedas como el mejor. Aunque son buenas noticias, es algo de esperarse de ti —Me acaricia la mejilla —Igualmente estoy orgullosa de ti.
—Dolió, pero gracias tía —La abracé con una sonrisa en mis labios.
—Por cierto, hoy hice carne. Así que ve a lavarte para que comas —Dijo esto mientras me apretaba las nalgas.
—Pero, ¡¿Por qué?! —Me sobo mis nalguitas.
La verdad es que todos estos meses han sido iguales desde que empecé las clases. No hubo diferencia con respecto a Sunhee, no podía acercarme a ella por los nervios, y con solo verla me ponía nervioso.
Todo un fracaso...
Pero también me había dedicado a dar lo mejor de mi con mis estudios, teniendo algunas salidas con amigos, y pasando tiempo de calidad con mi tía que era lo que más disfrutaba.
Así que no podría estar mejor.
Después de la graduación...
—Estoy muy orgullosa de ti, Felix — Me entrega un ramo de flores —Todo mi esfuerzo a valido la pena para ver cumplir uno de los sueños de una madre.
—No pude evitar llorar por sus palabras. La abracé y le di un tierno beso en la frente —Gracias, tía. Tú fuiste mi inspiración.
—Mi niño, ya eres todo un hombrecito... —Dice con la voz temblorosa —Dime, ¿Qué quieres comer? Yo invito por este día tan especial.
—Quiero comer pollo frito —Sonreí.
—Entonces vamos.
Ambos empezamos a caminar para salir del colegio.
Mi mirada buscó a Sunhee por todos lados hasta encontrarla, no pude evitar sonreír, y notar lo hermosa que se veía. Estaba sintiendo algo de arrepentimiento por no haberme acercado a ella en todo este tiempo, si lo hubiera hecho, a lo mejor estuviera a su lado tomándonos fotos mientras la felicitaba.
Agh.
—Pronto tendrás la oportunidad de acercarte a ella —Dice mi tía.
—Tienes razón. Vivimos en el mismo vecindario —Traté de animarme con solo pensar que aún tenía oportunidad de acercarme a ella.
Me late rápido el corazón.
Después de unas semanas, mi tía y yo salíamos más seguido. Me parecía raro que salieramos tanto, pero supuse que como me la pasaba estudiando, no teníamos tiempo para pasar un rato juntos.
Así que íbamos al cine, comíamos en restaurantes, íbamos al parque de atracciones, a tiendas de conveniencia y a otros lugares donde podríamos pasar un buen rato.
También ella buscaba las formas de que me acercara a Sunhee pero siempre me acobardaba y salía corriendo de los nervios que me daba. Así que al final terminé aceptando que me gustaba, porque con solo verla mi corazón latía de forma poco saludable.
—Felix, tienes que prometerme que en algún momento hablaras con ella. Ya en este punto no me importa si llegan a ser amigos o pareja —Habla con frustración.
—¡Es que me da pena!, ¿Cómo me acerco a ella sin parecer un tonto? —Mis mejillas empezaban a arder.
—No sé, solo te pido que me lo prometas.
—¿Por qué tanta insistencia? Podría dejarla como un amor no correspondido o como un amor en secreto... —Pensé en formas de cómo llamarlo.
—Porque sé que te gusta, nunca te había visto así por alguien... Y aunque yo no esté contigo, me gustaría que dejaras ese vergüenza y te asercaras a ella. No quiero que luego te arrepientas toda tu vida.
—Bueno, bueno. Lo prometo, lo haré un día, pero no sé cuándo...
—¡Felix! —Me da un puñetazo en el brazo.
—¡Agh! Eso dolió.