Capítulo: 1

Estefan:

Tomaba con mis amigos en un bar. Damián, Bruno y Blas, la verdad nos llevábamos muy bien, estábamos los cuatro en la misma Universidad y siendo hijos de las familias más ricas de la ciudad, comúnmente andábamos juntos.

—Me llamas cuando salgas—pasó Silvia con una amiga y murmuró eso en mi oído, Damián y Bruno chocaron sus codos y yo me volteé a mirar las curvas de las chicas.

—Linda verdad—exclamó Blass.

—¿Cuántas parejas llevas en este año Estefan? —preguntó Damiàn.

—No las cuento—reí—solo te garantizo que mujer que me gusta, mujer que es mía—me vanaglorié, la humildad no era mi mejor cualidad y estaba en confianza. En ese momento iba entrando Rocío, era la chica nerd del salón, la saludé con la mano y sonrió, subida de peso algo torpe, cabello riso, para nada era mi tipo; sin embargo, cabe resaltar que me había ayudado en la prueba de Matemáticas, se sentaba conmigo en Matemáticas y había intercambiado mi hoja con la suya cuando le pedí ayuda. Ambos obtuvimos notas de 100, la verdad era la más inteligente del salón e incluso puede que de la escuela.

—Solo hay una mujer que nunca tendrás —dijo Blass, yo volteé mi rostro sonriendo.

—No seas tonto—respondí . —¿Cuál es y pasaremos la noche juntos? ¿Está aquí? —pregunté bebiendo mi copa y la verdad ya había tomado demasiado.

—Apuesto lo que sea que la gorda del salón nunca te haría caso—exclamó.

—Hablas de...

—De Rocío—respondió interrumpiéndome—se rumorea que es virgen, ni siquiera ha aceptado una invitación a bailar con nadie.

—Con ella no—respondí bebiendo otro trago y mirándola.

—Ho parece que Estefan no es tan conquistador como aparenta—se burló Damián. Bruno sacó su teléfono y empezó a grabarme.

—Aquí tenemos a Estefan, Estefan Cooper, la figura principal de la escuela intimidado ante el rechazo de la nerd del salón—puse mi mano bajando su teléfono.

—Idiotas.—murmuré, la verdad Rocío no me parecía una de las mujeres con las que debía meterme solo para pasar el rato, ingenua, tímida, solo se preocupaba por sus notas. No quería jugar con ella.

—Estefan ¿en serio tienes miedo? Te apuesto mi reloj nuevo—se quitó Blass su reloj y lo puso sobre la mesa mientras Bruno comenzó a grabar de nuevo, ese reloj costaba más de 100 mil dólares, fue el regalo que recibió Blass en su cumpleaños de parte de su padre. Yo tomé un trago.

—Tengo una gaveta llena de relojes en mi casa. —continué bebiendo intentando ignorarlos para que olvidaran el asunto, la verdad las peores decisiones de mi vida la había tomado presionado por mis amigos. Damián tiró sobre la mesa las llaves de su camioneta.

—Te doy mi camioneta si esta noche logras darle un beso, solo un beso, sino lo logras o ni siquiera lo intentas me consigues una cita con tu hermana—exclamó y lo miré enojado mientras los demás se reían.

—No le digas eso, por primera vez Estefan le tiene miedo a una mujer—se burló Bruno.

—Solo un beso—cedí a la presión bebiendo una copa completa y ellos se emocionaron. —y a mi hermana no le hables—Bajé el teléfono de Bruno y me puse de pie, pero a penas di la espalda él continuó grabando todo. La verdad ya sabía que le gustaba a Rocío, de no ser así no me hubiera ayudado en el examen y también la había descubierto varias veces mirándome en el aula, solo que como no era mi tipo nunca le había prestado atención.

—Hola—dije llegando a donde estaba con su amiga, ella sonrió nerviosa, incluso miró hacia atràs para cerciorarse de que con quien hablaba era con ella—¿crees que podamos hablar un momento a solas? —pregunté.

—Mi hermana me andaba buscando—se excusó la otra chica con la que hablaba y se alejó de nosotros, Rocío asintió nerviosa incluso tragó en seco, llevaba una blusa blanca y una saya negra ajustada a su cuerpo, el cual era bastante amplio y poco delicado, sin embargo su voz era dulce y tierna y sus ojos bonito.

—¿Quieres hablar conmigo? —su voz temblaba.

—Gracias por ayudarme en el examen. Llevo tiempo mirándote desde lejos y no me atrevía a hablar contigo...

—¿Por qué? —preguntó sujetando sus manos que temblaban, creo que estaba tan nerviosa que tenía miedo de desmayarse. Eso solo me reafirmó que sí estaba interesada en mí, todo sería más fácil así.

—Además de Matemáticas compartimos Literatura...me gustó mucho el poema del otro día sobre los amores pendientes que reencontramos en otro tiempo, otra vida... —ella sonrió tímida.

—Pensé que ni siquiera lo habían escuchado.

—Tienes una voz muy dulce, quien no te escucharía, me gusta como piensas, como hablas, cuando te quedas pensativa en el aula con la vista perdida hacia afuera y pareciera que estás en otro mundo o leyendo un libro sin ni siquiera escuchar lo que dicen otros a tu alrededor. Rocío...creo que me gustas—sonreí y ella me miró a los ojos, nerviosa como un conejito asustado, inexperta,tímida,no dijo nada, yo simplemente me acerqué y la besé, ella quedó prácticamente helada, sus labios suaves y húmedos temblaban sobre los míos, puedo jurar que nunca había besado a nadie y me sentí mal de dejarla allí sola después de eso. No sé por qué me sentía tan mal por ella. Temí que pensara que no me gustó y se sintiera rechazada.

—Me esperas un momento,quiero mostrarte un lugar—le dije y ella se quedó allí, quieta, inmóvil,sin lograr decir absolutamente nada. Entonces fui a la mesa donde bebían mis amigos :

—Hecho—dije bajando el teléfono de Bruno que seguía de estúpido grabando todo y tome el reloj y las llaves de la camioneta—Nos vemos mañana. —Pedí una botella en la barra y me fui en la camioneta que ahora era mía, no era la primera vez que apostábamos entre nosotros objetos valiosos. Conduje un rato y la llevé hacia un parque alejado de la ciudad donde cerca había un lago. Le abrí la puerta y nos sentamos a la orilla.

—Mi madre me va a matar, nunca llego tarde—pronunció, yo abrí la botella y se la ofrecí, tomé un primer trago con dificultad, yo también bebí. Hablamos tonterías un rato mientras tomábamos.