Horas antes:
Bruno entró a la iglesia y se sentó en uno de los bancos, alguien caminó acercándose y era su hermano, se sentó a su lado mirando hacia adelante .
—Creo que no venía a una iglesia desde que era pequeño—dijo Bruno, su hermano lo miró y sonrió—¿por qué me citaste aquí si nos vemos todos los días en casa? —cuestionó y su hermano no dijo nada, únicamente extendió hacia él una enorme maleta. Este la tomó sorprendido y la abrió, estaba completamente llena de billetes. Observó a su hermano con dudas.
—Ve a París, Canadá, Inglaterra, sé turista, viaja, disfruta, monta un negocio... —dijo Blass.—no quiero que te involucres más en esta mala vida.
—¿De qué hablas Blass?—Bruno no entendía nada y hasta el momento su hermano y él habían sido uno solo.
—Debes irte Bruno. —el rostro de Blass estaba serio—Nuestro padre murió, yo quedaré al mando del negocio para que tengas la vida que siempre soñaste. No somos niños. Después de hoy si te involucras en estos negocios no te podrás salir nunca.
—No me voy a ir. No te voy a dejar solo en esto—exclamó.
—Es una orden Bruno. Ahora yo estoy al mando y a ti te toca obedecer. No te quiero en mi negocio—exclamó Blass poniéndose de pie.
—Eres igual que papá, solo te importa el poder y el dinero. —rodò la maleta hasta su hermano—No me iré también pertenezco a este mundo y ni te creas que ahora seguiré tus órdenes.—dijo marchándose de allí.
—Maldito imbécil no ves que solo trato de salvarte—exclamó Blass mientras su hermano se alejaba.
Estefan:
—Está bien señor oficial le contaré todo al pie de la letra—dije en la comisaría mientras nos interrogaban por separado. La verdad me había dolido que Bruno muriera, mi mente estaba inundada de preguntas y lo peor, el asesino podía ser cualquiera de nosotros. Quienes un día fueron mis mejorea amigos ahora eran mis peores enemigos.
—Detuve el auto para comprar la medicina de mi padre frente a la farmacia pero un mensaje llegó a mi teléfono era un número que no tenía registrado:
—Soy Bruno, ya sé quién grabó el video, tengo pruebas. Sé que estás en la ciudad. Ven a la antigua iglesia que está la calle cuarta, en el campanario. ——Al leer su mensaje intenté marcarle pero no atendió la llamada. Todo esto era demasiado raro pero si tenía algo claro es que necesitaba saber quién grabó ese maldito video y arruinó mi vida. Olvidé la medicina de papá, arranqué nuevamente el auto y conduje con rapidez hasta la iglesia, en el camino le marqué a Juliet, para que fuera mi testigo, grabara todo y además escribiera un artículo sobre lo que estaba sucediendo y quedara claro ante el mundo que nunca grabé ese video.
—¿Quién es Juliet?¿Qué relación guarda con usted?
—.Es solo una redactora de mi revista. Vinimos por trabajo. Ante el mundo y ante Rocío to quería probar mi inocencia. Subí las escaleras de la Iglesia casi corriendo y al llegar arriba Damián, Blass y Juliet iban llegando también. Al parecer Bruno nos había citado a los tres para delatar al impostor. Nos miramos llenos de duda y empujamos la enorme puerta esperando encontrar allí a Bruno. La ventana de cristal estaba rota y al mirar hacia abajo el cuerpo de Bruno estaba sin vida.
—La versión suya y de la chica coinciden. No hay pruebas, no hay testigos hasta el momento y su familia ha pagado la fianza, no tiene antecedentes penales. Quedará libre pero no puede abandonar la ciudad hasta que terminen las investigaciones.—dijo el oficial.
—Vivo a dos horas de aquí, allí tengo trabajo.
—No puedo hacer nada más. —exclamó— hasta que se descubra quién es el asesino y se investigue el cuerpo, ustedes cuatro son los principales sospechosos.
—Juliet no tiene nada que ver con esto. No conoce siquiera a Bruno, fue porque yo la llamé.
—Estuvo en la escena del crimen y eso la vuelve tan sospechosa como tú. —exclamó. Salí de allí y hablé con mi abogado para pagar la fianza de Juliet y que quedara libre. Ya era de mañana cuando salimos. Todo cambiaba a partir de ahora y cuando cruzamos la puerta allí fuera estaban Damián y Blass. La mirada de Blass se posó sobre mi llena de odio.
—Fue uno de ustedes dos lo sé—exclamó—Estefan acusabas a mi hermano falsamente por ese video y ahora que volvió a salir a flote desprestigiando nuevamente tu miserable vida pudiste querer matarlo—caminó hacia mí con ganas de pelear.
—Y tú Damián, él te acusaba de haber grabado el video—exclamó.
—¿Pero qué decir de ti? —cuestionó Damián—Mataste a tu padre pudiste hacerlo—agregó —todo por dinero y poder.
—Tu opinión sabes lo que vale para mí: nada—rió Blass con sarcasmo —Mi hermano está muerto y fue uno de ustedes dos cuiden su miserable vida a partir de este momento, no dejaré impune su muerte.
—Que casualidad que nos citaron a los cuatro, con el mismo mensaje—exclamó Damián—inxluso Bruno recibió ese mensaje pero a nombre tuyo Blass. Saben algo la verdad creo que fue Rocío. Piénsenlo. Arruinamos su vida, los cuatro, Estefan la sedujo, se acostó con ella, Bruno lo gravó.
—Deja a Rocío fuera de esto, ella nunca haría algo así—exclamé enojado.
—Mi hermano no grabó nada—exclamó Blass tomando a Damián por el cuello de la camisa.
—Ya basta. No es lugar para pelear. Debemos investigar por nuestra cuenta quién es el culpable. —propuse.
—El culpable de todo esto eres tú Estefan quién más. Por qué maldita razón tuviste que follar en la calle como vagabundo sin hogar—reclamó Blass—ahora mi hermano está muerto. Me debes una viejo y te la voy a cobrar. A partir de ahora ustedes dos son mis enemigos declarados—hizo una seña con sus manos como si me disparara y se marchó.
—Vamos Juliet—dije tomando el brazo de ella y llevándola hacia mi coche—siento mucho haberte puesto en esta situación. Nos quedaremos en mi casa hasta que logre conseguir una orden para ampliar el margen de restricción y que podamos viajar hasta donde vivimos mientras investigan.