Nick
Odiaba irme a la cama enojado. De hecho, cuando inicié mi relación con ella, cuando me mudé a su departamento, nunca creí que llegaría la noche en la que nos dormiríamos dándonos la espalda y mucho menos pensé en despertar sin querer llenarla de besos. Y es que Elisse dormía plácidamente, abrazada a la almohada blanca. No podía dejar de mirarla, no entiendo por qué tanto ella como Michael juzgan mi amistad con Nina y pareciera que no me conocen como para pensar que solamente lo estoy utilizando a mi beneficio. ¿Acaso no se supone que son mis mejores amigos? ¿No se supone que me conocen de años? Si así fuera, sabrían que yo no soy capaz de hacer algo tan bajo como utilizar a alguien.
Pero aquí estaba, justo como Carl lo había pedido, temprano en su oficina para firmar un nuevo contrato en el que estaba escrita mi participación en el proceso de la producción del álbum como compositor, abandonando así mi puesto original en el marketing.
Siento que todo está pasando demasiado rápido hoy, la firma del contrato y mi paso por el estudio de grabación. Fue la primera vez que escuché a Ian cantar una de mis canciones, el primer demo y me ha fascinado, el barítono de su voz le quedó perfecto a la canción y no podía esperar para ver el resultado final.
—¡Hola! Ya me enteré de lo de hoy. ¡Felicidades!
Nina se acercó a mí para darme un abrazo, felicitándome por ese pequeño ascenso.
—Gracias.
—Oyeee, pero no pareces estar tan feliz como deberías. ¿Qué pasa? ¿Hubo algo que no te gustó del contrato?
—No, para nada, el contrato está bien. —Replico—. Es solo que... Tuve una mala noche, casi no dormí.
—A ver, escuchen esto. —El ingeniero de audio llama nuestra atención—. Estuve trabajando en este beat los últimos cuarenta minutos, quiero ver que tal suena.
Nos acercamos a él para que nos enseñara en qué ha estado trabajando y como lo suponía, hicieron de mi canción una mierda. Cambiaron el sonido e impusieron algo computarizado, alterando la voz de Ian con un poco de autotune a pesar de que no lo necesita. Desconfié entonces de la tenacidad de Carl, tiene en frente a un chico con talento y no sabe cómo sacar provecho de ello.
—Sé que mi opinión está de más. —Interrumpo a Carl y al ingeniero—. Pero una voz así no va con el estilo de boyband que quieres ponerle.
—¿Disculpa?
—Sí, este chico necesita guitarras no computadoras.
Rick y Carl intercambian un par de miradas. Nina por su parte decide intervenir, se abraza de su padre y después dirige la mirada hacia mí, esbozando una sonrisa cómplice.
—Nick tiene razón, de hecho... Deberías probar otro estilo con Ian. Tal vez resulte, ya hay demasiadas estrellas pop.
—¿Le puedes decir a tu hija que no se meta en asuntos de trabajo? Por favor. —Le ruega Rick a Carl—. Ya habíamos decidido cómo necesitamos que quede esa canción con el ingeniero, a mí me parece perfecta. Necesitamos un hit, algo que suene demasiado y entre en las listas de popularidad.
—Rick, tus ideas basura no lo llevarán a nada, será solamente un one hit wonder y pronto todos lo olvidarán. Sin embargo lo que propone Nick llevará a Ian y a la disquera en otra dirección —afirma Nina.
—Lo meditaremos.
Nina me guiña el ojo dándome a entender que se encargaría de convencer a su padre. Rick, por su parte, no estaba de acuerdo con los comentarios de la hija de Carl, cree que Nina interfiere mucho con su trabajo y el que sea hija de su jefe no facilitaba las cosas, así que dejó escapar un bufido de enojo al mismo tiempo que se encaminó hacia la cabina para sacar a Ian de ahí.
Bien, aún tenemos bastante tiempo para saber qué pasara con Ian, así que me encogí de hombros cuando Nina se despidió de mí con un ademán, saliendo del estudio con su padre, con quien seguramente tendría una conversación al respecto de la canción. Yo por lo mientras saco mi celular dispuesto a llamar a Elisse, no podemos continuar peleados, esos no somos nosotros. Pero esas ideas se me van en cuanto Mike cruza la puerta para hablar conmigo.
—¡Felicidades! Escuché que te promovieron.
Mike me abraza y me da unas palmaditas en la espalda.
—Gracias, espero que no sea ironía.
—No claro que no, en serio me alegro. Sarah y yo pensábamos que tenías que poner algo de ingenio en Ian Accolo desde que empezaste a tocar aquella vez, además a él le gusto.
Le sonrío a Michael y le pego ligeramente en el brazo con el puño.
—¿Me acompañas a comprar un burrito?
—Que sean dos. —Responde—. Muero de hambre.
Antes de salir del estudio de grabación, Ian se acercó a mí para agradecer que metiera aquella idea en la cabeza de Carl de terminar con sus dinastías en el pop.
—Si en serio lo logras, diré tu nombre cuando gane mi primer Grammy.