Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 12

Carl nos dejó salir más temprano por ser noche buena, supongo que fue por eso que Elisse fue a la disquera a buscarme tan temprano, a lo mejor ella también salió temprano de trabajar. Mi celular vibró, era Chad recordándome que más tarde es la fiesta de Carl, año con año organiza una fiesta en la que algunas de sus estrellas cantan villancicos y demás, claramente no tengo intenciones de asistir. 

Esta noche es una oportunidad de redimir todo con Elisse, no voy a dejarla por irme a una fiesta, voy a pasar la noche buena con ella y mañana por la mañana abriremos esos regalos de navidad que hemos colocado debajo del pequeño árbol que tenemos en el departamento.

 

[...]

 

Al llegar a casa, vi a Elisse limpiando la mesa con un trapito amarillo, de la cocina escapaba un olor delicioso, se ha puesto a cocinar, me acerqué entonces a ella, con intenciones de besarle los labios pero se hizo a un lado para continuar con lo suyo.

 

—¿Quieres que te ayude con algo? —Le pregunto.

—No, todo en orden.

—Me dijeron que fuiste a buscarme. Estaba ocupado.

 

Voltea a verme, Elisse me mira de una manera muy hostil, aquella mirada tan fría que tenía cada vez que le incomodaba algo y esta vez, ese algo tenía que ver conmigo.

 

—De seguro estabas ocupado en salvar a Nina.

—¿Disculpa?

—¿Qué dice tu contrato? ¿Qué tienes que ser el enfermero de Nina también?

—¿De qué hablas Elisse?

—Hoy que fui a buscarte me enteré de lo que más se habla en la disquera, Nicholas Hyland y su amabilidad excesiva con la hija del jefe. ¡No me digas! ¿Qué estás con ella todo el tiempo? ¿Qué la llevas en tus brazos al servicio médico? ¿También le haces el favor de acostarte con ella?

—Elisse, cálmate.

 

Y por un momento había olvidado que conocía esa parte de las mujeres. Regla número uno de supervivencia masculina: nunca le digas a una mujer que se calme, lo viví tantas veces con Rosalie, que ahora mismo me estaba arrepintiendo de haberle dicho que se calmara, me arrepentí aún más cuando me golpeó en el brazo.

 

—¡¿Cómo quieres que me calme?! ¿A ti te gustaría ir a buscarme y que te dijeran que soy el juguete personal de Jamie Brigham?

—Déjame explicarte. —Le ruego—. Aquel día Nina se puso muy mal, entró en un pre-infarto. No podía dejarla ahí sola, no podía dejar que algo le pasara, tú hubieras hecho lo mismo.

—A ver Hyland, tiene un padre multimillonario... Que le contrate a una flota de enfermeros y que se encarguen de su maldita enfermedad.

 

Elisse va hacia la cocina cuando el minutero del horno suena, yo voy detrás de ella. Se pone los guantes y saca lo que horneó para la cena de esta noche, acto seguido arroja con suma fuerza los guantes hacia la barra.

 

—Elisse...

—No puedes ir por la vida jugando al superhéroe, la gente habla ¿sabes? Todos en tu trabajo piensan que tienes algo con ella y eso no me gusta.

—Elisse ¡por favor! Creí que me tenías confianza.

—Y yo pensé que me contabas todo. ¿Por qué no me habías dicho que te volviste tan cercano a ella? 

 

Entonces la discusión se ve interrumpida por alguien que tocó la puerta, ambos intercambiamos miradas y finalmente ella se encaminó hacia la puerta para recibir a esa visita tan inesperada.




 

Elisse

No tenía ganas de recibir visitas, quería cancelar la cena y mandar a la mierda todo, no quería ver a nadie aquí, ni siquiera a Michael ni a Rebecca. Caminé hacia la puerta furiosa, preguntándome por qué a Mike se le había ocurrido venir justo en este momento. Así que abrí con brusquedad dispuesta a decirle que viniera más tarde, seguro que Nicholas ya le ha contado que ha estado pasando entre nosotros. Pero no fue así, quedé un poco en shock al mirar a Nina frente a mí, utilizaba esa boina roja que me parecía tan boba y además, cargaba con ella una caja de galletas y una botella de vino. ¡Lo que me faltaba! Nicholas la ha invitado a cenar. 

 

—Ah... Nina.

—¿Es mal momento? —Cuestiona ella.

—Doctor Hyland, lo buscan en el área de cardiología.

 

Volteo a ver a Nick. Sus pupilas se dilataron y esa expresión de sorpresa me hizo saber que me he equivocado, no la ha invitado, ha llegado de sorpresa en medio de nuestra discusión y ahora él quiere aparentar que todo está bien entre nosotros para no hacerla sentir incómoda. 

 

—Ahmm lamento interrumpir lo que sea que estuvieran haciendo. —Dice Nina.

—No, no interrumpes nada.

 

Él se acerca a ella para tomar la botella de vino y la caja de galletas. Bah, ¿ahora también debo soportarla en vísperas de navidad? Al parecer sí, porque Nicholas ya la ha invitado a tomar asiento en la sala, se sienta en el sofá de una sola plaza y yo me siento junto a Nick en el de dos. 

 




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