Tú ya sabes a mí [2]

Capítulo 15

Nick

—Te quedaron muy bien las canciones.

—Pues simplemente eran cosas que ya tenía por ahí. —Le respondo a Nina—. Ian también contribuyó bastante.

—A mí me encantan, tus letras, el estilo de Ian, fue una fusión increíble.

 

Asiento con la cabeza, metiendo mi mano en el bolsillo de mi pantalón para sacar mi celular. Lo reviso una vez más, la tercera vez en los últimos quince minutos, sigo esperando por una llamada de Elisse.

 

—¿Elisse?

—Sí, no sabes cuánto la extraño.

—Tu bebida. —El bartender me extiende la bebida en la barra.

—Gracias. —Respondo, tomando el vodka.

—Te va a hacer daño seguir tomando de esa manera. Es el sexto en cuarenta minutos.

—No pasa nada, Nina. —Le sonrío—. Sólo una más en lo que llegan mis amigos. Créeme que estoy acostumbrado a beber así, no me conoces. 

 

Le doy un gran sorbo hasta que me lo termino, me entretengo escuchando a Ian Accolo, creo que el showcase nos ha quedado increíble, ahora busco con la mirada a Sarah y a Jeremy, que ya habían tardado en venir y Nina comienza a molestarme diciéndome por tercera vez que piensa que Elisse no apoya lo suficiente mi trabajo.

Otra copa, Mike se mantenía ocupado también, Becca no se ha sentido muy bien y se dedicó a cuidarla porque al parecer estaba por enfermarse, prometió llamarme para que lo guiara con respecto a la dirección y así pudiera llegar a la fiesta más tarde. Me estaba aburriendo demasiado, una copa más. Carl Hansset está negociando con unos publicistas y al parecer, por su sonrisa, todo estaba saliendo bien.

Mike me llama para asegurarme que no vendrá. Becca se siente demasiado enferma para venir a la fiesta, al parecer algo le cayó mal al estómago y tenía náuseas, aprovecho para tomarme una copa más. Miro a Nina, tiene la mirada perdida en Ian, creo le que agrada. El alcohol comenzaba a hacer efecto mí, después de un rato comienza a dolerme un poco la cabeza, no soporto ver las luces que iluminaban el pequeño escenario en dónde estaba Ian, al cual veía doble.

 

—Nina ya vengo. Voy al baño.

 

Me encamino hacia adentro de la casa. Miro el reloj y son las 11:43 p.m., no es muy tarde. Estando allí dentro me paré frente al espejo y abrí el grifo con intención de echarme agua fría en la cara.

 

—Ya no voy a tomar, es más, ya me voy a mi casa.

 

Me echo agua en la cara otra vez antes de salir. Mi imagen frente al espejo se comienza a distorsionar, la cabeza comienza a punzarme. Realmente ya quiero irme a casa...

 

—Ven... Ya tranquilo.

—El reloj está sonriendo.

—Si Nick, te sonríe.

 

Siento cómo se me mueve el piso, siento como si me fuera a caer y la luz desaparece. Estoy en la cama recostado, todo me da vueltas y comienzo a bostezar, hace tanto que no me sentía de esta manera.

 

—Elisse...  Ely —Me río—. Elisse, te amo.

—Sí Nick y yo a ti.

—Elisse... ¿por qué... por?

—Shhh.

—Elisse... Eli...

 

Desperté con un dolor de cabeza insoportable        




Desperté con un dolor de cabeza insoportable. Tenía demasiado tiempo que la resaca no me atacaba de esta manera, seguramente me excedí de copas anoche. Hace tanto que no me sentía así, las ganas de vomitar, siento que incluso sigo mareado, me rasqué los ojos antes de despertar por completo, seguramente si le contara a Elisse que tomé más alcohol del necesario me sermonearía hasta que se le acabaran las palabras, ahora tenía que pensar en contarle o no cuando le llamara por teléfono.

Cuando abrí los ojos, lo primero que miré fue el techo, un techo completamente desconocido para mí. Me incorporo de inmediato a la cama. Es una habitación que no conozco, estaba semidesnudo y rogaba con todo mi ser que esto fuera un producto de mi imaginación gracias a la resaca.

Pero al parecer nada es producto de mi imaginación, Nina entró a la habitación con una charola con comida que puso a un lado de la cama, dándome las respuestas que había estado buscando desde que abrí los ojos.

 

—Buenos días dormilón, me tomé el atrevimiento de pedirte el desayuno.

—Dime que no pasó nada.

—No pasó nada que no quisiéramos Nick, me hiciste la mujer más feliz del mundo.

—¡No, no, no! Nina es que no es posible... No pudo haber pasado nada, no recuerdo nada, sólo recuerdo que fui al baño y que planeaba ya irme a mí casa. Nina yo no pude estar contigo.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.