Nick
—¿Es cierto?
—¿Qué?
Mike está apoyado en el escritorio, estaba revisando algunas de las fotografías del photoshoot de Ian tratando de escoger un par para proponerlas para su álbum.
—Lo de Becca y tú, lo de la propuesta de matrimonio.
—Ahmm... Sí, bueno apenas se lo voy a proponer. Pero, aún no sé cómo explicarle que quisiera que fuera una boda sencilla, amigos y familia cercana nada más. —Responde, aun mirando las fotos—. Pero sí, le pediré que sea mi esposa. ¿Quién te dijo?
—¿Por qué no me dijiste nada? —Cuestiono—. Se supone que soy tu mejor amigo.
—Te iba a decir el sábado. Pero, con lo de Nina... —Mike continúa buscando fotografías, apenas si me miró de reojo—. Por cierto, te buscan.
Mike me hace una seña con la mirada, Nina estaba en la puerta. Lo que menos quería en este instante era verla, pero por más que quise, no pude encontrar alguna salida para poder evitarla.
—Yo mientras voy con Rick para decirle cuales son las mejores desde mi punto de vista.
Mike toma las fotografías y sale de la sala. El resto de los trabajadores que están en la sala fija la mirada en Nina, quien camina hacia mí, todos murmuraban desde hace tiempo que entre nosotros había algo. Para mi maldita suerte, esta vez puede que tengan razón.
—Te he estado llamando.
—He estado ocupado. —Le respondo bajando la voz.
—Me quedé preocupada, el que te hayas ido así de mi casa...
—¿Puedes bajar la voz? —Le suplico—. Toda la disquera se va a enterar.
—¿Elisse ya lo sabe?
La miro directamente a los ojos, sus ojos marrones buscaban los míos esperando una respuesta. ¿Es en serio?
—Nina quiero que entiendas una cosa. El que haya pasado lo que pasó, no cambia absolutamente nada, ni siquiera mis sentimientos por ti.
—Pero Nick...
—No siento nada por ti, sólo quiero que seas mi amiga.
—Hyland.
Volteo, Chad llama mi atención y para mi buena suerte, me hace terminar esta incómoda conversación con Nina.
—Te solicitan en la cabina.
Me puse de pie y salí de ahí sin decir nada más.
Elisse
Durante los siguientes días Nick continuó evitándome. Salía temprano de casa y cuando regresaba lo encontraba ya dormido, incluso cuando le llamaba nuestras conversaciones eran breves y ya ni siquiera se tomaba un poco de tiempo para mí, todo su mundo giraba alrededor de Ian Accolo y eso ya se ha vuelto molesto para mí. Incluso lo hizo este fin de semana, Nicholas se quedó en la disquera casi todo el sábado. Creo que lo único que me hizo ser más paciente en cuanto a su regreso era mi diplomado online sobre administración, solo así me mantuve ocupada mientras él se encargaba de sus asuntos con Ian.
El jueves me llegaron los boletos para nuestro viaje a Mónaco, antes de irme al trabajo me encargué de dejarlos sobre la mesa con una pequeña nota que decía: «Tú, yo, un fin de semana en Mónaco, ¿qué dices?» esperando que Nicholas los viera cuando regrese a casa, dado que ahora siempre sale más temprano que yo.
En sí mi día laboral corría con tranquilidad, todo normal, Jamie dando órdenes, Brooke pidiéndome consejos y contándome chismes, nada fuera de lo común. No creí que mi rutinaria vida laboral podría cambiar tan rápido cuando alguien solicitó entrar a la cocina.
—No puede pasar a la cocina.
—Necesito ver a Elisse Wilkinson.
La voz... Era Mike. Me encaminé hacia la puerta después de limpiarme las manos mientras que el garde-manger intentaba mantenerlo afuera de la cocina, empujándolo incluso para que no pudiera pasar.
—Yo lo atiendo, puedes dejarlo. Soy yo a la que busca. —Me acerco a Mike—. ¿Qué pasó?
—Necesito que me hagas un favor.
Le digo que sí moviendo la cabeza, esperando a que me contara de qué se trata o qué tan urgente es como para que venga hasta la cocina para pedírmelo. Solo miré a Mike sacar del bolsillo de su pantalón negro una cajita roja, ¡oh por Dios! ¿Es lo que creo que es? Vaya, creo que es el anillo que tanto ha esperado Becca, ¡sí! Seguro que es eso, hasta Michael viene vestido de una forma a la que no acostumbra, más formal de lo normal.