Capítulo 22

Elisse

Una de las cosas que más odio en cuanto viajar es preparar el equipaje, doblar ropa y acomodarla para que quepa todo. Noah me enseñó un par de trucos, pero esta vez parecía que con nada podía cerrar mi maleta negra, hasta que llegó Florentine y me ayudó sentándose en ella para que yo pudiera cerrar el cierre. Después se quedó en la cama sentada, platicándome de la fiesta de anoche, de la cual me retiré temprano. Ella hablaba y hablaba y yo tenía la mente en otra parte, aún no había podido hablar con Pierre-Cortot y mi futuro otra vez era incierto.

 

—¿Entonces? ¿Cuál es el plan? ¿Regresarás a París con nosotros? —Pregunta ella.

—Tengo dinero para pagar dos noches más y para pagar dos pasajes de avión, se suponía que Nicholas y yo pasaríamos más tiempo aquí, pero bueno... Con eso puedo pagar un pasaje y quizás un hotel más barato en París, si me regresan a Le Champeaux buscaré algún lugar en dónde vivir.

 

Ella se queda un poco pensativa con mis palabras, dejo de mirarla y me dirijo hacia el baño para asegurarme de que no olvido nada allí dentro. Al regresar, Florentine me mira con una sonrisa, se le ha ocurrido algo. 

 

—¿Sabes Elisse? Mi rommie me dejó hace unos meses, tengo una habitación disponible en el departamento.

—¿Segura que puedo vivir contigo?

—¡Claro! Nos dividiremos los gastos de las rentas y todo será más sencillo, ¿qué dices?

 

Asiento con una sonrisa ¡claro que quiero vivir con ella! Florentine me ha salvado una vez más. Ya tengo casa, pero ahora tengo que pensar en un trabajo. Tenía las esperanzas puestas en Pierre-Cortot, ¡cómo deseo que me deje volver a Le Champeaux!, realmente quería que así fuera. Sin embargo, mi celular nos distrae de nuevo, ya van tres veces que suena, miro la pantalla y lo vuelvo a dejar sobre la mesa.

 

—¿Nicholas de nuevo?

—No deja de llamarme. Recuérdame cambiar mi número en cuanto estemos en París.




 

Nick

Después de la visita de Nina, tomé una ducha, pedí una pizza y me quedé sentado viendo el televisor un buen rato. Me sentía tan solo aquí, me sentía perdido, no había otra cosa en mi cabeza que no fuera la idea de recuperar a Elisse.

Me quedé en casa sin hacer mucho, vi una temporada completa de Supernatural en Netflix, cuando me aburrí fui por mi guitarra acústica y toqué un poco, le hice dos letras más a Ian esperando que Carl no arruinara mis canciones con su equipo de producción, miré el reloj mil veces, quería que Mike regresara del trabajo ya, no quería estar más tiempo aquí solo. Además, después de haber visto a Nina, no podía sacarme de la cabeza la idea de que en el trabajo ya estuvieran al tanto de lo que había pasado el fin de semana.

8:14 p.m., por fin alguien tocaba la puerta, Mike estaba de regreso, tal vez no se llevó sus llaves, solía olvidarlas casi siempre.

 

—Buenas noches, Nicholas.

 

No era Mike quien se encontraba del otro lado de la puerta, era Mark Wilkinson. El padre de Elisse está frente a mí con un semblante realmente serio. 

 

—No sé qué está pasando entre mi hija y tú, pero por lo que veo fue algo muy grave porque hasta dónde tenía entendido vivían juntos.

—Mark fue un problemita que... Bueno, realmente se fue muy enojada a Mónaco.

—Tan enojada que me dejó claro que quería que recogiera su auto y las llaves del apartamento.

 

Mark estaba completamente molesto. Solía mirarme así cuando tenía dieciséis, cuando no le agradaba que su hija fuera mi amiga, así que estoy seguro de que no le agrado en este momento. 

 

—Mira Nick, si me llego a enterar de que le hiciste algo a Elisse, me voy a olvidar del vínculo que tenemos con tu familia y también olvidaré que alguna vez fuiste como un hijo para Edith y para mí.

—Buenas noches, Mark.

 

Michael llega por fin, esperaba que no me dejara solo en esta situación tan incómoda con Mark, quien se hace a un lado para dejarlo pasar.

 

—Yo los dejo, que tengan bonita noche. Gusto en verte, Mike.

 

Mark ha decidido retirarse, no quiere discutir conmigo en frente de mi amigo, así que solo lo veo caminar por el corredor, directo hacia el ascensor. Mike decide cerrar la puerta y ponerme la mirada encima en un intento por intimidarme.

 

—Se enteró, ¿verdad?

—Es asunto de Elisse y mío, ¿por qué no pueden entenderlo?

—Porque no es sólo asunto tuyo, es su hija. Y Elisse también es mi amiga, nos has involucrado a todos.